Republicanos y dem¨®cratas se movilizan en los colegios de Ohio en busca de fraude
Un tribunal de apelaci¨®n cambia las reglas del juego electoral pocas horas antes de votar
Una peculiaridad de estas elecciones es que en los tres Estados m¨¢s grandes de Estados Unidos apenas ha habido campa?a. En California, Nueva York y Tejas casi no ha habido se?al en los ¨²ltimos meses de que se iba a llevar a cabo una elecci¨®n cuyo resultado, seg¨²n la opini¨®n generalizada, ser¨¢ transcendental para EE UU y el mundo. En Ohio, en cambio, y en otros dos o tres Estados, se ha visto concentrada toda aquella energ¨ªa pol¨ªtica que ha brillado por su ausencia en el resto del pa¨ªs. Los observadores internacionales asistieron con perplejidad a los cambios de ¨²ltima hora de las reglas electorales.
Esta ma?ana, dos horas despu¨¦s del cierre oficial de los colegios electorales, a las 3.30, hora peninsular espa?ola, a¨²n se segu¨ªa votando en algunos condados..
Por la ma?ana, mientras la gente votaba, el presidente Bush dej¨® su rancho en Tejas despu¨¦s de desayunar y vol¨® a Columbus, la capital de Ohio, para hacer un ¨²ltimo intento -fue su novena visita al Estado en el ¨²ltimo mes- de convencer a la gente que vote por ¨¦l. Su rival, el dem¨®crata John Kerry, concluy¨® su campa?a en la ciudad m¨¢s grande de Ohio, Cleveland, ante m¨¢s de 30.000 personas atra¨ªdas por la presencia del cantante Bruce Springsteen.
Hay 13 ciudades m¨¢s grandes que Cleveland en Estados Unidos y m¨¢s de cien m¨¢s grandes que Columbus, pero debido al curioso, por no decir aberrante, sistema electoral norteamericano es aqu¨ª donde ambos candidatos han calculado que deben invertir su tiempo y -especialmente en lo que a anuncios televisivos se refiere- su dinero.
?Por qu¨¦? Lo explicaba muy bien ayer a las seis y media de la ma?ana, la hora a que abrieron las casillas en Ohio para votar, un hombre llamado Richard, que hab¨ªa venido en coche desde Nueva York a ayudar a la campa?a de Kerry. "Es que sabemos qui¨¦n va a ganar en Nueva York, sabemos que van a ser los dem¨®cratas", explic¨® Richard, que se hab¨ªa plantado fuera de una casilla en uno de los pocos barrios hispanos de Cleveland. "Y por el sistema que tenemos da exactamente lo mismo en cuanto al resultado final si Kerry consigue el 60% o 65% de los votos".
Igual de poco, o menos, suspense ha habido en California, donde los dem¨®cratas dominan, o Tejas, donde una derrota para los republicanos es, hoy por hoy, inconcebible. Todo tiene que ver con el sistema de "colegios electorales", seg¨²n el cual una mayor¨ªa, por reducida que sea, se traduce en un n¨²mero inamovible de votos, calculado seg¨²n el tama?o del Estado.
Por esto, y por varias razones m¨¢s, los integrantes de un grupo de observadores internacionales que han venido de cinco continentes a Estados Unidos para ver c¨®mo funciona el aparato electoral norteamericano se han quedado todos, sin excepci¨®n, asombrados ante la manera en la que el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo elige sus presidentes.
Los 15 observadores expertos en elecciones invitados por un grupo de derechos humanos californiano llamado Global Exchange, est¨¢n todos de acuerdo en que los m¨¦todos que se utilizan en Estados Unidos para votar son absolutamente sui generis, que muy poco tienen que ver con lo que se acostumbra ver en Europa occidental, por ejemplo, donde en todos los casos la organizaci¨®n de las elecciones es llevada a cabo por un organismo independiente, y no por el partido que da la casualidad de estar en el poder, ya sea en la regi¨®n o en el Gobierno. Los observadores que estaban ayer en Cleveland, una australiana y un mexicano, se quedaron particularmente perplejos ante la noticia de que a las cuatro de la ma?ana, dos horas y media antes de que abrieran los colegios, las reglas del juego electoral en Ohio hab¨ªan cambiado.
Un tribunal de apelaci¨®n dict¨® que, a diferencia de la sentencia de otro juez, apenas 24 horas antes, el Partido Republicano ten¨ªa derecho a colocar representantes en cada casilla capaz de cuestionar el derecho de cada votante a emitir su voto. "Los impugnadores", como se ha dado en llamarles, nacieron de la idea republicana de que los dem¨®cratas hab¨ªan participado en un fraude al empadronar a individuos que no poseen el derecho legal de votar, por ejemplo, menores de edad.
La reacci¨®n dem¨®crata fue de indignaci¨®n y rabia. Convencidos ellos mismos de que George Bush gan¨® las elecciones de 2000 gracias a un tremendo fraude perpetrado en el Estado de Florida, donde su hermano Jeb es el gobernador, los dem¨®cratas han movilizado a decenas de miles de personas en Ohio tanto para participar como para supervisar estas elecciones de 2004.
Miles de voluntarios
Del mismo modo que los observadores internacionales se ir¨¢n de EE UU convencidos de que, en cuanto a mec¨¢nica electoral, poco tiene la superpotencia que ense?ar al mundo, tambi¨¦n llevar¨¢n a sus pa¨ªses el recuerdo de la formidable y apasionada movilizaci¨®n que se ha visto en parte de la sociedad civil.
El lunes por la noche voluntarios de un grupo llamado Election Protection se reunieron en una iglesia en el centro de Cleveland. Hab¨ªa m¨¢s de mil personas, todas llegadas de fuera de Ohio, muchos desde San Francisco y Nueva York. Se hab¨ªan sumado a otros miles que a lo largo de los ¨²ltimos meses se han organizado en Ohio para asegurar que, a diferencia de lo que pas¨® en Florida en 2000, todos los que quieran votar, puedan hacerlo.
M¨¢s de 200 de las personas congregadas en la iglesia, donde el fervor era palpable, eran abogados que prestaban sus servicios de manera gratuita. Se hab¨ªan pagado sus propios gastos para venir.
Ayer por la ma?ana lo que m¨¢s llam¨® la atenci¨®n en visitas a diez casillas electorales distribuidas por zonas muy diferentes de Cleveland - ricas y pobres, negras y blancas- fue la presencia en cada lugar de voluntarios.
El compromiso con la causa era casi religioso. Seg¨²n estos voluntarios, la democracia norteamericana estaba a prueba. Y ellos iban a hacer todo en su poder para que esta vez la prueba se superara.
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