Cirug¨ªa del cerebro sin anestesia
La extirpaci¨®n de tumores cerebrales en pacientes conscientes reduce m¨¢s del 90% el riesgo de lesiones neuronales
Algunos enfermos le cuentan chistes al cirujano mientras ¨¦ste, literalmente, hurga en su cerebro. Otros se pasan riendo las cuatro horas que dura la operaci¨®n; la mayor¨ªa escuchan m¨²sica, y todos hablan con el equipo quir¨²rgico sin cesar, responden a sus continuas preguntas y son, en cada momento, conscientes de que les est¨¢n quitando un tumor de la cabeza.
La experiencia, vista desde fuera, parece de ciencia-ficci¨®n, pero el equipo multidisciplinar que realiza estas intervenciones en el hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla asegura que, despu¨¦s de 3 a?os y 36 casos resueltos, es ya casi una rutina.
Los pacientes son los primeros interesados en establecer esta complicidad con los m¨¦dicos. De hecho, cuando a un enfermo se le dice que debe someterse a una craneotom¨ªa para extirparle un tumor cerebral pr¨®ximo a una zona en las que se localiza el ¨¢rea motora, de visi¨®n y lenguaje (¨¢rea elocuente), se le informa de que "de su colaboraci¨®n y actitud depende gran parte del ¨¦xito quir¨²rgico", explican los neurocirujanos Jos¨¦ Manuel Montero y Jos¨¦ Carlos Alarc¨®n.
"El reto es tener al enfermo sedado pero despierto, operable pero consciente"
A continuaci¨®n se le pide que hable con otros pacientes que han pasado por la misma experiencia y se le pone en contacto con el equipo multidisciplinar al completo (anestesistas, psic¨®logos, neurofisi¨®logos y radi¨®logos) para que cuando llegue el d¨ªa de acudir al quir¨®fano "se encuentre con caras conocidas, como en casa", a?ade Montero.
Quienes se someten a esta cirug¨ªa suelen ser personas j¨®venes, con un proceso tumoral, generalmente benigno (que si no se elimina puede hacerse maligno), detectado a partir de alg¨²n episodio epil¨¦ptico. "Es decir, llegan ¨ªntegros, sin ninguna deficiencia motora ni de lenguaje todav¨ªa", explica Alarc¨®n.
La t¨¦cnica quir¨²rgica en s¨ª es antigua. Lo que ocurre es que siempre se hab¨ªa practicado con anestesia general. Pero ahora el anestesista ha pasado a ser clave en el proceso. "El reto es mantener al enfermo sedado pero despierto; en condiciones de ser operado pero consciente", explican Rafael Rubio y Francisco Federero, dos de los anestesistas de este complejo equipo multidisciplinar. Los f¨¢rmacos anest¨¦sicos de ¨²ltima generaci¨®n, "de acci¨®n mucho m¨¢s r¨¢pida y directa, y con una vida muy corta", aclara Rubio, y los nuevos sistemas de monitorizaci¨®n que garantizan un control casi absoluto y preciso de todas las constantes vitales del paciente, permiten practicar esta cirug¨ªa sorprendente.
Al enfermo avisado, ya en el quir¨®fano, se le seda y a continuaci¨®n se le fija la cabeza a la mesa quir¨²rgica con tres anclajes para que no pueda moverla. La posici¨®n en la que se le coloque ¨¦sta es importante, pues debe estar c¨®modo, ya que va a tener frente a ¨¦l al psic¨®logo y uno de los cirujanos que actuar¨¢, en este caso, de apoyo. Para el enfermo, la posibilidad de dialogar sin esfuerzo con el equipo quir¨²rgico en todo momento es fundamental. Los anestesistas se ocupan de que no sienta dolor y de que se mantenga consciente; el neurofisi¨®logo le coloca varios electrodos -a veces m¨¢s de veinte- en los m¨²sculos de las extremidades superiores e inferiores. "De este modo se podr¨¢ detectar cualquier anomal¨ªa que pueda surgir en el ¨¢rea motora localizada en el campo quir¨²rgico", explica Pedro Chaparro, neurofisi¨®logo.
Al paciente se le pasan cuestionarios durante la operaci¨®n y se eval¨²a su capacidad de comprensi¨®n y lenguaje sistem¨¢ticamente. Cualquier expresi¨®n extra?a o silencio anormal servir¨¢ de aviso al cirujano, que abandonar¨¢ la zona en la que en ese momento est¨¦ interviniendo. "A veces no podemos quitar todo el tumor; para eso, la ayuda del radi¨®logo es fundamental, ya que no s¨®lo nos delimita de forma precisa la extensi¨®n del tumor, sino que localiza los restos dejados", dice Montero.
?ste es precisamente uno de los inconvenientes de este modo de cirug¨ªa. Aunque lo cierto es que hasta ahora el equipo sevillano ha resuelto con ¨¦xito pr¨¢cticamente el ciento por ciento de los casos. "S¨®lo en dos ocasiones los pacientes nos sorprendieron en el posoperatorio con d¨¦ficit de movilidad o afasia [dificultad para hablar], pero en el plazo de una semana se recuperaron totalmente", concluyen los cirujanos.
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