El Depor se aburre
"Llevamos seis a?os sin cambiar", alega Molina sobre la crisis del equipo
Un dilema asaltaba a Javier Irureta cada final de temporada. El t¨¦cnico del Deportivo escrutaba a su alrededor en busca de alg¨²n signo delator de que su ciclo en A Coru?a se hab¨ªa agotado, de que quiz¨¢ todo el mundo lo ten¨ªa ya muy visto, de que acaso el equipo hab¨ªa dado de s¨ª todo lo que pod¨ªa. Tras casi 40 a?os de f¨²tbol profesional, a Irureta no se le escapaba que, alguna vez, tendr¨ªa que pas¨¢rsele el arroz cocinado con tanta paciencia en Riazor. Pero el entrenador miraba atr¨¢s y ve¨ªa una regularidad asombrosa, un equipo que durante cinco temporadas fue capaz de mantenerse entre los tres mejores de la Liga y jugar ininterrumpidamente la Copa de Europa. Y, al final, siempre decid¨ªa quedarse.
"Hay cierta rutina", admite el meta del ¨²nico equipo que no ha marcado en 'Champions'
Tambi¨¦n lo resolvi¨® este a?o, a pesar de que se barruntaban se?ales inquietantes y que algunas personas de su confianza le transmit¨ªan ciertas dudas. El equipo hab¨ªa ca¨ªdo en las semifinales de la Copa de Europa frente al Oporto, posterior campe¨®n, una derrota que instal¨® entre muchos integrantes de la plantilla la sensaci¨®n de que jam¨¢s tendr¨ªan otra oportunidad as¨ª. Y las disponibilidades econ¨®micas del club parec¨ªan haber sobrepasado su l¨ªmite. Irureta, un hombre de costumbres fijas, pens¨® que a¨²n pod¨ªa estirar la cuerda un a?o m¨¢s. Vistos los resultados, el c¨¢lculo del entrenador, que estos d¨ªas apenas logra disimular su abatimiento, pudo haber sido err¨®neo. La derrota del mi¨¦rcoles ante el Liverpool le ha dejado pr¨¢cticamente fuera, no s¨®lo de la Liga de Campeones, como admiten con estoicismo varios jugadores, sino incluso de la repesca para la UEFA. Y hay algo a¨²n peor: la sensaci¨®n que transmite el equipo de haberse quedado sin ideas y sin ilusiones. Es el ¨²nico equipo de los 32 equipos de la Champions que a¨²n no ha marcado.
Lo que hasta hace poco se se?alaba como la clave del ¨¦xito, la continuidad de un grupo de futbolistas y de su director t¨¦cnico, aparece ahora como la posible causa de la enfermedad. "El entrenador es el mismo desde hace seis a?os", reflexionaba ayer el portero Molina, "la forma de entrenar y de jugar es la de siempre, los futbolistas tambi¨¦n hemos cambiado poco en los dos ¨²ltimos a?os...". Una retah¨ªla que llev¨® al guardameta a una conclusi¨®n: "Hay cierta rutina". El portero valenciano, un hombre de car¨¢cter fuerte y trato distante, a?adi¨® una revelaci¨®n enigm¨¢tica: "S¨¦ d¨®nde est¨¢ el problema, pero no lo voy a decir. No se pueden airear los problemas en los momentos complicados y, adem¨¢s, yo puedo estar equivocado. Todos podemos tener una opini¨®n, pero nosotros tenemos que dedicarnos a jugar, y para el resto ya est¨¢ el entrenador". En distintos tonos, un diagn¨®stico semejante circul¨® en boca de otros jugadores. "Los rivales nos conocen cada vez mejor y saben nuestra forma de jugar", apunt¨® Scaloni. "Es verdad que siempre jugamos igual, pero tambi¨¦n que esa es la base que nos ha dado los ¨¦xitos", matiz¨® Sergio. "Todos los equipos tienen un sistema, una forma de jugar y una t¨¢ctica".
Irureta trataba ayer de mantener el ¨¢nimo recurriendo al refr¨¢n de que "siempre que llueve escampa". Pero la preocupaci¨®n del t¨¦cnico ha ido en aumento desde la pretemporada, cuando comprob¨® que el club no iba a insuflar sangre nueva en la plantilla. Si el t¨¦cnico ya ten¨ªa pocas esperanzas de que llegase alg¨²n refuerzo en el mercado invernal, la eliminaci¨®n de los torneos continentales lo dificultar¨ªa a¨²n m¨¢s. Sin los ingresos de la Liga de Campeones, o al menos el consuelo de la UEFA, las penurias econ¨®micas del club no har¨ªan m¨¢s que agravarse. A no ser que el presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro, a¨²n pueda rescatar la maquinaria oxidada de una factor¨ªa de milagros que durante mucho tiempo se antoj¨® inagotable.
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