El coreano Kim Ki-duck gana la Espiga de Oro en unos premios equilibrados
La pel¨ªcula Hierro 3, una imaginativa y muy personal propuesta del coreano Kim Ki-duk, uno de los cineastas m¨¢s en forma del actual panorama internacional, se hizo con la Espiga de Oro de la 49? edici¨®n del Festival Internacional de Valladolid. Domicilio privado, del italiano Saverio Costanzo, uno de los descubrimientos del certamen, obtuvo la Espiga de Plata, mientras que la mejor pel¨ªcula vista a competici¨®n, 2046, de Wong Kar-wai, se ten¨ªa que conformar con la mejor fotograf¨ªa. No hubo sorpresas en los premios, aunque s¨ª un par de perdedores que no lo merec¨ªan.
El argentino Ricardo Dar¨ªn fue considerado el mejor actor, mientras Pilar Bardem obten¨ªa el premio a la interpretaci¨®n femenina por su caracterizaci¨®n de Mar¨ªa Zambrano en Mar¨ªa querida. Se qued¨® sin reconocimiento alguno uno de los filmes formalmente m¨¢s radicales entre los proyectados, el japon¨¦s Nadie sabe de Hirokazu Kore-eda, el ¨²nico borr¨®n en un palmar¨¦s casi incuestionable.
Las decisiones de los jurados de la Seminci suelen ser casi siempre discutibles, y la raz¨®n no recae tanto en sus consideraciones cuanto en las caracter¨ªsticas del propio festival: al no estar obligado a presentar pel¨ªculas in¨¦ditas, puesto que no es un certamen de los llamados de clase A (como s¨ª lo son Cannes, Berl¨ªn, Venecia o San Sebasti¨¢n), Valladolid puede elegir de entre los filmes propuestos y premiados en otros grandes festivales su arsenal de propuestas. Ello explica que, junto a pel¨ªculas que vienen precedidas de importantes galardones, se proyecten tambi¨¦n otras que, o bien no han concurrido a otros cert¨¢menes, o bien lo han hecho sin obtener un eco acorde con sus m¨¦ritos.
Por eso, los buenos jurados (y este a?o, el presidido por el director franc¨¦s Robert Gu¨¦diguian, y formado por los espa?oles Susana Fortes y Jos¨¦ Mar¨ªa Otero, el mexicano Juan Antonio de la Riva, la argentina Lita Stantic, el alem¨¢n Rudolf Thome y el indio Shyam Benegal, es de los mejores de los ¨²ltimos a?os) suelen dejar aparcados t¨ªtulos que ya van a tener una previsible buena carrera comercial para centrarse en otros que, por sus caracter¨ªsticas o porque sus responsables no son a¨²n conocidos, se arriesgan a pasar inadvertidos si no salen de aqu¨ª catapultados por alg¨²n premio.
Es eso lo que explica el olvido del mejor filme visto este a?o, 2046, premiado s¨®lo por la (portentosa) fotograf¨ªa de Christopher Doyle, y del que el propio Gu¨¦diguian record¨® que el premio era, en realidad, al conjunto de una pel¨ªcula que dividi¨® al jurado, como suele ocurrir con el cine de su autor, Wong Kar-wai, pr¨¢cticamente en dos mitades irreconciliables.
No se puede hacer ninguna objeci¨®n a los dos premios mayores, toda vez que Hierro 3 era una de las propuestas m¨¢s originales que por aqu¨ª pasaron, y Domicilio particular a¨²na el discurso cr¨ªtico con un mensaje universal que apunta hacia sentimientos tan s¨®lidos como el miedo, la impotencia o la solidaridad. Tampoco se pueden hacer objeciones al resto de los premios llamados grandes, como el especial del jurado, que recay¨® en un filme modesto pero de muy s¨®lidas virtudes, Forbrydelser, de la danesa Annette K. Olesen; el de actuaci¨®n, que se llev¨® Ricardo Dar¨ªn por su caracterizaci¨®n en Luna de Avellaneda, de Juan Jos¨¦ Campanella (aunque a nadie hubiese sorprendido que el agraciado fuese Sergi L¨®pez por Caminos cruzados o Mohammed Bakri, todopoderoso protagonista de Domicilio particular). En cuanto al trabajo de Pilar Bardem en Mar¨ªa querida, hay que convenir que no ten¨ªa rivales de entidad, en un a?o en el que la programaci¨®n estuvo hu¨¦rfana de grandes papeles femeninos.
En lo que hace a la mejor ¨®pera prima, el premio recay¨®, no con toda la justicia requerida, en una pel¨ªcula al menos entretenida y con marchamo de convertirse en un t¨ªtulo de ¨¦xito popular, Buena vida / Delivery, del argentino Leonardo di Cesare. El premio del p¨²blico fue, con todo merecimiento, para S¨®lo un beso, de Ken Loach, en apretada pugna con Hierro 3 y Luna de Avellaneda, mientras la cr¨ªtica internacional pon¨ªa las cosas en su lugar y premiaba incuestionablemente a Wong Kar-wai por 2046 y al gran Michelangelo Antonioni, cuyo cortometraje Lo sguardo di Michelangelo fue olvidado por el jurado oficial, que prefiri¨® las innegables virtudes del portentoso filme canadiense de animaci¨®n Ryan, de Chris Landreth.
De los largos palmar¨¦s de las otras secciones destaca el de Tiempo de Historia, dedicada al cine documental, en el que dos pel¨ªculas espa?olas, la interesante Las cajas espa?olas, de Alberto Porlan, y la reivindicativa 20 a?os no es nada, de Joaquim Jord¨¢, lograron sendos galardones, mientras el premio principal reca¨ªa en el documental brit¨¢nico El ni?o que juega, sobre los Budas de Bamiy¨¢n, de Phil Grabsky.
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