El juicio de un pa¨ªs estable
Algunos medios de comunicaci¨®n se hicieron eco la semana pasada de las respuestas dadas por los ciudadanos espa?oles, a mediados de septiembre, a una pregunta contenida en la ¨²ltima edici¨®n de la encuesta conocida como Latinobar¨®metro. Esta encuesta, inspirada en el famoso Eurobar¨®metro y realizada entre nosotros por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, se viene haciendo desde 1996 con periodicidad casi anual en un elevado n¨²mero de pa¨ªses de habla hispana. Entre otros muchos asuntos, su ¨²ltima edici¨®n indagaba, como es habitual, en la confianza que los ciudadanos depositan en una serie de instituciones. De entre las seleccionadas, la que mayor confianza suscita entre los espa?oles es la polic¨ªa: casi dos tercios declaran tener mucha o alguna confianza en ella. Le segu¨ªan las Fuerzas Armadas, en las que expresa confianza uno de cada dos, y el Gobierno. Cuatro de cada diez dicen confiar en los bancos. En la Iglesia cat¨®lica declaran confiar algo m¨¢s de un tercio de los encuestados, un punto m¨¢s que los que lo hacen en los sindicatos. Cerraba la lista la televisi¨®n, que genera confianza en un poco m¨¢s de uno de cada cuatro espa?oles.
Tan s¨®lo los bancos registran una decidida y constante cotizaci¨®n al alza con el transcurso de los a?os
Es una l¨¢stima que se haya omitido a los partidos pol¨ªticos; hubiera sido interesante saber si persist¨ªa el bache de confianza que hab¨ªa en 2003
Las principales instituciones del pa¨ªs mantienen niveles similares de aceptaci¨®n durante el ¨²ltimo cuarto de siglo
De los datos mencionados, llaman especialmente la atenci¨®n las bajas cotas de confianza expresadas en la Iglesia cat¨®lica y en la televisi¨®n, esta ¨²ltima considerada en t¨¦rminos gen¨¦ricos. En ambos casos, los datos deparados por la ¨²ltima edici¨®n del Latinobar¨®metro confirman una decidida inflexi¨®n a la baja que ya era perceptible desde enero de 2003. En tres a?os, la confianza en la Iglesia se ha reducido de la mitad a poco m¨¢s de un tercio de los ciudadanos -lo que, por cierto, no puede dejar de contrastar con los casi tres cuartos que se declaran cat¨®li-cos-; en el caso de la televisi¨®n, la ca¨ªda ha sido a¨²n mayor. En esta ocasi¨®n, el declive m¨¢s espectacular es el que experimenta la confianza en la Iglesia, con una p¨¦rdida de m¨¢s de 10 puntos respecto del a?o anterior. No es la primera vez que algo parecido ocurre: entre 2001 y 2003, la confianza que merec¨ªa a los ciudadanos se hab¨ªa reducido en siete puntos. En sendos estudios de 1998 y 2002, s¨®lo un 10% hab¨ªan declarado confiar mucho o plenamente en la Iglesia y las organizaciones religiosas. Por supuesto, la encuesta se limita a constatar la evoluci¨®n descrita; la explicaci¨®n de la misma deber¨¢ buscarse en otros terrenos.
Fuerte inflexi¨®n
La fuerte inflexi¨®n aludida resulta tanto m¨¢s llamativa cuanto que diverge de la pauta de notable estabilidad que caracteriza las actitudes de los espa?oles hacia las instituciones. La confianza depositada en las restantes instituciones objeto de indagaci¨®n es tributaria de tal estabilidad. Ning¨²n otro valor desentona en la serie hist¨®rica constituida por las siete ocasiones en las que se ha realizado el Latinobar¨®metro. En esta ocasi¨®n, la polic¨ªa y los sindicatos est¨¢n levemente por debajo de sus valores habituales, pero no hay raz¨®n para pensar que ello apunte a tendencia definida alguna. La confianza ciudadana en el Gobierno, que no sorprendentemente acostumbra a mostrar m¨¢s volatilidad que la depositada en otras instituciones, tambi¨¦n se sit¨²a dentro de la gama deparada por estudios anteriores, y lo mismo ocurre con las Fuerzas Armadas. Tan s¨®lo los bancos registran una decidida cotizaci¨®n, nunca mejor dicho, al alza, aunque en este caso la serie es demasiado corta como para que la tendencia resulte significativa. Es una pena que en esta ocasi¨®n los gestores del Latinobar¨®metro hayan omitido de la bater¨ªa de instituciones objeto de indagaci¨®n a los partidos pol¨ªticos: hubiera sido interesante saber si el acusado bache de confianza que experimentaron a lo largo de 2003 persist¨ªa o no en v¨ªsperas del actual oto?o.
Otras varias series de datos que cubren pr¨¢cticamente el ¨²ltimo cuarto de siglo ponen de manifiesto que la confianza de los espa?oles en las instituciones ha tendido a mostrar una notable estabilidad. Ello es predicable de la Corona; la polic¨ªa y las fuerzas de seguridad; la prensa y los medios de comunicaci¨®n en general; los Ayuntamientos; los Gobiernos de las comunidades aut¨®nomas y sus parlamentos; el Tribunal Constitucional, las Cortes Generales, el Gobierno central, los empresarios, los sindicatos, el Consejo General del Poder Judicial, los partidos pol¨ªticos y la administraci¨®n de justicia, enunciados en orden aproximadamente decreciente de confianza. La relaci¨®n podr¨ªa ampliarse a algunas otras instituciones. La valoraci¨®n que las diversas instituciones merecen a los ciudadanos a lo largo de los a?os apenas registra variaciones de medio punto en una escala de uno a diez, con apenas un par de excepciones. Ello era tambi¨¦n cierto de la Iglesia cat¨®lica hasta finales del siglo recientemente concluido. Y esa estabilidad apenas se ve alterada por distintos modos de indagaci¨®n. Casi da igual que se inquiera acerca de la confianza que suscitan, la valoraci¨®n que merecen o el grado de simpat¨ªa con que se las percibe: los valores otorgados apenas var¨ªan. La ¨²nica discrepancia que al respecto puede observarse, hilando muy fino, reside en el hecho de que los partidos pol¨ªticos y los sindicatos generan m¨¢s confianza que simpat¨ªa despiertan.
Antipoliticismo
Y si se tiene en cuenta que la cultura pol¨ªtica de los espa?oles no es proclive a manifestaciones de entusiasmo ni elogios desmedidos, entre otras razones porque podr¨ªan implicar disonancia subjetiva con los acusados sustratos de antipoliticismo que a¨²n le son caracter¨ªsticos, no ser¨ªa dif¨ªcil deducir, de la monta?a de datos demosc¨®picos existentes en relaci¨®n con las actitudes ciudadanas hacia las instituciones, que a ¨¦stas no les falta el soporte que presta la confianza ciudadana. En efecto, ninguna de ellas ha alcanzado nunca un ocho en la valoraci¨®n colectiva; pero pr¨¢cticamente ninguna est¨¢ sistem¨¢ticamente por debajo del cuatro en confianza o valoraci¨®n. Y quien piense que en las encuestas espa?olas un cuatro equivale a un suspenso, es que no conoce la cultura pol¨ªtica de los espa?oles.
Joaqu¨ªn Arango es soci¨®logo y ha sido director del CIS.
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