Carlos N¨²?ez, cumplea?os a lo grande
El 18 de julio pasado, el gaitero y flautista vigu¨¦s Carlos N¨²?ez decidi¨® celebrar su 33 cumplea?os por todo lo alto. Se cumpl¨ªan veinte primaveras desde su primera comparecencia p¨²blica, vestido a la usanza tradicional en una banda local de gaitas, y casi diez desde que empezara a asombrar al mundo colaborando con sus mentores, The Chieftains, en el multipremiado Santiago y publicando aquel primer disco en solitario, A irmandade das estrelas, un deb¨² tan deslumbrante que ni siquiera ¨¦l mismo ha podido superar. Estas onom¨¢sticas merec¨ªan una conmemoraci¨®n especial, pens¨® N¨²?ez, quien convoc¨® en el parque de Castrelos, en Vigo, a sus m¨¢s estrechos c¨®mplices musicales y congreg¨® a m¨¢s de 30.000 personas.
Aquella gran fiesta c¨¦ltica se traduce ahora en la publicaci¨®n de Carlos N¨²?ez y amigos en casa (Sony, a la venta el 29 de noviembre), el primer disco y DVD en directo de la carrera del vigu¨¦s, un proyecto que, tras una intensa temporada de conciertos y la grabaci¨®n de la banda sonora de Mar adentro, ha absorbido a su creador estos dos ¨²ltimos meses. "Han sido casi doscientas actuaciones desde Argentina hasta Jap¨®n, Dinamarca o ese santuario que es el National Concert Hall de Dubl¨ªn", recapitula el gaitero con gesto fatigado, "pero la edici¨®n de este concierto, con tanta carga emotiva y la sensaci¨®n de que ese d¨ªa estaba naciendo una nueva etapa, merec¨ªa un esfuerzo adicional".
El recital de Castrelos quiso concebirse con las hechuras de los magnos acontecimientos: desfilaron por el escenario la acordeonista irlandesa Sharon Shannon, el cantautor argentino Le¨®n Gieco, los canadienses Pilatzkes, el pandereteiro Polo, la Banda de Gaitas de Escocia, los bailarines del musical Riverdance y, por supuesto, The Chieftains, mientras Alejandro Amen¨¢bar asist¨ªa emocionado al estreno mundial de su m¨²sica para los cr¨¦ditos finales de
Mar adentro. Brian Masterson, el m¨ªtico ingeniero irland¨¦s al que suelen recurrir U2 o Van Morrison, se encargaba de registrar cada detalle en la mesa de sonido. "S¨ª, fue una noche en la que fluyeron las energ¨ªas positivas", rememora el autor de Almas de Fisterra y Os amores libres con una sonrisa. "Siempre he pensado que Castrelos, rodeado de carballos y con esa disposici¨®n como de teatro romano, es el lugar m¨¢s zen de todo Vigo...".
Aquella velada del pasado mes de julio servir¨¢ ahora, en su doble formato sonoro y audiovisual, para inmortalizar ese caracter¨ªstico comportamiento apasionado de Carlos N¨²?ez ante el p¨²blico, un despliegue enf¨¢tico y gestual que tambi¨¦n comparte con su hermano Xurxo, responsable de las percusiones.
Subido a las tablas, N¨²?ez es un terremoto de energ¨ªas que arrebata por su interpretaci¨®n apasionada o irrita con sus posturas extravagantes, como sus fren¨¦ticos movimientos de pie. "Claro que tengo mis manierismos", asume divertido. "Todo empez¨® con lo de la pierna. En el conservatorio no paraban de re?irme: el ritmo, me dec¨ªan, deb¨ªa interiorizarlo. Ahora, despu¨¦s de haber pisado unos cuantos escenarios, me dejo llevar. La expresi¨®n del cuerpo es un lenguaje com¨²n que comprenden tanto en N¨¢poles como en Nueva York".
Tras este intenso 2004, N¨²?ez girar¨¢ por Estados Unidos junto a los The Chieftains. En la mente de todos va cobrando forma un proyecto sugerente, la grabaci¨®n de un viaje musical que siga el rastro de la cultura celta por Am¨¦rica Latina.
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