Chaneando

Lo de Chano Lobato es especial. Esa forma de enfrentar a las audiencias, al principio coartado -?todav¨ªa!- por los nervios, despu¨¦s ya confianzudo, contando cosas, haciendo constantemente humor. Chaneando, que es lo suyo, lo que le corresponde. Porque adem¨¢s canta, ?y c¨®mo! Lo canta todo, lo serio y lo festivo, y todo lo canta soberanamente bien. Chano Lobato es un camale¨®n del cante. Por sole¨¢, por malague?as, por siguiriyas, alcanz¨® cotas de un gran perfeccionismo. En la malague?a se detuvo singularmente, haciendo los tercios despaciosamente, recre¨¢ndose en ellos. La siguiriya fue un puro grito de dolor, que tuvo ins¨®lita grandeza. Fue en esos estilos donde hizo un cante m¨¢s importante y sentido.

Pero es que adem¨¢s hizo como nadie los cantes festeros. Alegr¨ªas, tanguillos, buler¨ªas. Los tanguillos de las Viejas Ricas, por ejemplo, que siempre canta, son un prodigio de gracia y humor, una p¨¢gina fresca y vigorosa del mejor cante festero. El magisterio de Chano est¨¢ ah¨ª siempre, dando fe de un saber expl¨ªcito y convincente que apasiona a las audiencias. Con las buler¨ªas, que hizo en dos secuencias, cerr¨® una gran noche. Paco Cort¨¦s lo hizo muy bien a veces, sin grandes alardes, pero con rigor, ajustando los tonos a extremos verdaderamente exquisitos.