Riquelme marca el ritmo

Riquelme es una bendici¨®n para los ojos del espectador, un lujo para el Villarreal, un castigo para los rivales. Osasuna pag¨® en sus carnes el buen momento del enganche argentino. Y su propio miedo. Se acord¨® de atacar cuando ya era demasiado tarde, cuando la desventaja era sustancial. El Villarreal es un equipo creativo, paciente, que elabora y mastica sus acciones con un punto de brillantez y galanter¨ªa. Pero pocos echan la vista atr¨¢s, a una defensa que sostiene al equipo cuando no se encuentra la porter¨ªa contraria, cuando la posesi¨®n no se traduce en superioridad en el marcador.

La realidad expone que al Villarreal los equipos contrarios le acechan contadas veces, concede escasas ocasiones y le marcan muy pocos goles. A partir de ah¨ª, nace un equilibrio que, a poco que rentabilice la aportaci¨®n ofensiva, convierte al conjunto castellonense en un contrincante dif¨ªcilmente superable. Reina aporta seguridad en la porter¨ªa; los centrales dan la sobriedad necesaria pese a su aspecto endeble; la elegancia de Quique ?lvarez garantiza la salida pulcra del bal¨®n; la rapidez y contundencia de Gonzalo Rodr¨ªguez evita m¨¢s de un peligro, y a ello a?ade su buen juego a¨¦reo, su buena capacidad para moverse, para encontrar posiciones de remate en el ¨¢rea contraria en jugadas a bal¨®n parado. En una de ellas lleg¨® el gol de Rodr¨ªguez, el segundo del Villarreal tras un lanzamiento dirigido de Riquelme a la cabeza del defensa argentino. Corr¨ªa el minuto 39 de juego. Dos minutos antes Riquelme abr¨ªa el marcador tras transformar un penalti inocente de Pu?al a Jos¨¦ Mari.

Los goles del Villarreal plasmaban la evidencia. Osasuna se limit¨® durante el primer acto a refugiarse en su defensa sin ni siquiera mostrarse a la contra. Tampoco dispuso Aguirre un planteamiento para el ataque r¨¢pido y por sorpresa. Aloisi y Milosevic no ofrecen tales prestaciones. Lo suyo es aguantar y cazar alg¨²n remate en el ¨¢rea, pero para que se d¨¦ tal circunstancia hay que aproximarse.

Osasuna tuvo la intenci¨®n cuando se vio por debajo en el marcador, como suele ocurrir en los equipos tristes o sin lucidez. Tras un comienzo prometedor en la Liga, el conjunto navarro comienza a ver las sombras, aparece el miedo y ¨¦ste se traslada al terreno de juego. Y si enfrente est¨¢ el Villarreal en estado de gracia y un Riquelme comprometido, con el punto justo de dulzura y pragmatismo, las opciones son m¨ªnimas.