Las ciervas dan m¨¢s y mejor leche a las cr¨ªas macho que a las hembra
Cuando enviaron el art¨ªculo a la revista Behavioral Ecology and Sociobiology, la publicaci¨®n m¨¢s importante (de mayor impacto) en comportamiento animal, la editora respondi¨® por correo electr¨®nico con la exclamaci¨®n anglosajona "Waw!". Un grupo del Instituto de Investigaci¨®n en Recursos Cineg¨¦ticos (IREC), en Albacete, ha descubierto que la cantidad y el tipo de leche que producen las ciervas var¨ªa en funci¨®n del sexo de la ¨²nica cr¨ªa que suelen tener: los machos reciben m¨¢s leche y con m¨¢s prote¨ªna. "Es la primera vez que se observa algo as¨ª", dice Tom¨¢s Landete-Castillejos, primer firmante del trabajo.
La explicaci¨®n, seg¨²n los autores, hay que buscarla en una estrategia evolutiva: "Las hembras hacen un esfuerzo extra para que sus hijos crezcan m¨¢s", dado que, en los ciervos, los machos de m¨¢s talla tienen m¨¢s posibilidades de esparcir sus genes y, por tanto, los de su madre.
Los machos de m¨¢s talla tienen m¨¢s posibilidades de esparcir sus genes
En ciervos y en otras especies -seg¨²n Landete tambi¨¦n en la humana- hay evidencias de que las hembras ejercen una selecci¨®n sobre el sexo de la cr¨ªa antes del nacimiento. M¨¢s raramente nacen dos. Landete, ec¨®logo, se pregunt¨® si el sexo de la cr¨ªa pod¨ªa influir tambi¨¦n en la madre despu¨¦s del parto, durante la lactancia. No era descabellado puesto que el ciervo es una especie polig¨ªnica, donde el macho mayor y m¨¢s fuerte se aparea con muchas hembras y "deja en paro a los dem¨¢s machos", dice Landete. "Pens¨¦ que en esa competici¨®n eran importantes las primeras y m¨¢s r¨¢pidas etapas del crecimiento, la lactaci¨®n, cuando las cr¨ªas duplican su peso en s¨®lo unas semanas. Sospechaba que ten¨ªa que ver con la cantidad y la composici¨®n de la leche".
Durante el estudio, iniciado en 1998, se observaron 60 hembras de ciervo ib¨¦rico con sus gabatos durante cinco a?os. El equipo, dirigido por Laureano Gallego y del que forma parte tambi¨¦n Andr¨¦s Garc¨ªa, orde?aron a las ciervas siete veces a lo largo de la lactancia; midieron cantidad y composici¨®n de la leche; y pesaron a madres y cervatillos. En total analizaron m¨¢s de noventa periodos de lactancia, lo que incluy¨® m¨¢s de 28.000 pesadas de ciervas y gabatos y m¨¢s de 1.200 an¨¢lisis de leche. El grupo colabora con el Hospital de Albacete y el Cersyra (Centro Regional de Selecci¨®n y Reproducci¨®n Animal).
Los resultados, explican los autores en el art¨ªculo que se publica este mes en formato impreso, revelan que "las ciervas producen m¨¢s cantidad de leche y un porcentaje mayor de prote¨ªna (pero no de grasa o lactosa) para hijos que para hijas".
La diferencia se ve sobre todo en la cantidad de prote¨ªnas, que son fundamentales para el crecimiento: los gabatos macho reciben hasta un 3% m¨¢s de prote¨ªnas que las hembras. "Puede parecer una diferencia peque?a, pero es el 40% de la m¨¢xima variaci¨®n en la composici¨®n de prote¨ªna que se ha podido alcanzar modificando la dieta en el ganado", se?alan los cient¨ªficos.
El fen¨®meno es independiente del estado de la madre. Es decir, aunque se observa que las madres mejores -en plena edad reproductiva y de m¨¢s peso- producen en general m¨¢s leche para sus cr¨ªas, sean hembras o machos, todas las madres, incluidas las m¨¢s j¨®venes, se esfuerzan por dar m¨¢s y mejor a los machos.
?A qu¨¦ se debe el fen¨®meno? Los autores descartan dos posibles explicaciones. No es una manera de compensar la mayor mortalidad de los machos -hasta el doble que en las hembras-, porque los hijos que mueren son los de bajo peso al nacer, y cabr¨ªa esperar entonces que s¨®lo la leche de los que m¨¢s lo necesitan tuviera m¨¢s prote¨ªnas; pero no es as¨ª. Tampoco es simplemente porque los machos necesitan m¨¢s nutrientes: otros experimentos muestran que cuando a los gabatos les ha faltado comida, y por tanto necesitan aporte extra de nutrientes, la composici¨®n en prote¨ªnas de la leche materna no cambia.
La respuesta correcta es de tipo evolutivo. Las hembras invierten m¨¢s recursos en los hijos machos porque as¨ª es m¨¢s probable que crezcan m¨¢s y tengan m¨¢s ¨¦xito reproductivo. Los cient¨ªficos investigan ahora otros componentes que tambi¨¦n podr¨ªan variar en la leche seg¨²n el sexo de la cr¨ªa, como determinados minerales. Y se preguntan si tambi¨¦n cambia la protecci¨®n inmunol¨®gica que las madres confieren a las cr¨ªas durante la lactancia.
Otro resultado del trabajo es que, al contrario de lo que se observa en las hembras en libertad, la calidad de las madres estudiadas no influy¨® en la elecci¨®n del sexo de la cr¨ªa antes de nacer. En la naturaleza, las hembras deciden el sexo de sus cr¨ªas en funci¨®n de la poblaci¨®n en la que se encuentran y de su propio estado -las m¨¢s j¨®venes, en edad de crecer, tal vez no puedan permitirse un feto macho, m¨¢s costoso, y lo abortan-.
Los investigadores interpretan que el alterar la poblaci¨®n constantemente, por las propias condiciones del experimento, impide a las hembras tomar una decisi¨®n sobre el sexo de su cr¨ªa. Sin embargo la decisi¨®n de dar m¨¢s y mejor leche "no es relativa", se mantiene tambi¨¦n en la granja.
El inter¨¦s ¨²ltimo de estos trabajos no es s¨®lo de investigaci¨®n b¨¢sica. "La gente quiere ciervos grandes con cuernas grandes, a nosotros nos pagan para que contribuyamos a eso", dice Landete. La granja de ciervos del IREC (CSIC y Universidad de Castilla La Mancha) no se dedica a la suelta de ciervos para caza, pero los resultados de este grupo de investigaci¨®n "pueden servir para la gesti¨®n cineg¨¦tica, indicando, por ejemplo, qu¨¦ animales hay que eliminar. Ahora que no hay lobos la eliminaci¨®n de los animales se produce o por las enfermedades o por la caza. Nosotros podemos dar pistas sobre qu¨¦ animales eliminar".
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