?Unos presupuestos sociales?
Repetir mil veces que los Presupuestos Generales del Estado son "sociales" no evita constatar, para quien tenga el inter¨¦s, el humor y el tiempo de estudiarlos, que estos presupuestos no aportan ni un euro m¨¢s para las pol¨ªticas relacionadas con los servicios para las personas mayores (atenci¨®n domiciliaria, residencias, centros de d¨ªa, enfermos de Alzheimer...), las pol¨ªticas de lucha contra la pobreza (el denominado Plan de Inclusi¨®n Social), las pol¨ªticas de apoyo a las familias (conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral, apoyo a las familias en situaci¨®n de riesgo, dotaciones para plazas de guarder¨ªas, atenci¨®n a menores) y las pol¨ªticas en relaci¨®n con las personas discapacitadas. Tampoco prev¨¦n previsi¨®n presupuestaria alguna para hacer posible, durante el ejercicio de 2005, la compatibilidad entre la pensi¨®n Sovi y la pensi¨®n de viudedad, tal como establece la proposici¨®n de ley que, a iniciativa de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), se est¨¢ tramitando en el Congreso de los Diputados. Y es que el tan cacareado incremento del gasto social se concentra, fundamentalmente, en el sustancial aumento del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, cuya dotaci¨®n se deriva no tanto de una voluntad pol¨ªtica como de un mandato legal, aprobado durante la pasada legislatura y resultado tambi¨¦n de la denominada "separaci¨®n de las fuentes de financiaci¨®n de la Seguridad Social", que ha permitido el super¨¢vit del que ha gozado y goza el sistema de protecci¨®n social. As¨ª, si en el ejercicio de 2004 dicho Fondo de Reserva se dot¨® con 3.000 millones de euros, para 2005 se dota con 5.350 millones de euros. Y si al denominado "gasto social" le restamos dicha partida, ¨¦l mismo crece menos que el conjunto de los presupuestos: el 7,8% de crecimiento global frente al 7,6% de crecimiento del gasto social. A?adamos a eso que el gasto sanitario crece un escu¨¢lido 2,1%. ?Suerte que ¨¦stos eran unos presupuestos sociales!
Catalu?a necesita con urgencia la nueva pol¨ªtica social que falta en el proyecto de presupuestos para 2005
Estamos, pues, ante unos presupuestos continuistas en materia social y que vuelven a aplazar la movilizaci¨®n de recursos econ¨®micos necesarios para la puesta en marcha de una nueva generaci¨®n de pol¨ªticas sociales imprescindibles para hacer frente no ya a los retos de futuro de la sociedad, sino a los problemas reales y cotidianos de la mayor¨ªa de la sociedad, o sea, a las familias de clase media, y al mismo tiempo hacer frente a los n¨²cleos de nueva y vieja pobreza, consolidados en nuestra sociedad avanzada. Una clase media que no es suficientemente pobre para beneficiarse de las pol¨ªticas asistenciales ni suficientemente rica para pagarse unos servicios sociales privados. Una nueva y vieja pobreza asociada a las mujeres mayores que viven solas, a j¨®venes que han fracasado en la escuela, a inmigrantes indocumentados, a parados de m¨¢s de 45 a?os... As¨ª, las necesidades del 22% de hogares en los que viven personas mayores completamente solas, con problemas de falta de servicios b¨¢sicos como calefacci¨®n y ascensor, y recibiendo pensiones extremadamente bajas, que no permiten vivir dignamente. Las necesidades de las familias que atienden en sus casas a personas mayores o personas con discapacidad, con una media de edad por parte de las personas cuidadoras de cerca de 53 a?os y que en el 83,6% son mujeres, de las cuales el 70% son hijas y que padecen tambi¨¦n, en su caso, un progresivo deterioro en su salud y en su calidad de vida. Las necesidades de las familias j¨®venes, con ni?os peque?os, con padres y madres que trabajan fuera de casa, que movilizan abuelos y abuelas para funcionar en la vida cotidiana, sin una red suficiente de servicios de guarder¨ªa cerca de sus casas o en sus empresas, sin un buen y moderno sistema de licencias parentales y con una inmensa red de pymes que no goza de apoyo p¨²blico para intentar flexibilizar su jornada horaria.
Catalu?a, como sociedad moderna, avanzada, europea, posindustrial y altamente individualizada, necesita con urgencia la nueva pol¨ªtica social que falta en el proyecto de presupuestos para 2005. La pol¨ªtica de atenci¨®n a la dependencia, orientada a activar recursos y esfuerzos para atender al creciente sector de la poblaci¨®n que requiere apoyo para sus necesidades diarias, pero tambi¨¦n con la pretensi¨®n de consolidar un nuevo derecho ciudadano de acceso a los servicios sociales. La pol¨ªtica de apoyo a las familias, con m¨¢s recursos para guarder¨ªas, apoyo a las empresas para facilitar la conciliaci¨®n de la vida familiar con el trabajo, licencias parentales que nos acerquen a las sociedades m¨¢s avanzadas del resto de Europa y apoyo a las familias que opten tambi¨¦n por dedicar su tiempo, preferentemente, en favor del cuidado de sus hijos o sus padres. La pol¨ªtica de lucha contra la pobreza, con la mejora de las pensiones no contributivas y el apoyo a la inserci¨®n laboral, orientada, claramente, a la inclusi¨®n social.
Va a ser este un a?o perdido no tan s¨®lo para Catalu?a, en materia de infraestructuras, tal como afirm¨® en su d¨ªa el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, sino tambi¨¦n en t¨¦rminos de calidad de vida y justicia social para la gente de este pa¨ªs. Un pa¨ªs de gente que trabaja duramente, paga sus impuestos con seriedad y que, en cambio, vive, parad¨®jicamente, sometida a un verdadero estr¨¦s social como resultado de las debilidades de nuestro sistema de protecci¨®n social y de la injusticia e insuficiencia de nuestro sistema de financiaci¨®n.
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