El CNI estuvo a punto de detener al jefe del 11-M poco antes de los atentados
Se distribuyeron fotos de Lamari en oficinas de correos desde las que envi¨® giros postales al GIA
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) reparti¨® la fotograf¨ªa de Allekema Lamari, el presunto emir del 11-M, en diversas oficinas de correos de Madrid y Valencia semanas antes del ataque terrorista contra los trenes de Atocha, seg¨²n fuentes cercanas al centro de espionaje. Desde su salida de prisi¨®n, el argelino Lamari ayud¨® econ¨®micamente a seis ex miembros del GIA presos en c¨¢rceles marroqu¨ªes y espa?olas mediante el envio de giros postales. El seguimiento del CNI a Lamari se logr¨® gracias a un confidente que facilit¨® informaci¨®n sobre el argelino, entonces en b¨²squeda y captura.
Gracias a un confidente, los esp¨ªas llevaban meses tras el argelino y sus hombres
La fotograf¨ªa del jefe del comando terrorista que protagoniz¨® el atentado contra los cuatro trenes de Atocha se exhibi¨® y facilit¨® a empleados y responsables de varias sucursales de correos de Madrid y Valencia para que alertaran al servicio de inteligencia o a la polic¨ªa si el argelino volv¨ªa a pasar por all¨ª. Semanas antes del ataque terrorista, Lamari envi¨® giros postales a c¨¢rceles de Marruecos y Espa?a donde cumpl¨ªan penas salafistas condenados por actividades terroristas.
Las cantidades oscilaban entre los 150 y 300 euros y las recibieron varios de sus antiguos correligionarios del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA) como Abdelkrim Bensemail, preso en la c¨¢rcel de Villabona (Asturias) y al que el juez Baltasar Garz¨®n implica ahora en un plan para volar la Audiencia Nacional y diversos edificios emblem¨¢ticos de Madrid. Tambi¨¦n recibi¨® dinero Bachir Belhaken, detenido con Lamari en Valencia en 1997, que cumple su condena en la prisi¨®n de C¨®rdoba, y reclusos en A Lama (Pontevedra) donde el argelino cumpli¨® parte de su condena.
Lamari envi¨® giros a al menos seis presos por terrorismo islamista y lo hizo desde diversas oficinas de correos en Madrid y Valencia, seg¨²n se?alan fuentes pr¨®ximas al CNI. ?stas se?alan que al menos se detectaron ocho giros diferentes, algunos dirigidos a prisiones de Marruecos. Ante la evidencia de sus actividades, el CNI pidi¨® ayuda a la polic¨ªa para localizarlo en diversas vigilancias, pero las gestiones no dieron resultado.
El ¨²nico servicio de informaci¨®n que estuvo cerca de atrapar al jefe del comando terrorista en los meses previos al 11-M fue el CNI, que abri¨® una investigaci¨®n espec¨ªfica sobre este argelino de 39 a?os, muerto el pasado 3 de abril en la explosi¨®n del piso de Legan¨¦s (Madrid), y sobre varios de sus colaboradores. La Guardia Civil no trabaj¨® sobre Lamari y la polic¨ªa, que lo detuvo y desarticul¨® su c¨¦lula en Valencia en abril de 1997, no lo detect¨® en sus nuevas investigaciones, seg¨²n aseguran sus responsables.
Allekema Lamari fue condenado por la Audiencia Nacional a 14 a?os de prisi¨®n por delitos de terrorismo islamista, pero gracias a un error judicial logr¨® la libertad en junio de 2002 cuando s¨®lo hab¨ªa cumplido cinco a?os y medio de condena. El 18 de julio de 2003, la Audiencia dict¨® orden de b¨²squeda y captura por quebrantamiento de condena, ya que no compareci¨® para cumplir la pena que le quedaba por redimir. El Tribunal Supremo la hab¨ªa rebajado a nueve.
Lamari se desplaz¨® a Tudela (Navarra) y a Valencia, donde contact¨® con militantes salafistas, pero a partir de la orden de b¨²squeda y captura se esfum¨®. No obstante, a juzgar por la informaci¨®n que el CNI ten¨ªa de sus actividades parec¨ªa vigilado por agentes de este centro.
El 6 de noviembre, la unidad antiterrorista de ese servicio de inteligencia elabor¨® un informe en el que se afirma que Lamari hab¨ªa comentado a sus hombres de confianza un "plan de elementos argelinos que podr¨ªan cometer un atentado en Espa?a". Seg¨²n la versi¨®n del CNI, el argelino habl¨® entonces "de un gran objetivo" y un coche bomba guiado por un terrorista suicida.
La informaci¨®n sobre Lamari la obtuvieron los agentes del CNI gracias a un confidente pr¨®ximo al ex militante del GIA que desde su salida de la prisi¨®n de A Lama les facilit¨® datos sobre sus movimientos y actividades. Algunas fuentes aseguran que hasta que se dict¨® la orden de b¨²squeda y captura contra el argelino el CNI lo fotografi¨® y film¨® en varias ocasiones. Pero a partir de entonces regres¨® a la clandestinidad.
La nota en la que el CNI inform¨® de un atentado suicida en Espa?a se envi¨® a la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la polic¨ªa, de la que depende la Unidad Central de Informaci¨®n Exterior, y durante los meses de diciembre de 2003 y enero de 2004 el CNI y este servicio trabajaron juntos tras la pista de Lamari.
El pasado 6 de marzo, cinco d¨ªas antes del atentado terrorista, el CNI elabor¨® una nota interna en la que se destac¨® la desaparici¨®n de Lamari y de cinco de sus ac¨®litos del barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, una zona por la que se mov¨ªa como pez en el agua. Entre los desaparecidos figuraba Abdelmajid Bouchar, el joven que alert¨® a los siete suicidas de la presencia policial en el piso en el que se atrincheraron en Legan¨¦s. Los principales protagonistas del 11-M abandonaron sus domicilios y puestos de trabajo varios d¨ªas antes del ataque.
Ese mismo d¨ªa 5, el argelino envi¨® un giro postal de 150 euros al preso Abdelkrim Bensamail, su antiguo compa?ero en la c¨¦lula de Valencia. Lo hizo desde otra oficina de correos diferente a las anteriores. Una nueva pista de su paradero que, sin embargo, no fue suficiente para localizarlo.
El seguimiento a Lamari por parte de los esp¨ªas fue tan estrecho que el mismo d¨ªa 11 de marzo varios agentes del centro estaban en un parque de Valencia vigilando a colaboradores del argelino. Los fotografiaron sentados en un banco, seg¨²n se?alan fuentes de este servicio.
El 16 de marzo, el centro que dirig¨ªa Jorge Dezcallar elabor¨® una nota en la que responsabiliz¨® a Lamari de la matanza. "Tiene las suficientes dotes de liderazgo y grado de fanatismo para dirigirlo", se?ala el escrito que reclam¨® su detenci¨®n "urgente y prioritaria".
La polic¨ªa recibi¨® con escepticismo las informaciones del CNI sobre el liderazgo de Lamari en el comando terrorista, pero el 4 de abril encontraron entre los escombros del piso de Legan¨¦s el pasaporte de Bouchar, su colaborador, y la tesis de los esp¨ªas cobr¨® fuerza. Su cad¨¢ver se reconoci¨® siete meses despu¨¦s gracias al an¨¢lisis de la saliva de Mohamed y Teldja, los padres de Allekema. El matrimonio reside en Argel.
Disfrazado
Las excepcionales medidas de seguridad que adopt¨® Allekema Lamari desde que en julio de 2003 se dict¨® su orden de b¨²squeda y captura le permitieron sortear la investigaci¨®n abierta sobre ¨¦l por el Centro Nacional de Inteligencia.
No utilizaba tel¨¦fonos m¨®viles y llamaba siempre desde cabinas telef¨®nicas p¨²blicas, algunas en pleno centro de Madrid. Dorm¨ªa en distintos domicilios y se disfrazaba para evitar ser descubierto. El CNI tuvo m¨¢s informaci¨®n que ning¨²n otro servicio sobre los movimientos y planes del jefe de la c¨¦lula terrorista meses antes del 11-M, pero ¨¦sta no fue suficiente para localizarlo pese a las pistas que dej¨® en en el camino, seg¨²n aseguran fuentes del centro.
Adem¨¢s de su proyecto de perpetrar un gran atentado en Espa?a y de los giros postales que envi¨® a sus ex compa?eros del GIA, los agentes del CNI tuvieron informaci¨®n de alguno de sus viajes a Valencia.
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