25-N
Hace unos meses otorg¨¢bamos honores de portada a una medida cautelar a la que se calificaba de "ins¨®lita": en Alicante, cierto juez hab¨ªa restringido a un indigente el acceso a los cajeros autom¨¢ticos de una zona porque ¨¦stos son los recintos que su ex compa?era utiliza para pernoctar. Ella le hab¨ªa denunciado en dos ocasiones por agresiones sexuales, seg¨²n su declaraci¨®n, perpetradas en el mismo "lecho" port¨¢til de cartones que la entonces pareja armaba cada noche en tan pr¨¢cticos cobijos, gentileza de la gran banca. Todav¨ªa unos d¨ªas m¨¢s tarde se volvi¨® a llevar al individuo ante el tribunal por transgredir la orden de alejamiento. Y tuvimos fotos de la v¨ªctima sentada en la antesala, sin camuflarle el gesto hosco y temeroso. Ignoro cu¨¢l es la situaci¨®n actual de estas personas, pero cabe interpretar aquella noticia como la constataci¨®n oficial de una doble injusticia (o triple, o cu¨¢druple, qui¨¦n sabe, porque estas situaciones s¨ª que son como las cerezas, que tiras de una y salen en ristra): las violaciones, y la resoluci¨®n judicial reconociendo que la mujer (el hombre quiz¨¢ tambi¨¦n) sigue teniendo como domicilio oficial la puta calle, a donde les deben hacer llegar las comunicaciones y diligencias, citaciones y sentencias que del sumario se deriven.
Aunque por fortuna la preocupaci¨®n por los malos tratos ya ha saltado la barrera de la fecha se?alada, el pr¨®ximo d¨ªa 25 volveremos a hablar m¨¢s a¨²n de violencia machista. Estad¨ªsticas, interpretaciones y reivindicaciones frente a los subconscientes mis¨®ginos, los t¨®picos instalados, la pereza masculina por apearse del trono dom¨¦stico, los chistecitos, la resignaci¨®n "cristiana", algunos anuncios...
La mano suelta de un energ¨²meno no es s¨®lo una mano a sujetar en "chirona". Perd¨®n por el s¨ªmil belicista, pero ¨¦sta es una batalla que hay que ganar en m¨²ltiples frentes, desde que posibles futuros verdugos y posibles futuras v¨ªctimas est¨¢n en la cuna. La munici¨®n: voluntad y presupuestos para polic¨ªa y juzgados. Pero tambi¨¦n para dar trabajo y techo a quien no tiene. Para ense?ar a quien no sabe. O sea, medios, dineros.
L¨¢stima que estemos tan necesitados de campos de golf.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.