Ardor y decadencia en Riazor
El Depor se queda otra vez sin marcar y roza la eliminaci¨®n tras caer ante un Liverpool menor
Con todo el arrojo del mundo, pero escaso de f¨²tbol y vac¨ªo de gol, el Deportivo se despidi¨® de forma oficiosa de la Liga de Campeones, en la que ha brillado en los ¨²ltimos cinco a?os. El Deportivo de las remontadas, el de la ¨¦pica, el de las semifinales de la Champions... Recuerdos. La vulgaridad de la Liga la export¨® a Europa, donde no anota desde hace siete partidos y un pu?ado de meses. Fue retratado por un Liverpool que tampoco es lo que fue, en el que Ben¨ªtez intenta trenzar cuatro mimbres y siete alambres de aspecto desmejorado, cuyas limitaciones se acent¨²an cuando le falta Xabi Alonso. Le sobrepas¨® el Deportivo en intensidad, quiz¨¢s demasiada, pero tras su derrota dejar¨¢ de contar. Ni con Pandiani y su rudo estilo en la primera parte, ni con Trist¨¢n y el acoso ciego de la segunda, le alcanz¨® a los gallegos para anotar salvo en su propia puerta, lo que increment¨® su frustraciones dom¨¦sticas y le complica hasta la suave red de la Copa de la UEFA.
DEPORTIVO 0 - LIVERPOOL 1
Deportivo: Molina; H¨¦ctor (Scaloni m. 65), C¨¦sar (Pablo Amo, m. 46), Andrade, Romero; Sergio, Duscher; V¨ªctor, Valer¨®n, Luque; y Pandiani (Trist¨¢n, m. 60).
Liverpool: Kirkland; Josemi, Hyypia, Carragher, Traor¨¦; Biscan, Hamann; Luis Garc¨ªa (Xabi Alonso, m. 90), Kewell, Riise; y Baros (Sinama, m. 85).
?rbitro: Wolfgang Stark, alem¨¢n. Amonest¨® a C¨¦sar, Carragher, Andrade y Hyypia.
Gol: 0-1. M. 14. Riise recibe en la izquierda tras unajugada de Biscan y su centro lo desv¨ªa Andrade a propia puerta.
Unos 30.000 espectadores en Riazor.
La afici¨®n ovacion¨® a Trist¨¢n, no as¨ª a Irureta, v¨ªctima del desgaste de siete a?os
Despu¨¦s de jugar al enga?o, Irureta no s¨®lo dej¨® que el Rifle fuera el Rifle, sino que hizo de ¨¦l una declaraci¨®n de intenciones. Trist¨¢n volvi¨® a estallar pipas fuera del equipo titular, y con ¨¦l Fran, con lo que ello supon¨ªa de mensaje al mundo. En un partido sin apenas jugadores ingleses, el Depor y el Liverpool rindieron homenaje a la Premier con un f¨²tbol directo; un choque en el que el protagonismo fue para los centrales y para los dos pivotes de Ben¨ªtez, que descosieron a los gallegos en su punto de enganche. Con Xabi Alonso entre los algodones del banquillo, Biscan y Hamann agarraron la escoba, y el Deportivo s¨®lo supo replicar buscando la altura y la carrera de Pandiani, que prolong¨® el secano que arrastra desde hace demasiadas semanas.
El entrenador del Depor hab¨ªa solicitado intensidad, y anduvo sobrado su equipo, obsesionado en la b¨²squeda de atajos hacia Kirkland. En medio de tanto ir y venir, s¨®lo la p¨¦rdida de balones gener¨® ocasiones, como la que el sobrerrevolucionado Andrade convirti¨® en gol ajeno. Ocurri¨® cuando no hab¨ªa transcurrido un cuarto de hora, y muchos aficionados buscaban todav¨ªa su butaca, cuando Riise retrat¨® a H¨¦ctor en una apertura en profundidad de Biscan, que el extremo se limit¨® a lanzar hacia el ¨¢rea peque?a, para que la ansiedad del central asturiano convirtiera en la losa que comenz¨® a arrastrar el Deportivo.
El error de Andrade solvent¨® los problemas con el gol que el equipo de Rafa Ben¨ªtez tambi¨¦n arrastra, y que el checo Baros era incapaz de solventar. Hab¨ªa insinuado el entrenador espa?ol la posibilidad de que Luis Garc¨ªa le acompa?ara arriba, pero ayer fue el partido de los faroles, un encuentro en el que nadie hizo lo anunciado, y el ex azulgrana explot¨® las debilidades de Romero en la banda izquierda del Deportivo. Por lo dem¨¢s, Baros se movi¨® solo por el frente de ataque, apenas respaldado por Kewel, a la expectativa de que alguna p¨¦rdida de bal¨®n le diese la oportunidad de encarar a Molina. La tuvo en el primer minuto del encuentro, pero el portero del Deportivo le sac¨® el bal¨®n de los pies.
Algo de lo insinuado ejecut¨® Ben¨ªtez tras el descanso, cuando el Deportivo y el Liverpool comenzaron a parecerse m¨¢s a lo que de ellos se esperaba. Del lado ingl¨¦s, Luis Garc¨ªa pas¨® a resguardar a Baros. Si hubiera algo que resguardar, porque en la segunda mitad el Deportivo se anim¨® a echar el bal¨®n a la pradera y a ver el partido con otros ojos, lo que dej¨® definitivamente a su rival encarcelado en su terreno. Para empezar, el amonestado C¨¦sar dej¨® su sitio a Pablo Amo, para evitar frivolidades atr¨¢s. Y, a partir del minuto 60, al fin con Trist¨¢n en el campo, para regocijo de una afici¨®n que repentinamente le ama. No as¨ª a Irureta, v¨ªctima del desgaste de siete a?os, al que parte de Riazor le recrimin¨® el cambio de cromos con Pandiani, dada la desventaja en el marcador.
Por si el acoso no fuera suficiente, H¨¦ctor dej¨® su sitio a Scaloni, un tipo de estilo contagioso y experto en remontadas imposibles. Pero la fe del argentino no fue suficiente, ni tampoco la electricidad descargada por Trist¨¢n, m¨¢s ef¨ªmera que nunca. Al primer minuto se col¨® en el ¨¢rea y tembl¨® Riazor, que por entonces a¨²n confiaba en la porf¨ªa de los suyos. Y se apag¨® a continuaci¨®n, mientras el Liverpool comenzaba a estirarse y los c¨¢nticos del millar y medio de hinchas ingleses acallaban al resto de un estadio que, premonitoriamente, no alcanz¨® el lleno. Los diablos rojos, que penan en su Liga, descartaron al semifinalista del pasado curso, dejando una oscura y tupida nube en el horizonte de un Deportivo de aire decadente.


Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.