Precisi¨®n y poes¨ªa
El 10 de marzo de 2004 se presentaron en Madrid, dentro de estos ciclos de Lied, Christian Gerhaher y Gerold Huber con un programa dedicado ¨ªntegramente a Schubert. Fue el recital del a?o. Ahora vuelven con un monogr¨¢fico Schumann y las impresiones de entonces se revalidan. Como hace 9 d¨ªas en el sancta sanctorum de la Filarm¨®nica de Bilbao, la pareja alemana ha deslumbrado desde la contenci¨®n, desde el rigor en la construcci¨®n de un universo po¨¦tico a partir de los contenidos de la palabra. Palabra no solamente entendida en su significado, sino tambi¨¦n en su est¨¦tica. La sustancia del lied es desarrollada por medio de una estrecha conjunci¨®n entre la voz y el piano. Por si fuera poco, la compenetraci¨®n entre los dos artistas es absoluta. Y parejo es asimismo su nivel de calidad.
XI Ciclo de Lied
Christian Gerhaher (bar¨ªtono) y Gerold Huber (piano). Lieder de Schumann: Aus Myrten, Dichterliebe y otros. Fundaci¨®n Caja Madrid. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 8 de noviembre.
Bien, la atm¨®sfera est¨¢ conseguida. La voz, el piano, la recreaci¨®n del Romanticismo en sus esencias m¨¢s ocultas. Es necesario, en cualquier caso, cierto nivel de enso?aci¨®n, cierta dimensi¨®n intelectual. Se consiguen. El tiempo fluye musicalmente con una densidad precisa La dicci¨®n es clara, el fraseo inequ¨ªvoco, el acompa?amiento pian¨ªstico enriquecedor. Las concesiones a la galer¨ªa son m¨ªnimas. No hacen falta. La verdad del lied se muestra con naturalidad, sin aspavientos innecesarios. Los argumentos que importan est¨¢n en funci¨®n de una urgencia expresiva. Y as¨ª, el reconocimiento de admiraci¨®n llega con Dichterliebe y el estremecimiento con Sechs Gedichte opus 90 y R¨¦quiem, tal vez porque a estas alturas del recital todo se ha intensificado a unos l¨ªmites ciertamente emotivos. Por ello, cuando llegan las tres ¨²ltimas canciones, con Die Lowenbraut para empezar tocando la perfecci¨®n, el espectador est¨¢ sumergido hasta las ¨²ltimas consecuencias en un mundo sobrecogedor e irresistible que gracias a los artistas se vuelve cercano. Del recital queda para el recuerdo una enorme sensaci¨®n de autenticidad.
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