Obligados a fumar

Fumadores ocasionales y habituales, fumadores empedernidos y los que s¨®lo lo hacen "los fines de semana". Fumen poco o mucho, los consumidores de tabaco siguen teniendo en los bares, restaurantes y discotecas el santuario donde entregarse a su adicci¨®n. La nueva ley de prevenci¨®n del tabaquismo, que debe entrar en vigor a comienzos de 2006, limitar¨¢ dr¨¢sticamente el consumo de tabaco en estos establecimientos, ya que s¨®lo podr¨¢n destinar el 30% de la superficie a los fumadores. Los primeros beneficiados ser¨¢n los camareros y trabajadores de la hosteler¨ªa, un colectivo que sufre como pocos los efectos de tanto humo en tan poco espacio.

Investigadores de la Agencia de Salud P¨²blica de Barcelona han presentado un estudio que pone cifras, y no precisamente alentadoras, a la exposici¨®n de quienes se ven obligados a tragar humo aunque no quieran fumar. Un camarero o cualquier otra persona no fumadora que pase ocho horas en una discoteca o en bares musicales habr¨¢ consumido al final de la noche la nicotina equivalente a 15,8 cigarrillos. Si ese mismo tiempo lo pasa en una cafeter¨ªa universitaria, habr¨¢ fumado el equivalente a 2 cigarrillos, mientras que en un bar convencional el balance tras ocho horas de inhalaciones equivale a fumar 3,3 cigarrillos.

Manel Nebot, epidemi¨®logo de la citada agencia, explica que este estudio se realiz¨® "mediante simples multiplicaciones de lo que supone el humo inhalado durante un tiempo m¨¢s o menos largo". En cualquier caso, explica, "no se pretende asustar a nadie ni transmitir a los camareros el mensaje de que deben cambiar de trabajo o buscarse un buen abogado para posibles consecuencias del ejercicio de su oficio".

Pero m¨¢s all¨¢ de calcular cu¨¢ntos cigarrillos supone respirar en determinados ambientes, el estudio ha evaluado las posibles consecuencias para la salud de estos obligados fumadores pasivos. El riesgo de mortalidad por c¨¢ncer de pulm¨®n en las discotecas estudiadas es 25 veces superior a la media de los hombres espa?oles. O lo que es lo mismo, de 1.733 casos por cada 100.000 personas. En el a?o 2000 la tasa de mortalidad por c¨¢ncer de pulm¨®n en la poblaci¨®n general era de 71 muertes por cada 100.000 hombres y de 6,3 por cada 100.000 mujeres. En los bares la tasa se situar¨ªa en 367 casos, mientras que en las cafeter¨ªas universitarias bajar¨ªa hasta 218, pero esta cifra a¨²n es m¨¢s del doble de la media espa?ola.

En Espa?a se diagnostican cada a?o 18.500 nuevos casos de c¨¢ncer de pulm¨®n. En 2000 murieron por esta causa 17.308 personas. En esa fecha, la supervivencia a los cinco a?os era del 15,5% de los casos diagnosticados, aunque los ¨²ltimos avances en el tratamiento auguran una mejora.

Joan Ramon Villalb¨ª, presidente del comit¨¦ organizador del IV Congreso Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo, celebrado la semana pasada en Barcelona, considera que estos datos deben ayudar a avanzar para liberar de humo los espacios p¨²blicos, incluidos los bares. "Todos los pa¨ªses desarrollados est¨¢n en esta labor, que comenz¨® prohibiendo fumar en escuelas, hospitales y transportes p¨²blicos y culminar¨¢ en bares y restaurantes". Pero, a juicio de Villalb¨ª, las prohibiciones no son suficientes. "Adem¨¢s de encarecer el tabaco, prohibirlo en los espacios p¨²blicos y hacer campa?as informativas, debemos ayudar a los adictos a que puedan dejar el tabaco".