Blair recibe el resultado electoral con sentimientos agridulces
La legislatura del laborista est¨¢ marcada por su relaci¨®n con EE UU
Las elecciones en EE UU han pasado sin que los comentaristas pol¨ªticos brit¨¢nicos se pusieran de acuerdo sobre cu¨¢l de los dos candidatos era el preferido por Tony Blair. Como primer ministro laborista, lo l¨®gico es que deseara la victoria del dem¨®crata John Kerry, pero su segunda legislatura ha estado marcada por la guerra contra el terrorismo y su relaci¨®n con Bush. Una derrota de ¨¦ste le habr¨ªa dejado en mala posici¨®n.
"A Blair s¨®lo le interesa la gente que est¨¢ en el poder", le coment¨® una vez Robin Cook a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para explicarle porqu¨¦ el primer ministro brit¨¢nico se llevaba mucho mejor con el entonces jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que con los socialistas espa?oles. Las barreras de Blair las marca el pragmatismo, no la ideolog¨ªa, y sus preferencias por Bush o por Kerry hay que apreciarlas desde esa ¨®ptica.
La victoria de Bush tiene una primera gran virtud para Blair: ha acabado con el fantasma de que, descabalgado primero Aznar, ¨¦l se quedara como ¨²nico superviviente pol¨ªtico del tr¨ªo de las Azores, lo que hubiera constituido una propaganda muy negativa para ¨¦l ante las elecciones generales brit¨¢nicas, que se esperan para mayo pr¨®ximo. Con el neto resultado del martes, Blair ve reforzada su posici¨®n de apoyo incondicional a la guerra contra el terrorismo emprendida por el presidente de Estados Unidos, lo que no significa que eso se convierta en un elemento positivo entre unos electores, los del Reino Unido, que nunca la han apoyado.
Los comentaristas brit¨¢nicos coinciden en que el gran inconveniente para Blair de la victoria de Bush es que seguir¨¢ sometido a una alianza en la que tiene muy poco margen de maniobra. Con Kerry en la Casa Blanca, el brit¨¢nico podr¨ªa haber recuperado su papel favorito de nexo de uni¨®n entre Estados Unidos y la Europa continental dentro de un escenario mucho m¨¢s respetuoso del marco internacional multilateral.
Influir entre bastidores
Con crisis a la vista como Ir¨¢n y Corea del Norte, Blair se ve sometido al papel que ¨¦l mismo se ha otorgado de intentar influir a Bush entre bastidores y apoyarle de manera incondicional en p¨²blico.
Pero algunos comentaristas subrayaban ayer que la capacidad de influencia de Blair en el pasado ha sido m¨ªnima y que, quiz¨¢ parad¨®jicamente, la victoria de Bush acabar¨¢ forzando a Blair a acercarse a Europa si el presidente de Estados Unidos mantiene la agresividad en pol¨ªtica exterior que ha caracterizado su primer mandato. "Blair ha de entender que Am¨¦rica ya ha elegido. Es hora de que elijamos nosotros", escribe la comentarista Jackie Ashley en The Guardian.
El primer ministro conf¨ªa en que en su segundo mandato, menos sujeto a condicionantes electorales, Bush tome las riendas del proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo y que ello le permita a ¨¦l reducir las tensiones que se viven en el seno del Partido Laborista por su alianza con el republicano.
Pero, aunque Blair se refiri¨® el mi¨¦rcoles al proceso de paz en sus palabras de felicitaci¨®n a George W. Bush, ¨¦ste no hizo ninguna menci¨®n a la situaci¨®n que se vive en Oriente Pr¨®ximo en sus palabras ante las bases republicanas al proclamar su victoria.
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