Lengua azul
Rat¨®n de lengua azul es una novela del mal¨¦volo Carl Hiaasen en cuya segunda p¨¢gina mueren los dos ¨²nicos especimenes de este raro animal que quedaban en el mundo (el extra?o color no era por enfermedad, sino precisamente la cualidad que les hac¨ªa tan especiales). Luego todo se enreda en una peripecia para disimular tan irreparable p¨¦rdida, que arranca con la chapuza de te?ir la lengua a unos vulgares hamsters, y se prolonga con truculentos sucesos en un parque tem¨¢tico llamado Emocilandia. Protagonistas: ecologistas de armas tomar, ejecutivos sin escr¨²pulos, alg¨²n periodista corrupto... Punto y aparte.
Dejemos la ficci¨®n y observemos la actualidad epizo¨®tica: los ejemplares de la caba?a de rumiantes afectados por la enfermedad llamada "lengua azul" son sacrificados aunque no contagian, ya que la dolencia se transmite por mosquitos. La viremia es m¨¢s grave en las ovejas que se deprimen, mientras el ganado bovino sufre m¨¢s en el morro. Otro punto y aparte. Dicen que la modalidad antes descrita es inocua para los humanos. Pero ya sabemos que una rara patolog¨ªa viene atacando, desde hace unos 25 a?os, las meninges de algunos de los habitantes de estas latitudes del eje de la prosperidad. El morro y la depresi¨®n son igualmente causa y consecuencia.
Acribillados por las picaduras de insectos que engordan con sangre electoralista, el tintado a?il de la lengua llamada valenciana lleva a los pacientes (sujetos con pocas defensas neuronales, hay que decirlo) a preferir la poco brillante posici¨®n de cabeza de roedor antes que la de cola de un le¨®n m¨¢s poderoso, aunque tampoco sin pasarse, en un universo cultural m¨¢s amplio.
Los valencianos, de toda la vida, "semos" europeos. Ahora vamos a contribuir al simb¨®lico "reconocimiento"continental de las lenguas nacionales con el rid¨ªculo empe?o de nuestra Generalitat en presentar una Constituci¨®n con id¨¦ntica traducci¨®n que la que ha postulado, con ¨¢nimo conciliador, la Generalitat del Pa¨ªs Valenciano del norte. Lengua azul , realidad y met¨¢fora. Qui¨¦n dice que no representa una epidemia peligrosa para los reyes de la creaci¨®n...? Pregunten a Moratinos, Zapatero, Pla. Vaya papel¨®n. Tierra, tr¨¢ganos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.