Ricard Vinyes reconstruye la biograf¨ªa de la antifranquista Maria Salvo
El autor de 'El da?o y la memoria' vuelve a centrarse en las presas pol¨ªticas
De 1941 a 1957, Maria Salvo Iborra (Sabadell,Barcelona, 1920) estuvo encerrada en las c¨¢rceles de Les Corts, Las Ventas, Segovia y Alcal¨¢ de Henares, bajo la acusaci¨®n de haber conspirado contra la seguridad interior del Estado. Ricard Vinyes, historiador de la Universidad de Barcelona, ha mantenido con ella horas y horas de conversaci¨®n, primero para escribir el libro Irredentas (Temas de Hoy, 2002), sobre el mundo penitenciario femenino bajo el r¨¦gimen de Franco, y ahora para El da?o y la memoria (Plaza y Jan¨¦s), donde a trav¨¦s de la biograf¨ªa de Salvo sigue indagando en la realidad de la prisi¨®n pol¨ªtica de la dictadura.
El contenido de El da?o y la memoria se centra en los a?os de reclusi¨®n de Maria Salvo, pero aborda tambi¨¦n el relato de su proceso de adquisici¨®n de conciencia pol¨ªtica en tiempos de la Rep¨²blica y la Guerra Civil -siendo muy joven ingres¨® en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU)- y el despu¨¦s, las secuelas m¨¦dicas, la condicional, el destierro, la dif¨ªcil reincorporaci¨®n a la actividad pol¨ªtica... Un arco que abraza la Guerra Civil, el exilio y el confinamiento en Francia, el regreso forzado, la actividad de resistencia clandestina, la detenci¨®n, las torturas en comisar¨ªa, el ingreso en prisi¨®n y las estrategias de mantenimiento de la dignidad.
"En general, el mundo penitenciario del franquismo se ha tratado de manera superficial, buscando el impacto. Nadie te pregunta por tu vida despu¨¦s de la c¨¢rcel y es, sin duda, uno de los periodos m¨¢s duros. No es que te acostumbres a la c¨¢rcel, uno nunca se puede acostumbrar a eso, pero all¨ª dentro no te sent¨ªas sola, y fuera, s¨ª", afirma Salvo.
Comunidad y selva
"En la c¨¢rcel tienen la comunidad y fuera es la selva", a?ade Vinyes, en referencia a las familias que organizaban las presas pol¨ªticas -sobre todo las comunistas, enfatizan- para apoyarse mutuamente. Y eso que en el caso de Maria los primeros dos a?os fueron complicados. Sufri¨® el vac¨ªo de buena parte de sus compa?eras comunistas, porque otra presa explic¨® que la hab¨ªa visto hablar con confianza a un polic¨ªa mientras permanecieron en comisar¨ªa. "El vac¨ªo fue brutal. No me derrumb¨¦ porque me ayudaron dos compa?eras y porque fui firme, porque sab¨ªa que lo que se dec¨ªa de m¨ª no era verdad y no me sent¨ªa culpable. Lo que hab¨ªa pasado era falta de informaci¨®n". Con el tiempo se vio que Maria ten¨ªa raz¨®n. "Cuando se habla de esto hay que comprender el contexto, sin entenderlo este vac¨ªo puede parecer monstruoso".
Vinyes describe el universo carcelario femenino: "El objetivo del sistema penitenciario franquista, como el de las grandes dictaduras, era doblegar, transformar y redimir. Desposeer al preso de todo. Sucumbir era consentir, aceptar la derrota. Y no consentir era todo un estilo de vida, reivindicarse como presa pol¨ªtica, cuidar la indumentaria, el aspecto, la dignidad y cumplir con el reglamento, porque aunque malo era una ley dentro de la selva". "Con las comunes hab¨ªa un abismo", contin¨²a Salvo. "Las pol¨ªticas fuimos perdiendo la batalla dentro de la prisi¨®n a medida que iban saliendo las compa?eras y nos quedamos en minor¨ªa, pero mientras tuvimos fuerza creamos muchos problemas". Uno de ellos fue la huelga de hambre en la c¨¢rcel de Segovia, a finales de enero de 1949, que se sald¨® con castigos de aislamiento de cuatro y seis meses para un grupo de presas, entre ellas Maria.
La recuperaci¨®n de la memoria, el empezar a contar y a reflexionar sobre su experiencia en prisi¨®n ayud¨® a que muchas "levantaran cabeza". Esto empez¨® a cuajar en la d¨¦cada de 1990, a trav¨¦s de organizaciones como Dones del 36, cuando ya la ex presa Tomasa Cuevas hab¨ªa realizado su compilaci¨®n de testimonios orales, "un conjunto de fuentes primarias sin parang¨®n en Europa", seg¨²n Vinyes. Y Maria: "Cuando empez¨® la guerra yo ten¨ªa 16 a?os, otras eran mayores y han ido muriendo. Lleg¨® un momento en que tienes conciencia de que las fuentes iban desapareciendo y hubo una especie de rebeld¨ªa. Las mujeres perdimos el miedo a la marginaci¨®n y nos sentimos capaces de que nos escucharan, porque lo m¨¢s dif¨ªcil es que te escuchen".
Marginadas fuera de la prisi¨®n
Hab¨ªa muchas diferencias entre las c¨¢rceles masculinas y las femeninas durante el franquismo, cuenta Ricard Vinyes: "Todos los elementos de las prisiones de hombres est¨¢n en las de mujeres, pero no a la inversa: los hijos, los problemas derivados de la biolog¨ªa, la menopausia y las menstruaciones, el malestar y el chantaje que se derivaban de ello, la relaci¨®n con las religiosas, m¨¢s dura de la que ¨¦stas ten¨ªan con los hombres, la escasez de talleres donde realizar trabajos...".
Tambi¨¦n la suerte que corr¨ªan hombres y mujeres al salir en libertad fue diferente. Explica el historiador catal¨¢n acerca de las comunistas: "Despu¨¦s de escribir El da?o y la memoria he visto algo que intu¨ªa y es que muchas mujeres se hundieron, no en la c¨¢rcel sino fuera de ella. La organizaci¨®n las margina, crea un cord¨®n alrededor de ellas por si hay alg¨²n seguimiento. Ninguna de estas mujeres participa despu¨¦s en los n¨²cleos directivos de su organizaci¨®n, y eso que en la clandestinidad muchas de ellas hab¨ªan demostrado su capacidad anal¨ªtica y organizativa. Las mujeres, cuando salen de prisi¨®n, viven en el subsuelo y s¨®lo reemprender¨¢n una actividad pol¨ªtica destacada desde el nuevo sindicalismo o desde el movimiento asociativo. En este sentido, ¨¦sta es una generaci¨®n derrotada".
Babelia
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