Ruido de cristales

Soy vecino de Las Rozas desde hace unos 15 a?os. Seducido por las mejoras de los transportes p¨²blicos, por algo de solidaridad contra la contaminaci¨®n y eficiencia econ¨®mica, decid¨ª empezar a utilizar el autob¨²s. Al principio, imagin¨¦ que los hijos de los vecinos, que impunemente se dedicaban a romper cada semana los cristales de las paradas, lo hac¨ªan para mejorar su ventilaci¨®n frente al calor del verano. Despu¨¦s descubr¨ª que tambi¨¦n lo hac¨ªan en invierno y que, en realidad, lo que les encanta es el ruido de los cristales al estallar.

Es puro y simple divertimento colectivo, ya que adem¨¢s suelen hacerlo en manada. Esto no es la expresi¨®n de ning¨²n movimiento cultural de oposici¨®n al sistema. Es estricto gamberrismo fin de fiesta. Todas las paradas de la l¨ªnea son, sistem¨¢ticamente, destrozadas a pedradas todas las semanas. Los restos de cristales se amontonan a un lado y su imagen bien pudiera servir para alg¨²n relato b¨¦lico.

La pregunta es, ?hasta cuando? ?Se ha detenido ya alg¨²n ni?o bien de la zona y exigido a sus hacendados padres que asuman su responsabilidad? Las fuerzas del orden ?pondr¨¢n orden en alg¨²n momento o hemos de ocuparnos los propios vecinos y usuarios? No s¨¦ muy bien a qui¨¦n compete este asunto, pero alguien habr¨¢ que soportado por nuestros impuestos tenga la inexcusable obligaci¨®n de dar alguna se?al, aunque sea ocasional y tard¨ªa, de autoridad.