El Gobierno expropiar¨¢ y limpiar¨¢ la zona afectada por las bombas de Palomares
Las mediciones oficiales detectan bajo tierra niveles de plutonio m¨¢s altos de lo esperado
El Gobierno expropiar¨¢ antes de 2005 los terrenos (siete hect¨¢reas) de Palomares donde cayeron las bombas y retirar¨¢ el plutonio de las zonas m¨¢s contaminadas. La decisi¨®n, que llega 38 a?os despu¨¦s del incidente, se debe a que el Ciemat y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han detectado bajo tierra m¨¢s plutonio del esperado y temen que la posible construcci¨®n de casas (parte de la zona ha sido recalificada) y los cultivos puedan acabar dispersando la radiaci¨®n. El Consejo Nuclear insiste en que no hay riesgo para la salud porque la contaminaci¨®n no est¨¢ en el aire.
El director del Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat), Juan Antonio Rubio, recibi¨® el 27 de octubre al alcalde de Cuevas del Almanzora (Almer¨ªa), al ped¨¢neo de Palomares y a dos agricultores due?os de las tierras donde cayeron dos bombas. Rubio les explic¨® que la expropiaci¨®n era inminente. "En dos semanas tendremos aprobado el presupuesto, unos tres millones de euros, y en otras dos el Consejo de Ministros aprobar¨¢ el plan de retirada de residuos", explic¨® Rubio a este diario.
El Ciemat, dependiente del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, es el organismo heredero de la Junta de Energ¨ªa Nuclear que vigila la radiaci¨®n en la zona desde que el 17 de enero de 1966 dos aviones de EE UU chocaron sobre Palomares durante un reportaje. En el accidente cayeron los dos aviones, uno de los cuales solt¨® cuatro bombas nucleares. Dos quedaron intactas. A las otras dos les fall¨® el paraca¨ªdas y liberaron carga a cada lado de Palomares.
Una de las bombas cay¨® cerca de la parcela (13.000 metros cuadrados) que Juan Zamora, cartero de profesi¨®n hoy jubilado, ten¨ªa junto al cementerio. Es la Zona 2. All¨ª "los americanos" almacenaron 1,6 millones de toneladas de tierra contaminada que trasladaron a EE UU. En la zona qued¨® radiactividad, pero Zamora volvi¨® a cultivar poco despu¨¦s. "Plantamos tomates, pimientos, de todo", explica Zamora. En su parcela hay tres medidores de radiaci¨®n.
M¨¢s plutonio del esperado
En 1998, un t¨¦cnico del Ciemat le dijo a Zamora y a los otros cuatro due?os de la parcela que no pod¨ªan cultivar. La zona qued¨® muerta. Pasaron los meses y los agricultores se hartaron de mirar la tierra. En 2000, Zamora y otro de los due?os, Pascual Soler, contrataron un abogado y fueron al Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y al Ciemat a por una indemnizaci¨®n. El Ciemat replic¨® ordenando un estudio sobre la radiactividad en el subsuelo de la tierra para ver si aprobaba el uso del suelo. El precio del suelo se ha multiplicado por 10 en cinco a?os. La parte del Ayuntamiento de Vera ha sido calificada como urbanizable. El Ayuntamiento de Cuevas prev¨¦ pasar de 2.000 habitantes que tiene actualmente a 10.000 en 2010.
El Ciemat realiz¨® nuevas mediciones en 2001. En el aire los indicadores eran normales y por tanto no hab¨ªa riesgo para la poblaci¨®n, pero en el subsuelo "apareci¨® m¨¢s plutonio, uranio y americio del esperado", seg¨²n un portavoz del CSN.
El Ciemat hace los estudios y el CSN los aprueba. El valor de radiactividad del suelo alcanza los 100.000 becquerelios por kilo de plutonio, 20 veces m¨¢s de lo que el CSN considera aceptable para un suelo donde vive gente aunque no hay norma para plutonio en suelos urbanos. Una instalaci¨®n se considera radiactiva cuando tiene 10 millones de becquerelios por kilo, 100 veces m¨¢s de lo que hay en Palomares.
En octubre de 2003, el Ciemat remiti¨® otro informe al CSN. En sus 10 p¨¢ginas alerta de que "la introducci¨®n de nuevas actividades agrarias o de construcci¨®n podr¨ªa modificar sustancialmente la situaci¨®n radiol¨®gica actual debido a que estas implican movimientos significativos de tierra". Despu¨¦s se?ala que los movimientos pueden producir "un incremento significativo de la resuspensi¨®n y cambios en la distribuci¨®n de la contaminaci¨®n" y explica que podr¨ªa aumentar "el riesgo radiol¨®gico para la poblaci¨®n, al intensificarse la incorporaci¨®n de actividad por inhalaci¨®n".
El Ciemat, como conclusi¨®n, recomienda expropiar los terrenos donde cayeron las dos bombas que liberaron carga, realizar nuevos estudios y descontaminar la zona. En medio, y como los informes se alargaban, Zamora y otros agricultores volvieron a plantar sand¨ªas y lechugas. El ayuntamiento las quem¨® para no entorpecer la negociaci¨®n.
En diciembre de 2003, el Gobierno acept¨® la recomendaci¨®n del Ciemat. En la ley de acompa?amiento aprob¨® la expropiaci¨®n sin una menci¨®n a Palomares. Los agricultores llegaron a reunirse con el ex ministro Rodrigo Rato. Ahora esperan cobrar (con indemnizaci¨®n por los a?os de barbecho) y olvidar el tema.
La Delegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa adquirir¨¢ los terrenos y los ceder¨¢ al Ciemat. "La idea es vallar la zona, retirar el material radiactivo y, cuando est¨¦ limpio, dentro de dos a?os, devolverlo al pueblo", explica Rubio. Por la zona a¨²n pastan las cabras. "No ha habido problemas para la salud, los an¨¢lisis no han demostrado mayor incidencia de c¨¢ncer, pero creo que lo mejor es quitar el material radiactivo y olvidarnos de Palomares", a?ade. Rubio, f¨ªsico de profesi¨®n, lleg¨® al Ciemat hace tres meses y fue el primer sorprendido al encontrar el tema pendiente. El acuerdo incluye una cl¨¢usula por la que se expropiar¨¢n m¨¢s tierras si aparece m¨¢s radiaci¨®n.
El CSN reconoce que ha habido descontrol en la zona, pero asegura que no hubo riesgo para la salud. Cada a?o, un centenar de vecinos viaja a Madrid, donde los m¨¦dicos les hacen an¨¢lisis de sangre y orina sin que se haya detectado un aumento de la mortalidad.
El CSN reconoce que ahora le preocupa "el movimiento de tierra", seg¨²n el portavoz. Por eso afirma en un informe de mayo de 2004 que hay que expropiar, vallar, retirar la tierra contaminada y aumentar el control sobre los alimentos con "la m¨¢xima urgencia". Han pasado 38 a?os del incidente nuclear.
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