"Espa?a es el pa¨ªs que m¨¢s puede aportar a EE UU en lo internacional"
Por sus a?os de embajador de la UE en Oriente Pr¨®ximo, en un imposible equilibrio entre israel¨ªes y palestinos, Miguel ?ngel Moratinos es un experto en relaciones internacionales particularmente dif¨ªciles. Tal vez por ello, el hoy ministro espa?ol de Asuntos Exteriores afronta el triunfo electoral de George W. Bush con naturalidad y mira esperanzado al encuentro que tendr¨¢ el pr¨®ximo 18 de diciembre en Bruselas con el secretario de Estado, Colin Powell.
El ministro Miguel ?ngel Moratinos sostiene que las relaciones con Washington no son motivo de preocupaci¨®n, y recuerda que las dif¨ªciles negociaciones, en 1988, para que los estadounidenses salieran de la base de Torrej¨®n de Ardoz no impidieron que las relaciones entre los dos pa¨ªses siguieran siendo excelentes.
"Este Gobierno lo que pide es que se nos respete como nosotros les respetamos a ellos"
"Gobiernos como los de Aznar son los que inyectan antiamericanismo"
"EE UU tendr¨¢ que asumir la necesidad de variar su posici¨®n actual en Irak"
Pregunta. Hay una preocupaci¨®n evidente de la opini¨®n p¨²blica, que teme que las relaciones del Gobierno espa?ol con la segunda Administraci¨®n de Bush van a ser malas. ?Cree que est¨¢ justificada?
Respuesta. Yo creo que no. Creo que dos pa¨ªses aliados y socios, como Estados Unidos y Espa?a, no solamente no se pueden permitir tener malas relaciones, sino que estructuralmente las relaciones ir¨¢n a mejor, porque los desaf¨ªos que tienen ambos pa¨ªses nos van a obligar a trabajar.
P. De todos modos, hay que decir que todos los partidos -PP, CiU, PNV, IU- han pedido al Gobierno que se esfuerce por enderezar las cosas.
R. Yo respeto la petici¨®n de todos los partidos pol¨ªticos, pero este Gobierno se estren¨® con una visita de su ministro de Asuntos Exteriores a EE UU. Desde sus primeras horas, el Gobierno socialista puso de manifiesto esa voluntad de reforzar la relaci¨®n y poder definir lo que ser¨ªa una estrategia conjunta en un tema prioritario, que es la lucha contra el terrorismo.
P. ?Admite usted que habr¨ªa que corregir algunos excesos verbales, o, como se ha dicho desde el PP, algunas patadas en la espinilla gratuitas?
R. No hemos dado ninguna patada en la espinilla. He trabajado muy bien con mi colega norteamericano. Lo que ha habido, yo creo, son manifestaciones y declaraciones p¨²blicas, aunque quiz¨¢s la diplomacia del meg¨¢fono no es la m¨¢s apropiada. Pero todo eso ha ocurrido en un periodo en el que exist¨ªa una campa?a electoral en Norteam¨¦rica, esta campa?a ha concluido, y ha habido una votaci¨®n democr¨¢tica, mayoritaria y muy consolidada en favor del presidente Bush. Ahora, se trata de ponerse a trabajar y de encontrar la atm¨®sfera pol¨ªtica para desarrollar de forma mucho m¨¢s intensa las relaciones bilaterales y las relaciones donde Espa?a, dentro de la UE, puede aportar su granito de arena en m¨²ltiples escenarios regionales.
P. El presidente del Gobierno ha pedido a Bush unas relaciones basadas en el respeto mutuo. ?Ha faltado ese respeto en el pasado?
R. Yo no s¨¦ si ha faltado. S¨¦ que este Gobierno, como todo Gobierno que tiene apoyo mayoritario de la sociedad espa?ola, lo que pide es que se nos respete como nosotros les respetamos a ellos. Creo que ¨¦ste es uno de los principios b¨¢sicos de la diplomacia en el siglo XXI.
P. ?Quiere decir que este Gobierno se ha sentido no respetado?
R. No. Nosotros hemos tenido una relaci¨®n normal con EE UU. A veces hemos disentido en algunas pol¨ªticas, pero lo hemos expresado con pleno respeto. Incluso algunas declaraciones que fueron mal interpretadas [se refiere a cuando Zapatero dijo en T¨²nez que ser¨ªa bueno que otros pa¨ªses siguieran el ejemplo de Espa?a y se retiraran de Irak] siempre se iniciaban con esa frase y esa voluntad de respetarnos mutuamente. Nosotros respetamos la posici¨®n de la Administraci¨®n norteamericana y lo que pedimos es que nos respeten tambi¨¦n en lo que es nuestra visi¨®n y nuestro compromiso en distintas acciones internacionales.
P. La declaraci¨®n de principios que firmaron Josep Piqu¨¦ y Madelein Albright, en enero de 2001, para desarrollar una relaci¨®n de socios privilegiados mediante contactos peri¨®dicos de alto nivel y planes de cooperaci¨®n cultural y econ¨®mica, adem¨¢s de defensa, ?sigue siendo una base v¨¢lida, o habr¨ªa que reformularla?
R. No. Yo creo que es una base excelente. Lo que tendr¨ªamos que lograr entre EE UU y Espa?a es, precisamente, romper equ¨ªvocos de que, porque cambien equipos pol¨ªticos de ideolog¨ªa contraria, no se cumpla lo que es la voluntad general de ambas sociedades de establecer un relaci¨®n s¨®lida. Precisamente, ser¨ªa ejemplar que si Piqu¨¦ firm¨® un acuerdo con una Administraci¨®n dem¨®crata, se puede profundizar y desarrollar ahora con una Administraci¨®n republicana. ?sa ser¨¢ nuestra intenci¨®n: poder retomar la aplicaci¨®n de ese protocolo y poner en aplicaci¨®n directa cada uno de sus cap¨ªtulos.
P. M¨¢s en concreto, ?qu¨¦ es lo que usted espera de la segunda Administraci¨®n Bush para que las relaciones con Espa?a vayan como usted desear¨ªa?
R. Lo que espero es que el di¨¢logo pol¨ªtico se pueda intensificar, que, a partir de eso, podamos suscribir acciones que puedan ser beneficiosas para ambos pa¨ªses. Para ello, tenemos que hacer, yo creo, un ejercicio de acercamiento mutuo. El Gobierno espa?ol cree que los grandes desaf¨ªos del siglo XXI, para que puedan tener respuestas m¨¢s eficaces, deben plantearse en el ¨¢mbito de la UE y EE UU. Dentro de la UE, Espa?a debe ser uno de los motores, de los iniciadores, de cualquier propuesta que pueda reforzar la relaci¨®n trasatl¨¢ntica. Pero la esencia es que cada uno nos acerquemos a mitad de camino, que no creamos que poseemos la verdad, que ten¨ªamos raz¨®n.
P. Veamos alguna cosas concretas. Por ejemplo, es muy claro que EE UU va a pedir ya, quiz¨¢s este mismo mes, al Consejo de Seguridad, sanciones contra Ir¨¢n. ?C¨®mo se va a mover el Gobierno?
R. Ah¨ª tenemos una posici¨®n com¨²n de la UE. Hay una negociaci¨®n que est¨¢ todav¨ªa pendiente de resultados finales. La oferta europea es que si Ir¨¢n decide suspender el enriquecimiento de uranio, se le presentar¨¢ un paquete global de incentivos, y nuestra esperanza es que lo acepte. En el caso de que no sea as¨ª, la decisi¨®n de los 25 miembros de la UE es ir al Consejo de Seguridad, pero el Gobierno espa?ol desear¨ªa que no se d¨¦ ese paso, y espera que las autoridades iran¨ªes comprendan la situaci¨®n.
P. Usted planea desde que lleg¨® al Gobierno una gira por Oriente Pr¨®ximo. ?C¨®mo afecta la victoria de Bush a ese proyecto?
R. Bueno, yo ya tengo una cita, que es en Israel del 1 al 3 de diciembre. Creo que el momento es novedoso y que abre muchas oportunidades. Coinciden la aprobaci¨®n del plan de retirada de Gaza por el Parlamento israel¨ª con una transici¨®n pol¨ªtica palestina de enorme trascendencia estrat¨¦gica y, por tanto, novedosa, y con una Administraci¨®n americana tambi¨¦n novedosa, que se va a dedicar preferentemente, seg¨²n se nos ha dicho durante la campa?a, a impulsar una soluci¨®n a esta situaci¨®n.
P. O sea que usted cree que Bush va a cumplir esa promesa.
R. Yo estoy muy esperanzado. No hay que olvidar que Bush, en su discurso de junio de 2002, dio lo que denomin¨® su visi¨®n del problema y la bas¨® en dos Estados, el de Palestina y el de Israel, viviendo en paz y en seguridad. Es su visi¨®n, y yo me imagino que, en su segundo mandato, lo que querr¨¢ es que su visi¨®n se convierta en realidad. Y nosotros le vamos a ayudar, y le vamos a facilitar que su visi¨®n no sea simplemente una visi¨®n, sino que sea una realidad pol¨ªtica. De eso puede estar seguro el presidente Bush, de que Espa?a har¨¢ todo lo posible para que se pueda alcanzar ese objetivo.
P. La salida de escena de Arafat, ?puede facilitar la paz o es un motivo m¨¢s de inestabilidad?
R. Depende de c¨®mo se gestiones todo el proceso. Primero, tenemos que ser muy prudentes, porque Arafat todav¨ªa sigue vivo, en una situaci¨®n muy cr¨ªtica como se nos ha comunicado, pero s¨ª sabemos que hace falta consolidar todo el proyecto pol¨ªtico de la Autoridad Nacional Palestina [ANP]. Europa tiene que apostar por un liderazgo y una ANP lo m¨¢s democr¨¢tica posible, y as¨ª este Consejo Europeo [celebrado los pasados jueves y viernes] ha apostado por la legitimidad democr¨¢tica de los futuros dirigentes palestinos. Vamos a hacer todo lo posible por acelerar todo el proceso electoral, porque haya elecciones cuanto antes en Palestina y porque sea el propio pueblo palestino quien decida, aunque Arafat es el presidente electo y le tenemos que respetar mientras viva.
P. ?Y, a toro pasado, no cree usted que con Kerry todo esto habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil?
R. No lo s¨¦. Eso son futuribles o hip¨®tesis, y no aporta nada imaginar una cosa u otra. Yo lo que creo, y lo digo con honestidad, es que, en el tema concreto de Oriente Pr¨®ximo, he tenido experiencias con dem¨®cratas y con republicanos y puedo decir que he tenido mejor relaci¨®n con el Departamento de Estado republicano que con el liderado por Clinton. Ha habido m¨¢s juego para la comunidad internacional y la Uni¨®n Europea en esa ¨²ltima etapa, en que se cre¨® el Cuarteto. Por tanto, ahora que se abren perspectivas positivas, estamos mejor posicionados que en la ¨¦poca dem¨®crata de Clinton. Entonces, yo ten¨ªa que estar en los pasillos y se me informaba de manera telef¨®nica. Hoy d¨ªa tenemos mucha m¨¢s capacidad de influencia y protagonismo pol¨ªtico.
P. ?Cree que incluso en Irak se puede esperar alg¨²n tipo de cambio pol¨ªtico por parte de EE UU?
R. No s¨¦ si se puede esperar, pero desde luego es deseable. Yo creo que es una urgencia, es una necesidad, porque la situaci¨®n no puede ser m¨¢s dram¨¢tica de lo que se est¨¢ viviendo. Pienso que la propia Administraci¨®n norteamericana tendr¨¢ que asumir la necesidad de variar su posici¨®n actual y ah¨ª tambi¨¦n, sin paternalismos y sin creer que tenemos la verdad o que nuestras recetas son mejores, tenemos que hacer un esfuerzo conjunto para buscar una salida y dar a la sociedad iraqu¨ª una oportunidad de elecciones mucho m¨¢s democr¨¢ticas y de que puedan recuperar su autogobierno.
P. ?Qu¨¦ piensa que espera el Gobierno de EE UU de Espa?a?
R. En general, yo creo que espera solidaridad y mantenimiento de todos los compromisos en los temas esenciales, en la cooperaci¨®n y el convenio de defensa, fortalecimiento de la alianza atl¨¢ntica, y ya he dicho en varias ocasiones que, en el d¨¦cimo aniversario de la agenda trasatl¨¢ntica, que se suscribi¨® en 1995, podemos revisarla y adaptarla a lo que son los nuevos desaf¨ªos. Ah¨ª nosotros vamos a aportar. Quieren un compromiso en la lucha contra el terrorismo, y lo tienen; quieren un compromiso en Afganist¨¢n, y Espa?a mantiene un contingente importante; estamos presentes en Balcanes. Luego saben, yo creo, el valor a?adido que podemos aportar tanto en Latinoam¨¦rica como en el mundo ¨¢rabe, y para ellos son dos escenarios fundamentales. Es curioso, porque es verdad que la relaci¨®n hist¨®rica entre Gran Breta?a y Estados Unidos no se puede sustituir, pero el pa¨ªs que m¨¢s puede aportar a EE UU en su acci¨®n internacional es Espa?a. Y desde luego podemos trabajar en esas zonas con m¨¦todos y acciones mucho m¨¢s eficaces que las que trat¨® de aportar el Gobierno de Aznar, porque ¨¦ste trat¨® de convencer a los socios y aliados latinoamericanos de que votase de una manera u otra, y no lo consegu¨ªa. O iba a Oriente Medio y nadie le daba credibilidad. Nosotros tenemos credibilidad en Latinoam¨¦rica y en Oriente Pr¨®ximo, en el norte de ?frica y en el mundo ¨¢rabe, y, por tanto, nuestra gestiones, si est¨¢n bien coordinadas, bien concertadas, y los objetivos est¨¢n compartidos, tendr¨¢n resultado.
P. Un no peque?o inconveniente para la comunicaci¨®n con Washington es que el Gobierno espa?ol no cree en la Tercera Guerra Mundial contra el terrorismo.
R. La diferencia es m¨¢s bien terminol¨®gica. Nosotros s¨ª consideramos que el terrorismo es uno de los m¨¢s grandes desaf¨ªos que tiene la comunidad internacional, aunque no creemos en el concepto de guerra. Hablamos de lucha, pero creemos que tenemos que derrotar a estos fan¨¢ticos, verdaderamente. Creemos, como ya hemos dicho en muchos seminarios, que hay que eliminar los asideros de legitimidad que tienen estos grupos terroristas, porque se podr¨¢ matar y detener a estos sujetos, pero si luego hay cien mil m¨¢s que se adhieren a toda esta serie de redes y grupos, seguiremos una especie de guerra sin final, y eso no da resultado.
P. Una cosa que le dejaron claro los americanos desde que usted fue a Washington en abril es que quieren tropas para operaciones internacionales. ?Hay alguna posibilidad de que las que est¨¢n en Afganist¨¢n prorroguen su estancia?
R. Nosotros tenemos por decisi¨®n del Consejo de Ministros un tope de presencia de tropas en el extranjero, que creo que est¨¢ en los 2.600 soldados. Siempre que estemos dentro de esos m¨¢rgenes y que contemos con la aprobaci¨®n del Congreso y del Senado, lo que haremos es plantearnos si hay necesidad de volver a mandar. Pero en Afganist¨¢n ten¨ªamos un mandato para ir al proceso electoral y un compromiso de estar en la ISAF dentro de una unidad m¨¦dica que va a permanecer all¨ª. Regresa el batall¨®n, pero se quedan otros. Lo que tenemos que hacer es cumplir el compromiso con el Parlamento.
P. ?Hay que reequilibrar la relaci¨®n en materia de defensa con EE UU?
R. Yo creo que hay que dialogar y ver lo que puede ser mutuamente beneficioso para ambos. Las relaciones son buenas y, en ese sentido, los convenios han funcionado bien. Yo siempre digo, se lo dije a mis interlocutores americanos cuando criticaban la decisi¨®n de este Gobierno de retirar las tropas de Irak, que mucho m¨¢s complicada y dif¨ªcil fue la negociaci¨®n de Torrej¨®n de Ardoz [en 1988]. Fue cerrar una base norteamericana de enorme calado estrat¨¦gico para EE UU, y eso no fue obst¨¢culo para luego reconstruir una relaci¨®n extraordinaria entre el Gobierno socialista y la Administraci¨®n americana. Tambi¨¦n se habl¨® entonces de crisis, de que no se podr¨ªan reconstruir las relaciones, pero se hizo, hubo mucho mayor entendimiento y no hubo m¨¢s antiamericanismo. Precisamente toda esa preocupaci¨®n que existe en la sociedad norteamericana de que hay una actitud de antiamericanismo en Espa?a se puede resolver con posiciones de respeto y, sobre todo, de normalidad democr¨¢tica. Yo le dije a [Colin] Powell, cuando se decidi¨® enviar tropas a Afganist¨¢n, que no hab¨ªa visto ninguna manifestaci¨®n en la calle ni pancartas antinorteamericanos, sino que todas las fuerzas pol¨ªticas espa?olas hab¨ªan votado por participar en una acci¨®n de paz donde la presencia mayoritaria era la americana. Pero que lo que no pod¨ªamos hacer era mantener una presencia en Irak cuando el 80% o 90% de la poblaci¨®n estaba en contra.
P. O sea que este Gobierno, a diferencia de lo que acaba de decir Aznar en el Wall Street Journal, no cree en el antiamericanismo at¨¢vico de los espa?oles.
R. Gobiernos como los de Aznar son los que inyectan antiamericanismo. El se?or Zapatero es la mejor garant¨ªa de que el antiamericanismo descender¨¢ en Espa?a.
P. ?Puede ser Cuba un problema en las relaciones con EE UU?
R. Yo creo que no. Lo que hace falta es mayor di¨¢logo entre EE UU y Cuba, una vez pasadas las elecciones, donde era un tema muy electoral para los dos candidatos. Yo creo que ahora tenemos capacidad de consulta y de di¨¢logo, porque el objetivo es el mismo. El problema es c¨®mo llevarlo a cabo. Pero nos proponemos intensificar de manera inmediata nuestras consultas sobre los dos escenarios que he se?alado: Latinoam¨¦rica, con dos objetivos inmediatos, Cuba y Venezuela, y el mundo ¨¢rabe, donde tenemos algo que decir.
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