Ciencia y tecnolog¨ªa a cualquier hora
Los estudiantes copan la mayor¨ªa de las actividades dedicadas este mes a la difusi¨®n cient¨ªfica
Jueves, 4 de noviembre, 9.00. Los alrededores del colegio mayor Galileo Galilei, en la Universidad Polit¨¦cnica, muestran una imagen inusual: 450 chicos y chicas en torno a los 14 a?os, acompa?ados por sus tutores, aterrizan animados en el campus. Una hora despu¨¦s participan de una demostraci¨®n de interacci¨®n virtual con una terminal de contenedores simulada. El proyecto Virtrainer, que aborda t¨¦cnicas para acelerar la visualizaci¨®n r¨¢pida de grupos de objetos apilados, pensado para procesos industriales, sirve a estos estudiantes de ESO para jugar a conducir por pasillos angostos flanqueados por contenedores. Un estudiante, con cascos puestos, trata de esquivar la pila que se le viene encima, sin mucha suerte. Risas generales, tambi¨¦n de los voluntarios universitarios de apoyo. "Son nanos", dice uno, "y se portan como tal": Es f¨¢cil ordenar la salida cuando se avalanzan fuera del sal¨®n de proyecciones, prestos a comerse el bocadillo en el c¨¦sped. Cuatro alumnas del IES La Vall de Seg¨®, dicen que ellas van m¨¢s para letras que para ciencias, pero que la experiencia "es divertida, porque siempre en clase te acabas cansando". Esperan disfrutar del taller que viene tras el bocata, justo sobre ?Qu¨¦ comer? Mitos sobre la alimentaci¨®n. En otro taller les ense?an c¨®mo ahorrar agua. Un profesor del IES Patacona dice que este tipo de actividades les ayuda a orientarse para el bachillerato.
Casi 2.500 estudiantes de ESO quedan en lista de espera en los talleres de la Polit¨¦cnica
"El huevo es el mensaje", vino a decir Bertrandpetit en el 'Bar de les Ci¨¨ncies'
Un total de 1.500 estudiantes han participado en este paquete de actividades que organizaba la Polit¨¦cnica dentro de la Semana de la Ciencia. Los organizadores dicen que se han quedado en lista de espera 2.400 alumnos y m¨¢s de 100 institutos. Hay una demanda clara para este tipo de actividades de difusi¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica. En la C¨¢tedra de Divulgaci¨®n de la Ciencia de la Universitat de Val¨¨ncia reconocen tambi¨¦n una demanda insatisfecha en las conferencias que organizan estos d¨ªas por institutos, con t¨ªtulos como La investigaci¨® a l'Ant¨¤rtida: ci¨¨ncia i conviv¨¨ncia, que impartir¨¢ hoy en el IES de Moixent el profesor Antonio Camacho. As¨ª, hasta cerca de 60 conferencias en otros tantos centros de secundaria, el doble que el a?o pasado.
Jueves, 19.30. La Linterna es un bar de copas en pleno centro de Valencia donde se escucha jazz y se habla un poco de todo. Esta noche se escuchan en voz alta frases inusuales, como "el cerebro no est¨¢ hecho para entender el mundo, sino para sobrevivir". Claro que quien lo dice es Jaume Bertranpetit, catedr¨¢tico de la Pompeu Fabra que, ante la cuesti¨®n del huevo o la gallina, vino a decir que "el huevo es el mensaje". ?se era el tema de conversaci¨®n, el origen y evoluci¨®n de la vida. Con Bertranpetit est¨¢n Llu¨ªs Ribas de Pouplana (Institut de Recerca Biom¨¨dica de Barcelona) y los profesores de la Universitat de Val¨¨ncia Juli Peret¨® y Andr¨¦s Moya, ambos bi¨®logos. Cerca de un centenar de estudiantes, profesores y curiosos escuchan, opinan o preguntan a estos cuatro cient¨ªficos que componen el cartel del primer Bar de las Ciencias de la Universitat. Manolo Jard¨ª, periodista y moderador, introduce con humor cuestiones nuevas cuando se alargan las respuestas. "Todav¨ªa tendr¨ªamos la polio si nos preocupara lo que dice el Papa", zanja tajante Ribas a una insinuaci¨®n sobre las posiciones eclesi¨¢sticas respecto a la ciencia. Otros asistentes hacen preguntas futuristas, sobre la creaci¨®n de vida en laboratorio, algo que "no s¨®lo es posible, sino muy estimulante para el desarrollo de la biolog¨ªa", resume entusiasta Peret¨®, o la vida tras desaparecer el ser humano: "Alg¨²n microorganismo sobrevivir¨¢", apunta Moya. Y entre col y col, pone m¨²sica en vivo el tr¨ªo catal¨¢n Lifetime, que ha compuesto para la ocasi¨®n una pieza sobre los cient¨ªficos "que ponen luz all¨¢ donde no llegan los electricistas", con menciones a Lynn Margulis y Franklin, entre otros. Una experiencia prometedora y con futuro, la de este bar, singular en la avalancha de iniciativas divulgadoras por estas fechas.
Mi¨¦rcoles, d¨ªa 3, 12.30. Alumnos de la Escuela Polit¨¦cnica Superior de Gandia abarrotan la sala de conferencias donde se ubica la Feria de Invenciones. Es una muestra hist¨®rica de la evoluci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas audiovisuales, desde los or¨ªgenes del cine y la animaci¨®n, pasando por experimentos ¨®pticos, ac¨²sticos, y una exhibici¨®n de los programas que desarrollan 15 grupos de investigaci¨®n I+D+I del centro. El plat¨® de televisi¨®n, con efectos visuales y el set de cromas, son los stands m¨¢s concurridos. La exposici¨®n permite tambi¨¦n a los estudiantes interactuar con algunos de los experimentos, como los de procesamiento de se?ales en comunicaciones inal¨¢mbricas en el interior de edificios. Alg¨²n alumno curioso se acerca al robot Akira, inanimado sobre una mesa, sin saber muy bien si se trata de un elemento m¨¢s de la muestra sobre la evoluci¨®n de la ciencia o si tiene alguna funci¨®n. Est¨¢n ante una de las joyas de la exposici¨®n. Akira ha sido desarrollado por un grupo interdisciplinar, de Telecomunicaciones, Forestales y Turismo, por encargo del parque natural de L'Albufera. Su tarea es hacer un seguimiento de "la capacidad de carga" del espacio protegido, explicaba Pilar S¨¢nchez, coordinadora de la feria. Capaz de distinguir caras humanas de animales y vegetaci¨®n, Akira controla los ruidos en determinadas zonas, puede desplazarse y toma datos que env¨ªa a una central.
A 80 kil¨®metros, en el campus de Vera, la Polit¨¦cnica exhibe otra feria de inventos m¨¢s amplia. Dentro y fuera de las universidades, en museos y en centros de ense?anza, la Semana de la Ciencia genera un abanico de actividades que se ampl¨ªa cada a?o y con demanda en aumento. Sobre todo entre j¨®venes y estudiantes.
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