Espadas de Damocles sobre la prensa
Varias espadas de Damocles gravitan, y caen a menudo, en la comunidad iberoamericana sobre las cabezas de los periodistas, 26 de los cuales permanecen encarcelados en Cuba, 11 han sido asesinados (dos en Brasil, dos en Per¨², dos en Colombia, dos en Nicaragua, uno en M¨¦xico, uno en Rep¨²blica Dominicana y un auxiliar en Ecuador) y otros 336 han sido agredidos o amenazados, en los 12 meses transcurridos desde la anterior cumbre.
Tambi¨¦n penden sobre los cuellos de los periodistas iberoamericanos art¨ªculos constitucionales limitativos de la libertad de informaci¨®n; leyes liberticidas de difamaci¨®n y protecci¨®n de imagen de funcionarios; c¨®digos restrictivos de acceso y ejercicio de la profesi¨®n; proyectos de leyes imprecisas de responsabilidad social en radio y televisi¨®n; presiones contra el secreto de las fuentes, y un permanente acoso disuasorio, oficial o privado, contra quienes pretendan denunciar situaciones de delincuencia, corrupci¨®n o abuso de poder.
Cuba. En la isla caribe?a no existe, pura y simplemente, prensa libre, y s¨®lo, por imperativo constitucional de servicio a la revoluci¨®n socialista, hay medios de comunicaci¨®n oficiales. Cuba ocupa el puesto 166 (s¨®lo por delante de Corea del Norte) en la clasificaci¨®n mundial de la libertad de prensa elaborada por Reporteros sin Fronteras (RsF). Veintis¨¦is periodistas siguen encarcelados hoy, con penas de hasta 27 a?os, en una de las dos mayores prisiones del mundo (la otra es China) para profesionales de la informaci¨®n.
Venezuela. La actual Constituci¨®n venezolana limita la libertad de informaci¨®n a que ¨¦sta sea "veraz, oportuna e imparcial". RsF denunci¨® durante su gestaci¨®n esas adjetivaciones restrictivas por considerar que la informaci¨®n period¨ªstica no tiene por qu¨¦ forzosamente ser veraz, sino que el periodista debe buscar la verdad, con riesgo cotidiano de equivocarse. Y mucho menos debe ser "oportuna" (m¨¢s bien a menudo "inoportuna") ni imparcial (sino, en todo caso, plural).
A las diversas y concretas espadas de Damocles esgrimidas por el r¨¦gimen venezolano (varios procedimientos judiciales contra medios; proyectos de ley de protecci¨®n de la imagen de instituciones y funcionarios; control oficial de cambios e importaci¨®n de papel prensa, sin contar la violencia verbal mostrada por el presidente de la Rep¨²blica al invadir las ondas privadas con sus discursos -"cadenas"- agresivos contra los medios...) se a?ade ahora la ratificaci¨®n de una peligrosa ley sobre el ejercicio del periodismo. ?sta exige titulaci¨®n espec¨ªfica y la inscripci¨®n obligatoria en una corporaci¨®n nacional para poder ejercer la profesi¨®n, cuyo ejercicio "ilegal" se castigar¨¢ con ?hasta tres a seis meses de c¨¢rcel! Una periodista est¨¢ procesada por la justicia militar y otra ha sido condenada a nueve meses de c¨¢rcel por "difamaci¨®n", mientras se produc¨ªan hasta cinco detenciones y 65 agresiones o amenazas. El Gobierno impulsa una ley de responsabilidad social de radio y televisi¨®n en la formaci¨®n juvenil, con sanciones que van hasta el cierre y cuya aplicaci¨®n, incluida la censura previa, podr¨ªa estar controlada por un "directorio" designado.
En Brasil, donde dos periodistas han sido asesinados, siguiendo una pr¨¢ctica de connivencia entre pol¨ªticos corruptos y delincuencia, un proyecto de ley, promovido por el presidente Lula da Silva, preconiza la creaci¨®n de un Consejo Federal de Periodismo, encargado de "orientar, disciplinar y controlar el ejercicio de la profesi¨®n (...) y vigilar el estricto respeto de los principios ¨¦ticos y la disciplina", y en el que los periodistas (debidamente titulados, seg¨²n pretenden organizaciones profesionales) deber¨¢n inscribirse obligatoriamente. Esta disposici¨®n, y la ratificada en Venezuela, son contrarias a lo establecido por la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos: "La adhesi¨®n obligatoria a una asociaci¨®n profesional, o la exigencia de t¨ªtulos o diplomas para el ejercicio de cualquier actividad period¨ªstica, representan otras tantas trabas ileg¨ªtimas a la libertad de expresi¨®n".
M¨¦xico. Un periodista ha sido asesinado en el ejercicio de su misi¨®n, y otro por motivos todav¨ªa dudosos, en este pa¨ªs, cuya libertad de prensa se ve amenazada violentamente, sobre todo en provincias, donde las autoridades pol¨ªticas y polic¨ªas locales pretenden acallar las cr¨ªticas y denuncias de corrupci¨®n y connivencia con el narcotr¨¢fico. Un profesional ha sido secuestrado y una treintena amenazados o agredidos. Varios se han visto presionados por la justicia para revelar sus fuentes o procesados por difamaci¨®n, castigada con penas de c¨¢rcel.
Colombia. En el tradicionalmente mayor cementerio de periodistas del mundo (un centenar asesinados en los ¨²ltimos quince a?os) se multiplican las amenazas y agresiones (51) de los grupos armados y pol¨ªticos corruptos. Dos periodistas han ca¨ªdo, entre Cumbre y Cumbre, bajo el fuego cruzado de las organizaciones guerrilleras y paramilitares, cuyos l¨ªderes figuran, junto a Fidel Castro, en la lista iberoamericana de Depredadores de la Libertad de Prensa establecida por RsF.
Per¨². Dos periodistas asesinados, a todas luces por encargo de pol¨ªticos locales corruptos, agravan la situaci¨®n de la libertad de prensa en un pa¨ªs que padece todav¨ªa la influencia de los m¨¦todos de represi¨®n de tiempos de Alberto Fujimori. Se registraron 62 agresiones o amenazas.
Rep¨²blica Dominicana. El asesinato de un periodista y el intento de asesinato de otro en el mes de septiembre, dentro de un clima generalizado de amenazas por parte de bandas de delincuentes o parapoliciales, hacen temer la instalaci¨®n de un clima de impunidad en el pa¨ªs, pese a las declaraciones oficiales de protecci¨®n a la prensa.
En Argentina, los periodistas regionales siguen sufriendo acoso judicial, amenazas y presiones para que revelen sus fuentes, mientras Nicaragua retrocede en su libertad de prensa con los asesinatos de dos periodistas. En Panam¨¢, el art¨ªculo 33 de la Constituci¨®n permite a los funcionarios que se consideren calumniados encarcelar a su agraviante, y el C¨®digo Penal prev¨¦ penas de c¨¢rcel por difamaci¨®n y desacato a persona u ¨®rgano del Estado, como ha ocurrido en Ecuador, con un profesional condenado a 30 d¨ªas, mientras un auxiliar de prensa era asesinado.
Las leyes contra la difamaci¨®n son utilizadas a menudo en Iberoam¨¦rica como subterfugio penal y econ¨®mico (frecuentemente establecen fuertes indemnizaciones) para asfixiar a la prensa. La Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® este a?o a Costa Rica, pa¨ªs anfitri¨®n de la actual Cumbre, por violaci¨®n de la libertad de expresi¨®n, derechos y garant¨ªas jur¨ªdicas de un periodista condenado en 1999 por "difamaci¨®n". En la sentencia se condena el que se forzase al periodista a demostrar la veracidad de sus denuncias de irregularidades cometidas por un ex diplom¨¢tico y revelar sus fuentes.
En Portugal, 53 periodistas han sido convocados por la justicia por supuesta violaci¨®n del secreto sumarial en un caso de pederastia.
En Espa?a, la Constituci¨®n reconoce la libertad de informaci¨®n, pero "veraz". El Tribunal Supremo rechaz¨® el recurso de casaci¨®n presentado por dos periodistas condenados por un titular supuestamente ofensivo contra el anterior rey de Marruecos, aunque se reconoce que la informaci¨®n que resum¨ªa era correcta. Se est¨¢n promoviendo iniciativas corporativas para la constituci¨®n de consejos deontol¨®gicos y un c¨®digo de ¨¦tica profesional, as¨ª como la creaci¨®n de un consejo audiovisual, y se amenaza con la intervenci¨®n paternalista del Gobierno en la programaci¨®n, en defensa de la infancia y del buen gusto. En el Pa¨ªs Vasco se mantiene el clima de miedo y autocensura entre quienes no comparten las ideas independentistas de ETA. Muchos periodistas tienen que vivir con escolta y otra decena de profesionales han sido amenazados de muerte este a?o por la organizaci¨®n terrorista.
Limitaciones constitucionales a la libertad de informaci¨®n; uso represivo de las leyes contra la difamaci¨®n; establecimiento de c¨®digos ¨¦ticos y tribunales de honor; colegiaci¨®n o titulaci¨®n obligatorias; consejos de control audiovisual; procesos contra el secreto de las fuentes... son otras tantas espadas de Damocles oficiales que se blanden, y caen a menudo como guillotinas, sobre las cabezas de los periodistas en pa¨ªses que, no obstante, reconocen constitucionalmente (con la excepci¨®n de Cuba) la libertad de informaci¨®n. Y all¨ª donde la mano oficial no alcanza, llega la acci¨®n violenta paralela, longa mano armada represora de la libertad de prensa, sin la cual no hay libertad y s¨ª inmunidad para dictadores y corruptos, e impunidad para sus sicarios.
Espadas de Damocles agoreras conminan a los periodistas iberoamericanos a desistir de buscar la verdad y contarla, sobre todo all¨ª donde esa b¨²squeda, que responde al derecho de los pueblos a la informaci¨®n, puede llevar a su autor a la p¨¦rdida de su propia libertad o incluso de su vida.
Fernando Castell¨® es presidente de Reporteros sin Fronteras, organizaci¨®n internacional con sede en Par¨ªs.
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