Movimientos sin ¨¦xito
La semana de la movilidad ha concluido con varias aver¨ªas en el metro, retrasos de autobuses y retenciones diarias en las rondas
Llegar a tiempo al trabajo en transporte p¨²blico no es cosa f¨¢cil. Ni siquiera esta semana, declarada de la movilidad por 91 ayuntamientos catalanes. Una fat¨ªdica casualidad ha querido que coincidiera con varias aver¨ªas en el metro de Barcelona, el transporte usualmente m¨¢s eficaz en el centro del ¨¢rea metropolitana. Adem¨¢s, ha habido algunos accidentes en las rondas que han contribuido a dificultar la circulaci¨®n de superficie. El resultado ha sido poco edificante para quienes se han atrevido a cambiar por unos d¨ªas el coche por el transporte p¨²blico. Un pasajero que trabaja en Barcelona y vive en Premi¨¤ resume su experiencia: "El tren, lleno, pero bien; pero en el autob¨²s he estado m¨¢s tiempo que para llegar a Barcelona".
Usuarios del tren para el acceso a Barcelona se quejan del transporte en la ciudad
Autobuses a rebosar en horas punta y aver¨ªas en el metro con pasajeros resignados
Los autobuses no han sido esta semana un reloj suizo. El lunes, por ejemplo, coincidiendo con problemas en la l¨ªnea 5 del metro, el que cubre la l¨ªnea 54 tuvo abundantes retrasos. Hasta dos seguidos pasaron sin parar por paradas de la avenida de Madrid poco antes de las nueve de la ma?ana, cuando los frustrados pasajeros pretend¨ªan llegar puntuales a sus trabajos. Adem¨¢s, el carril para autobuses estaba, como es habitual, ocupado por veh¨ªculos de carga y descarga. Frente a un supermercado de la calle de Nicaragua hab¨ªa un cami¨®n y dos furgonetas. No hab¨ªa guardias.
En otra v¨ªa de penetraci¨®n, la carretera de Sants, el 56, el 57 y el 157 tampoco iban a plena satisfacci¨®n de los usuarios. En esta calle no hay carril para autobuses. El tr¨¢fico se reparte dos carriles en cada sentido. Lo cual es un decir, porque el carril m¨¢s cercano a las viviendas est¨¢ ocupado por coches, a veces sobre la calzada y a veces mitad sobre la calzada y mitad sobre la acera. Tampoco hay guardias.
El autob¨²s de la l¨ªnea 57 que iba en direcci¨®n al centro de la ciudad lleg¨® a la plaza de Sants a las 11.10 horas. Era el n¨²mero 1507, adaptado para sillas de ruedas y cochecitos. Iba lleno. A rebosar. En la parada hab¨ªa media docena de personas. El autob¨²s sigui¨® repleto hasta Colom, donde intent¨® bajar una pareja con un cochecito. El conductor no debi¨® de verlos, porque las puertas de salida se cerraron a medio descenso, ante el griter¨ªo del personal. En la parada del hotel Apolo los pasajeros tuvieron que saltar a la calzada porque estaba ocupada por un cami¨®n. El autob¨²s lleg¨® al Pla del Palau a las 11.44 horas. Tres minutos despu¨¦s lleg¨® otro de la misma l¨ªnea con el n¨²mero 1718. Iba vac¨ªo. En las paradas se indica que la frecuencia de paso en d¨ªa laborable y a esas horas es de entre 12 y 16 minutos.
En el Pla del Palau hay otras paradas. Una de ellas esta ocupada por una furgoneta, aparentemente averiada. En la otra hay un turismo de TMB, n¨²mero 9561, aparcado bajo una se?al de prohibido incluso parar. Su presencia hace que los autobuses tengan que parar a metro y medio de la acera. Un portavoz de TMB dice que ¨¦se es su lugar de parada habitual, aunque est¨¢ claramente prohibido.
El autob¨²s de la l¨ªnea 17 que sube por Via Laietana llega con puntualidad (seis minutos despu¨¦s del anterior). Son las 12.07. Se llena frente a Comisiones Obreras. No est¨¢ adaptado para personas con movilidad reducida, como otros 301 autobuses de una flota total de 1.010.
Por lo que respecta al metro, en la semana de la movilidad se han contado m¨¢s usuarios est¨¢ticos en los andenes que nunca. Lo peor de las aver¨ªas es la casi nula informaci¨®n acerca del porqu¨¦ -el eufem¨ªstico "incidente" lo engloba todo- y, m¨¢s grave, de cu¨¢ndo se solventar¨¢. "Un incidente en la estaci¨®n de Montbau est¨¢ afectando a la frecuencia en la l¨ªnea 3", tronaban los altavoces el pasado mi¨¦rcoles, dos minutos antes de informar de que el servicio quedaba cortado por completo. Preguntar al jefe de estaci¨®n no ayudaba mucho. "Estamos trabajando en ello", aclaraba. S¨®lo unos pocos usuarios marcharon del and¨¦n, la mayor¨ªa se sentaron resignados, con los incidentes asimilados como inherentes al metro.
Las estaciones revelan la antig¨¹edad de la l¨ªnea. En la nueva l¨ªnea 2, los andenes de La Pau, de tonos pastel aburdelados, o los de Sant Mart¨ª y Clot, de colores ocres y castos, comparten gusto por el detalle. En la hist¨®rica l¨ªnea 5 se acumulan las paredes desconchadas, suciedad en los andenes y materiales de obras en los pasillos, como en la de Sants-Estaci¨®n, con unos plafones met¨¢licos que arrastran a?os. En buena parte de la estaci¨®n de Passeig de Gr¨¤cia las paredes est¨¢n sucias y macilentas, en especial en el largu¨ªsimo corredor que conecta las l¨ªneas 3 y 4, con pintadas de poes¨ªa urbana incluso en las vigas del techo.
Como en el resto de las estaciones c¨¦ntricas en hora punta, las aglomeraciones son inevitables, al igual que en los vagones, donde es dif¨ªcil disfrutar de un espacio vital suficiente y encontrar un asiento libre es casi imposible.
En los vagones es dif¨ªcil ver cristales sin rayar o paredes v¨ªrgenes de pintadas. Su interior se degrada a medida de que avanza el d¨ªa, hasta alcanzar cotas de salubridad poco tolerables a ¨²ltima hora de la tarde.
El o¨ªdo tambi¨¦n sufre en el metro. En los andenes se superponen los mensajes de megafon¨ªa que proh¨ªben fumar y los que anuncian los ¨²ltimos incidentes de la red con un cargante hilo musical, casi tanto como el que suena dentro: son las tres canciones que integran el repertorio de los acordeonistas que frecuentan los vagones.
Pedalea si puedes
La utilidad de muchos carriles bici de Barcelona depende del horario de los repartos de los cientos de tiendas y almacenes. Entre las nueve y las once de la ma?ana, por ejemplo, transitar en bicicleta por el carril bici de Consell de Cent o de Diputaci¨® se convierte en un ejercicio constante de entrar y salir. Coches y camionetas convierten este carril en una zona de carga y descarga. La otra franja horaria cr¨ªtica es la de la media tarde, cuando se intensifica el tr¨¢fico. En especial, de las motocicletas, que tienden a ocupar el carril bici en los sem¨¢foros para estar listas cuando cambia de color. Los m¨¢s discretos pisando la raya. Y los menos, justo en medio. Muchas veces, ante la mirada imp¨¢vida de agentes de la Guardia Urbana que ni siquiera aperciben al motorista para que salga del carril bici. El Eixample es uno de los distritos con m¨¢s carriles bici de la ciudad. Lo que no quiere decir que sean todos realmente ¨²tiles. Y lo que es m¨¢s importante: seguros. Otras v¨ªas de desplazamiento habitual son la calle de Proven?a -cuyo carril segregado es te¨®ricamente de un solo sentido, pero se utiliza sistem¨¢ticamente en los dos-, los carriles de la Diagonal -compartidos por ciclistas, peatones y en algunos tramos tambi¨¦n por paradas de autob¨²s, quioscos y motos aparcadas-, y los del paseo de Sant Joan, la Meridiana y la calle de Guip¨²scoa. Estos tres ¨²ltimos, junto al de la avenida de Josep Tarradellas, funcionan bien, gracias a su ubicaci¨®n, en el lado de la calzada que toca a la mediana y no a la acera, que es donde paran los coches. Sin embargo, dejando de lado la utilidad de la red de carriles bici de la ciudad, las asociaciones de promoci¨®n de la bicicleta han ampliado su discurso m¨¢s all¨¢ de la demanda de espacios de tr¨¢nsito exclusivo. Sus reivindicaciones pasan actualmente por un tr¨¢fico m¨¢s calmado en general, con una disminuci¨®n de la velocidad y la premisa de que el mejor carril bici es una calle pacificada. Habr¨¢ tambi¨¦n que abordar alg¨²n d¨ªa el incivismo de algunos ciclistas que con su actitud de fitipaldis perjudican a todos.
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