Tocando el cielo

Dif¨ªcilmente podr¨¢ verse a la m¨¢s brillante estrella senegalesa en otra igual. Un Youssou N'Dour sin la compa?¨ªa de su Super ?toile, presentando un disco at¨ªpico -Egypt-, arropado por The Fathy Salama Orchestra -formaci¨®n egipcia de 10 elementos- y vestido con chilaba color turquesa, gorro y babuchas.

El disco tiene historia. Youssou N'Dour lo grab¨® en secreto hace cinco a?os como un regalo a los suyos durante el Ramad¨¢n. Luego pens¨® que deber¨ªa poder o¨ªrlo todo el mundo. Pero ocurri¨® la tragedia del 11-S y decidi¨® aparcarlo con el fin de que no se interpretara como una respuesta extempor¨¢nea al atentado.

Aparent¨® una inmensa felicidad al cantar. Ya desde Mahdiyu laye, especie de plegaria a un enviado del profeta, desgranada con una sonrisa beat¨ªfica. Cantos r¨ªtmicos como Allah o Shukran Bamba confirmaron su alegr¨ªa. Antes de homenajear a Cheikh Ibra Fall, fundador del movimiento Baye Fall, a cuyos seguidores se reconoce por las trenzas rastas, y en la que se desataron los tambores sabar, asegur¨® que esta m¨²sica permite bailar y que la religi¨®n no tiene por qu¨¦ ser triste.

Youssou N'Dour conserva su maravillosa voz acerada para cantar a los gu¨ªas espirituales que han perpetuado las cofrad¨ªas del sufismo en su pa¨ªs. Proclama su mensaje de una religi¨®n de amor y tolerancia. Habl¨® poco, pero quiso recordar que no s¨®lo hay musulmanes en el mundo ¨¢rabe y que ¨¦sa es la ¨²nica religi¨®n que saluda con "Salam aleikum", o sea, "Paz para todos".

Panafricanismo

Y cant¨® a Oum Kalsoum, la m¨ªtica diva egipcia, a la que su padre sol¨ªa escuchar por la onda corta y que a ¨¦l, a¨²n ni?o, le emocionaba profundamente. La m¨²sica cl¨¢sica de Egipto ha sido un paradigma para el mundo ¨¢rabe y en muchos lugares de ?frica. Hay un intento de panafricanismo en esta uni¨®n de m¨²sicos de Senegal y de Egipto: el occidente y el oriente del mismo continente.

Con esa mezcla, tan hermosa como persuasiva, de los dif¨ªciles cuartos de tono ¨¢rabes y los intrincados ritmos senegaleses. Por un lado, violines, bajo, flauta, cr¨®talos, derbuka o la¨²d -que dominan en la sinuosamente ar¨¢biga Tijaniyya-, bajo la direcci¨®n del arreglista Fathy Salama; por otro, la kora, el balaf¨®n o los tambores sabar, protagonistas en exclusiva de Tan bi y Birima. Se explayan todos juntos en canciones como Touva-Daru salaam, la ciudad sagrada de los murides en Senegal y lugar de peregrinaci¨®n. El pr¨ªncipe de Dakar realza con su verdad la imagen degradada del islam.