Respeten los ¨¢rboles
Soy madrile?a y siempre he vivido en Madrid, concretamente al lado del Retiro y de la calle de O'Donnell. Para desgracia de los sufridos madrile?os que tenemos que convivir permanentemente con gr¨²as, socavones, cableado, polvo, ruido y dem¨¢s incomodidades que han conseguido hacer de esta ciudad la m¨¢s invivible, ya ha empezado otra obra m¨¢s: la de alargamiento del t¨²nel de la calle de O'Donnell.
No quiero en esta carta extenderme con mi opini¨®n sobre las grandes infraestructuras de Madrid. Simplemente dir¨¦ que no estoy de acuerdo con la pol¨ªtica llevada a cabo por el gobierno del Partido Popular en los ¨²ltimos a?os, ni con las proposiciones del nuevo Gobierno del mismo partido elegido recientemente. Pero hay que respetar la mayor¨ªa y esto es lo que parece que mucha gente en Madrid quiere para su ciudad. Yo, desde luego, reniego del Madrid del futuro, tal y como lo est¨¢n planteando.
Sin embargo, s¨ª quisiera llamar la atenci¨®n de los responsables de las obras sobre una cuesti¨®n que me preocupa enormemente: los ¨¢rboles; esos pobres ¨¢rboles de esta ciudad que, a cambio de darnos sombra en verano y cobijo en invierno, no reciben nada m¨¢s que maltrato y falta de respeto.
He podido comprobar con mis propios ojos c¨®mo han rodeado las aceras de la calle O'Donnell de vallas met¨¢licas en las que han ido acumulando todo el material necesario para las excavaciones. Pues bien, todo ese material se ha ido colocando en los alcorques de los ¨¢rboles y junto a sus troncos sin orden ni concierto.
V¨¦anlos ustedes mismos. Dan pena. Rodeados de maquinaria, sin sitio para respirar, sin tierra libre que pueda absorber el agua de lluvia, sin ninguna protecci¨®n en sus troncos, ...
Por favor, ya que parece que las grandes obras son inevitables y los incordios que suponen tambi¨¦n, por lo menos sean un poco respetuosos con los ¨¢rboles que llevan, quiz¨¢, m¨¢s tiempo que nosotros ah¨ª y, si ustedes lo permiten, estar¨¢n cuando sean nuestros nietos los que paseen y no nosotros. Verdaderamente, ya que Madrid es hoy por hoy una ciudad invivible, que no sea tambi¨¦n salvaje.
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