Una amenaza presente y en aumento
Las ¨²ltimas detenciones revelan la fuerte penetraci¨®n del terrorismo islamista en Espa?a, un territorio clave para Al Qaeda
La ¨²ltima operaci¨®n policial contra el islamismo radical, en la que en los ¨²ltimos d¨ªas han sido detenidas 31 personas en la calle y en las c¨¢rceles por idear un atentado contra la Audiencia Nacional, ha revelado en toda su magnitud la fuerte penetraci¨®n del terrorismo islamista internacional en Espa?a, la interconexi¨®n entre todas las c¨¦lulas contra las que se ha actuado y que llevar a los terroristas a la c¨¢rcel es m¨¢s un problema que una soluci¨®n. Las investigaciones posteriores al 11-M han revelado que decenas de hombres dispuestos a convertirse en terroristas estaban asentados en Espa?a -se lleg¨® a hablar de 300-, divididos en grupos pero interconectados entre s¨ª, y que muchos de ellos fueron vitales para la comisi¨®n de atentados como el 11-S, el de la sinagoga de Yerba (T¨²nez), el de Casablanca, el 11-M y otros que estaban en ciernes. Por ello la alerta es m¨¢xima y la orden es detener a los sospechosos a la m¨ªnima se?al de que idean un atentado. "No podemos permitir que nos pase como el 11-M", insisten en el Ministerio del Interior, porque "la amenaza sigue presente y en aumento".
La investigaci¨®n dej¨® claro que el 11-S fue planificado en Espa?a por radicales isl¨¢micos
Ante un panorama tan desolador, las fuerzas de seguridad est¨¢n en m¨¢xima alerta
"No podemos permitir que nos pase como en el 11-M", insisten en el Ministerio del Interior
Los servicios de informaci¨®n espa?oles (polic¨ªa Guardia Civil y CNI) siempre hab¨ªan adjudicado a Espa?a el papel de "centro log¨ªstico para Europa" del terrorismo isl¨¢mico, en el que Valencia y Alicante hab¨ªan jugado un papel fundamental. Espa?a se hab¨ªa convertido en una "antena" clave para conocer qu¨¦ tramaban los terroristas islamistas, que desde el atentado de El Descanso -abril de 1985, con 18 muertos y 82 heridos- no hab¨ªan actuado aqu¨ª.
Todo cambi¨® a partir de los ataques del 11-S contra EE UU, pese a que entre 1996 y ese a?o hab¨ªan sido detenidas aqu¨ª 48 personas por presunta relaci¨®n con el terrorismo isl¨¢mico. Las investigaciones revelaron que Espa?a hab¨ªa jugado un papel indispensable en el 11-S y que, por ejemplo, Mohamed Atta, de 33 a?os, jefe del comando del 11-S, y Ramzi Binalshibh, de 31, coordinador del atentado, hab¨ªan celebrado una cumbre en Espa?a en julio de 2001. Ese mismo a?o fue detenido en Alicante Mohamed Bensakria, quien supuestamente hab¨ªa montado un comando para atentar contra la catedral y el mercadillo navide?o de Estrasburgo (Francia). Y cay¨® una c¨¦lula salafista ligada a Nizar Trabelsi, detenido en B¨¦lgica cuando iba a atentar contra la embajada de EE UU en Par¨ªs.
Pero la piedra de toque de la profunda penetraci¨®n islamista fue la desarticulaci¨®n, en noviembre de 2001, de la c¨¦lula de Iman Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, a la que el juez Baltasar Garz¨®n liga directamente con Osama Bin Laden. Barakat Yarkas ser¨ªa, seg¨²n fuentes policiales "el representante de Al Qaeda en Espa?a". A partir de ese momento, "todo cambi¨®". "Espa?a dej¨® de verse como una retaguardia y se convirti¨® en vanguardia, un lugar en el que se pod¨ªa atentar porque ya no se les dejaba tranquilos", a?aden estas fuentes.
El problema era que, para entonces, ya hab¨ªa unos 300 radicales islamistas "potencialmente peligrosos" en Espa?a. El segundo problema, en palabras de un alto jefe policial, era el siguiente: "Ni pod¨ªamos detenerles, porque hasta entonces no hab¨ªan delinquido, ni se pod¨ªa vigilar a todos todo el tiempo, porque cada uno requerir¨ªa 20 polic¨ªas para controlarlos las 24 horas". Pese a ello, entre 2002 y 2003 fueron detenidas 43 personas por pertenencia o colaboraci¨®n con banda armada.
Entre ellos se encontraban el financiero de Al Qaeda para Europa, vinculado a un terrorista sirio espa?ol condenado a muerte en Yemen por el asesinato de una turista y planificar el asesinato del vicepresidente del pa¨ªs; un grupo salafista, con un tel¨¦fono m¨®vil manipulado y dispuesto como los usados en el 11-M; o un espa?ol que estuvo en contacto con los autores del ataque suicida con un cami¨®n bomba contra la sinagoga de Yerba (T¨²nez), en la que murieron 19 personas en abril de 2002.
La amenaza se fue cerniendo sobre Espa?a, hasta que el 16 de mayo de 2003 se situ¨® en el zagu¨¢n: 14 suicidas atacaban varios objetivos en Casablanca (Marruecos), incluida la Casa de Espa?a: 41 muertos y centenares de heridos. "Todas las alarmas sonaron, pero se dispararon cuando Bin Laden cit¨® expresamente a Espa?a en una grabaci¨®n difundida en noviembre entre los pa¨ªses amenazados y susceptibles de ser v¨ªctimas de atentados", subrayan fuentes policiales. Varios de los implicados en esos atentados resid¨ªan en Espa?a, hab¨ªan pasado por ella o se hab¨ªan escondido aqu¨ª. La preocupaci¨®n de los agentes encargados de combatir este fen¨®meno no se tradujo en planes concretos de prevenci¨®n, que s¨ª estaban activados por la constante amenaza de ETA.
Hasta que 10 bombas estallaron en cuatro trenes el 11 de marzo de 2003, dejando 191 muertos y miles de heridos en Madrid. Tras el primer d¨ªa de conmoci¨®n, dolor y desconcierto, los agentes hallaron una pista en una bomba desactivada que les condujo a un nombre: Jamal Zougam. "Vimos que era terreno conocido, que se trataba de terrorismo isl¨¢mico y que pod¨ªamos llegar hasta ellos", confes¨® un comisario en la comisi¨®n de investigaci¨®n del 11-M.
Cuando introdujeron el nombre de Zougam en la base de datos, ¨¦sta cant¨® los nombres de la mayor¨ªa de los implicados, que hab¨ªan sido investigados pero no pudieron ser detenidos porque no hab¨ªan cometido delito alguno. En total fueron apresadas 66 personas por el 11-M, entre ellas simples traficantes de hach¨ªs o ladrones de coches que se hab¨ªan sido radicalizados o los hab¨ªan radicalizado hasta el punto de perpetrar semejante masacre. Pero al final, s¨®lo 20 siguen en prisi¨®n y, a tenor de lo visto en los ¨²ltimos d¨ªas, tampoco la c¨¢rcel es soluci¨®n.
La organizaci¨®n autodenominada M¨¢rtires para Marruecos, formada por Mohamed Achraf, hab¨ªa sido reclutada y creada en las c¨¢rceles con un reducido n¨²mero de presos condenados por terrorismo y una inmensa mayor¨ªa de delincuentes comunes -un violador, un asesino, una veintena de ladrones y narcotraficantes...- con el cerebro lavado hasta el punto de querer suicidarse estrellando un cami¨®n bomba contra la Audiencia Nacional. Han sido detenidos 31 miembros del grupo, con lo que desde 1996 ya han sido detenidas 225 personas por presunta relaci¨®n con el terrorismo islamista. ?Y cu¨¢ntos est¨¢n en la c¨¢rcel? No llegan a cien. Y son un problema. Como se ha demostrado en la ¨²ltima operaci¨®n, la capacidad de unos pocos de aglutinar a delincuentes comunes -a los que previamente sacan con regalos de su pobreza en las c¨¢rceles-, acaba creando estructuras piramidales capaces de reproducirse incansablemente mediante divisi¨®n celular.
Ante un panorama tan desolador y ante la constataci¨®n de que la amenaza sigue -el ministro del Interior, Jos¨¦ Antonio Alonso, ha insistido en que las fuerzas de seguridad est¨¢n en "m¨¢xima alerta"-, ?qu¨¦ medios se oponen? Los servicios contra el terrorismo isl¨¢mico han aumentado, s¨ª, pero a¨²n no han llegado los casi 700 prometidos para CNI, Cuerpo Nacional de Polic¨ªa o Guardia Civil (estos dos cuerpos tienen en total 150 agentes para asuntos ¨¢rabes); el cuerpo de traductores de ¨¢rabe es oficialmente de 49, pero repartidos por toda Espa?a... Por ello, la consigna es "p¨¢jaro que vuela, a la cazuela", seg¨²n resume un veterano investigador. Es decir, ante cualquier sospecha de radicalismo, presi¨®n o detenci¨®n y que decidan los jueces y fiscales.
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