El mito de Ford
El nuevo GT es la actualizaci¨®n del modelo que domin¨® Le Mans en la d¨¦cada de los 60
EN LOS A?OS 60 el dominio de Ferrari en las carreras de resistencia era similar al que ejerce hoy en d¨ªa en la f¨®rmula 1. Y parec¨ªa incontestable. Pero Ford, uno de sus competidores, ultimaba un nuevo deportivo, m¨¢s bajo de lo habitual y con un enorme motor de siete litros de cilindrada, concebido para destronar a las m¨¢quinas italianas. Se denomin¨® GT 40, en referencia a las 40 pulgadas de altura que med¨ªa (apenas un metro), y debut¨® en las 24 horas de Le Mans de 1966. Contra todo pronostico, logr¨® alzarse con la victoria. La clave de su poder¨ªo era la velocidad, pues fue el primer coche que alcanz¨® 320 km/h. en la recta del m¨ªtico circuito franc¨¦s. Y le permiti¨® ganar tambi¨¦n los tres a?os siguientes, entre 1967 y 1969. El dominio de Ferrari hab¨ªa llegado a su fin.
El nuevo GT ya no mide 40 pulgadas de alto (ahora son 44), pero su dise?o y poder¨ªo son casi id¨¦nticos, y le convierten en una aut¨¦ntica reencarnaci¨®n del original. El nuevo superdeportivo va a permitir a Ford competir con los Ferrari Enzo, Porsche Carrera GT y Mercedes SLR en la carrera que mantienen estas marcas por ofrecer el autom¨®vil m¨¢s imponente del mercado en imagen y tecnolog¨ªa.
El GT de la era moderna s¨®lo se vende bajo pedido y cuesta 150.000 d¨®lares, unos 130.000 euros. En Espa?a, dos coleccionistas esperan ya su unidad.
- EST?TICA IMPACTANTE
La carrocer¨ªa del nuevo GT, afilada y musculosa, con bandas decorativas al m¨¢s puro estilo yanqui y unas ruedas traseras dignas de un cami¨®n (315/40 en llantas de 19 pulgadas) es todo un espect¨¢culo. Ese impacto visual se mantiene por dentro, al presentar un dise?o muy genuino que recuerda al de los deportivos cl¨¢sicos estadounidenses: siete relojes anal¨®gicos en fila, con otros tantos interruptores met¨¢licos alineados debajo, y dos asientos de carreras tapizados en cuero negro que abrazan con contundencia a conductor y copiloto. Y en medio, entre los hombros de los ocupantes, un altavoz tan grande que parece el reactor de un avi¨®n.
Como en todos los superdeportivos se va sentado bajo y estirado, embutido dentro del habit¨¢culo, y con una visibilidad reducida. En realidad, lo ¨²nico que se logra ver por el retrovisor interior es el motor 5.4 V8, que va situado detr¨¢s de los asientos y no deja espacio para maletero. Las ¨²nicas concesiones del GT son, al margen de peque?os detalles, los airbags frontales y el aire acondicionado.
- CONDUCCI?N ASEQUIBLE
Al arrancar, un sonido bronco, t¨ªpico de los grandes motores estadounidenses, inunda el habit¨¢culo. Pero basta pisar el embrague y poner la primera para que el GT empiece a moverse con docilidad, casi como un coche normal. Tras varias vueltas al circuito de Albacete confirma un car¨¢cter asequible y manejable, sin reacciones nerviosas y con aplomo. Tiene un motor de 500 CV en posici¨®n central (mejor comportamiento din¨¢mico, pero m¨¢s delicado), y, aparte de que todo pasa muy r¨¢pido y las aceleraciones, giros y frenadas someten el cuerpo a tensiones de cierta intensidad, la ¨²nica ayuda disponible son los frenos ABS: no lleva control de estabilidad o tracci¨®n, ni suspensiones electr¨®nicas.
El GT 40 es un coche ¨²nico que s¨®lo puede mostrar su potencial en un circuito. En esas condiciones admite una conducci¨®n a ritmos elevados con relativa facilidad y permite disfrutar sus incre¨ªbles prestaciones sin demasiado estr¨¦s. Aunque la pista manchega se le quedaba peque?a (no se pasaba de cuarta), alcanzaba 220 km/h. en la recta. Y Ford declara 328 km/h. de velocidad m¨¢xima.
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