Seguimiento del Pacto
El Pacto Antiterrorista seguir¨¢ porque ha demostrado su utilidad, seg¨²n coincidieron en se?alar ayer Rajoy y Rubalcaba, en nombre de PP y PSOE, tras la reuni¨®n de la comisi¨®n de seguimiento celebrada en el Congreso de los Diputados. La prueba de esa utilidad es que el cambio de Gobierno no ha provocado variaci¨®n en la actitud de rechazo a cualquier negociaci¨®n con ETA, ¨²ltima esperanza de la banda para intentar legitimar su pasado y encontrar razones para seguir. El reconocimiento por parte de varios ex dirigentes presos de la "imposibilidad de acumular fuerzas que posibiliten la negociaci¨®n con el poder central" es la mejor confirmaci¨®n de que el Pacto ha funcionado en su principal funci¨®n. Y la admisi¨®n por esos mismos etarras de su derrota pol¨ªtica demuestra que tambi¨¦n ha servido para consensuar medidas de utilidad contrastada.
Las condiciones son hoy diferentes que cuando se firm¨®, pero, como en su d¨ªa dijo Zapatero, mientras exista ETA seguir¨¢ siendo necesario un acuerdo de este tipo entre los partidos con posibilidad realista de gobernar. Su ampliaci¨®n a otras fuerzas es una posibilidad, siempre que no implique modificar su contenido esencial. Los nacionalistas vascos ponen pegas o se oponen directamente a algunas de las iniciativas que el Pacto ha hecho posibles y que han sido determinantes en la derrota pol¨ªtica de ETA: la eficacia policial, la ilegalizaci¨®n de sus tramas civiles y el rechazo de la negociaci¨®n. Mientras ¨¦sa sea su actitud, es m¨¢s prudente mantener el Pacto como est¨¢ e intentar asociar al resto de partidos mediante otros instrumentos de participaci¨®n, como su presencia en la comisi¨®n de secretos oficiales.
En la reuni¨®n de ayer, PSOE y PP constataron la existencia de divergencias en relaci¨®n a cuestiones objetivamente menores, como la posibilidad de que los etarras presos puedan matricularse en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, adem¨¢s de en la Universidad a Distancia (UNED); y otras de mayor calado pero que no justifican una ruptura, como la derogaci¨®n comprometida por el Gobierno socialista de las reformas introducidas unilateralmente por el PP en el C¨®digo Penal en relaci¨®n a la convocatoria de referendos y a las subvenciones a partidos ilegalizados. Es m¨¢s que dudoso que estas cuestiones exijan un tratamiento penal espec¨ªfico; y de todas formas existen procedimientos legales aplicables si se hiciera indispensable.
Una tercera cuesti¨®n suscitada ayer fue la de la supuesta vinculaci¨®n entre el terrorismo isl¨¢mico y ETA en la preparaci¨®n de la masacre del 11-M. El Gobierno ha reiterado que no tiene inconveniente en investigar los indicios que puedan aparecer, pero se remite a la opini¨®n profesional de la polic¨ªa, avalada por la transcripci¨®n de diversas grabaciones, de que tales indicios no existen. Resulta llamativa esta obsesi¨®n de algunos dirigentes del PP. Aunque se demostrase que hubo contactos entre los islamistas y ETA, ello no justificar¨ªa (ni tiene nada que ver con) la actitud de quienes, con los datos que entonces hab¨ªa, mantuvieron la hip¨®tesis de la autor¨ªa etarra cuando ya hab¨ªa indicios y luego pruebas que apuntaban en otra direcci¨®n.
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