El posfascista Fini, nuevo ministro de Exteriores italiano

Silvio Berlusconi cerr¨® ayer una de las brechas de su Gobierno. El vicepresidente Gianfranco Fini fue nombrado, tras semanas de promesas y titubeos, ministro de Asuntos Exteriores en sustituci¨®n de Franco Frattini, que hab¨ªa dejado el cargo para ingresar en la Comisi¨®n Europea. Fini se convirti¨® en el cuarto jefe de la diplomacia italiana en la actual legislatura. Y en el primero, desde la muerte de Benito Mussolini, en proceder de las filas del fascismo.

Gianfranco Fini, un pol¨ªtico temperamental pero h¨¢bil, que consigui¨® trasladar a la ultraderecha italiana desde la marginaci¨®n hasta un puesto de relevancia en el mapa pol¨ªtico y que, entretanto, se dot¨® de una imagen personal centrista y dialogante, alcanz¨® una de sus ambiciones reconocidas despu¨¦s de realizar, el a?o pasado, un gesto de gran notoriedad: logr¨® ser invitado a Israel y all¨ª afirm¨® que las leyes raciales del nazismo y el fascismo constituyeron "un mal absoluto".

Con el nombramiento de Fini, los tres puestos m¨¢s relevantes de la pol¨ªtica exterior del pa¨ªs quedaron en manos de antiguos mussolinianos. El Ministerio para los Italianos en el Extranjero ya estaba ocupado por Mirko Tremaglia, un ex miliciano de la Rep¨²blica de Sal¨® que goz¨® recientemente de un momento de celebridad cuando opin¨®, a ra¨ªz del caso Buttiglione, que la mayor¨ªa de los europeos eran "maricones". A ambos se sumaba Gustavo Selva, presidente de la Comisi¨®n de Exteriores de la C¨¢mara de Diputados, que, como Fini, pas¨® oficialmente del fascismo a la fe democr¨¢tica en 1995, cuando el Movimiento Social Italiano se convirti¨® en Alianza Nacional.

La infeliz coincidencia fue subrayada por varios parlamentarios de la coalici¨®n gubernamental. "Es preocupante pensar que quienes nos representan en el extranjero son Fini, Tremaglia y Selva", coment¨® Eduard Ballaman, parlamentario de la Liga Norte. "Resultar¨¢ extremadamente dif¨ªcil dialogar con algunas partes del mundo donde, con raz¨®n o sin ella, se les ver¨¢ como herederos del fascismo", agreg¨®.

Los jefes de filas de la coalici¨®n de Berlusconi, sin embargo, aplaudieron en coro el nombramiento de Gianfranco Fini como jefe del ministerio m¨¢s inestable en los ¨²ltimos a?os. En 2001, cuando Il Cavaliere recuper¨® el poder, se encarg¨® de Asuntos Exteriores Renato Ruggiero, un veterano diplom¨¢tico que a finales de 2002 se fue con un portazo, criticando el "euroescepticismo" del presidente del Gobierno. Le sustituy¨® el propio Berlusconi, que se hizo cargo interinamente de la cartera durante casi todo 2003. Luego lleg¨® Frattini, que dur¨® un a?o.