Por la belleza

El viol¨ªn y el piano evocan al Sakamoto de bandas sonoras como El cielo protector o Tacones lejanos. Es Cinema, la obra instrumental que abri¨® el concierto de Rodrigo Le?o y da t¨ªtulo a su reciente disco. La m¨²sica del portugu¨¦s ha sido siempre muy cinematogr¨¢fica, ya desde los lejanos tiempos rockeros de S¨¦tima Legi?o, as¨ª que llegar a Cinema era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo.

Varias de las nuevas composiciones llevan t¨ªtulos de pel¨ªculas de Federico Fellini (A estrada), Luc Besson (Deep blue) o David Lynch (Uma hist¨®ria simples). Tienen gran capacidad de generar im¨¢genes y resultar¨ªa f¨¢cil visualizarlas en el cine europeo de las ¨²ltimas d¨¦cadas. El que algunas (La f¨ºte, Jeux d'amour...) est¨¦n cantadas en franc¨¦s parece un gui?o al pa¨ªs que m¨¢s se ha significado en Europa por defenderse del trato avasallador de los productos cinematogr¨¢ficos fabricados en Estados Unidos.

El comienzo de L'inspecteur bien podr¨ªa haberlo firmado Angelo Badalamenti para Lynch y por momentos uno creer¨ªa estar viendo la historia de Am¨¦lie Poulain o las peripecias de Monsieur Hulot. Las influencias son muchas, aunque terminan por no ser excesivamente directas. A janela (La ventana), con el acorde¨®n en primer plano -suele ser el viol¨ªn de Toupikova el instrumento que m¨¢s destaca a lo largo de toda la actuaci¨®n-, se la dedic¨® Rodrigo Le?o a Carlos Paredes, un hist¨®rico de la guitarra portuguesa, fallecido en julio. Y de los d¨ªas de Madredeus recuper¨® Tardes de Bolonha. Una m¨²sica no demasiado original, pero genuinamente preocupada por la belleza.