El partido so?ado por Eto'o

Samuel Eto'o no buscaba venganza anoche, cuando salt¨® al c¨¦sped de un Camp Nou que recibi¨® al Bar?a con la grada convertida, gracias a un espectacular mosaico, en una bandera enorme de color azulgrana. "Ja som 125.000!", pod¨ªa leerse en ella en referencia al n¨²mero de socios que ya ha alcanzado el club. Eto'o lo dijo durante la semana y lo repiti¨® tras su sensacional actuaci¨®n: quer¨ªa ganar por ellos, por los socios, por sus compa?eros y, especialmente, por la gente que le abri¨® la puerta de su nueva casa, precisamente despu¨¦s de que el pasado verano desestimara su regreso al Real Madrid.

Eto'o, el nombre m¨¢s estampado en las camisetas que se venden en la tienda del Bar?a despu¨¦s, claro, del de Ronaldinho, ni siquiera quer¨ªa lucirse o marcar. S¨®lo quer¨ªa ganar al Madrid porque sabe lo que eso representa para la afici¨®n barcelonista. Pero ayer marc¨®, propici¨® el penalti que permiti¨® a Ronaldinho redondear la cuenta, se luci¨® y disfrut¨® del partido que so?¨® jugar, ese cl¨¢sico que anoche presenciaron por televisi¨®n los aficionados de 81 pa¨ªses. As¨ª se gan¨® todav¨ªa m¨¢s el coraz¨®n del barcelonismo. Los cul¨¦s no olvidan. Lo puede atestiguar Luis Figo, que cada vez que toc¨® la pelota recibi¨® la bronca de una hinchada que no le ha perdonado. "Mu¨¦rete, Figo", escribi¨® alguien en una pancarta que, antes de que empezara el encuentro, el club oblig¨® a retirar del balc¨®n donde se colg¨®. Dif¨ªcilmente la afici¨®n del Bar?a dejar¨¢ de agradecer nunca a Eto'o la acci¨®n en que le rob¨® la cartera a Roberto Carlos y logr¨® el primer gol, el que abri¨® el camino del triunfo sobre el Madrid. "Son jugadas dif¨ªciles para los defensores, en las que hay que estar vivos. He ido y he podido coger la pelota", relat¨®.

El camerun¨¦s obtuvo su octavo tanto en sus enfrentamientos con el Madrid, su antiguo equipo

Insiste Eto'o en que ser pichichi le trae sin cuidado, pero lidera con autoridad la clasificaci¨®n de goleadores con 10 tantos. Dice, y lo hace convencido, que marcar es simplemente su obligaci¨®n: "Soy el delantero centro del equipo y debo convertir en gol el esfuerzo de mis compa?eros. Si fallo, siento que les traiciono a ellos". Y ellos, seg¨²n su orden de valores, forman parte de su familia. La de verdad, sus padres y hermanos, disfrut¨® de su juego desde la tribuna. Eto'o puso en pie a una grada que recogi¨® el mensaje lanzado por la directiva para mostrar su civismo y renegar de conductas inapropiadas.

Cumpli¨® la afici¨®n y cumpli¨® Eto'o con lo que para ¨¦l empieza a ser una tradici¨®n: meterle un gol al Madrid cada vez que lo tiene delante. Su ex equipo hab¨ªa recibido ya cuatro tantos suyos en la Liga, dos en la Copa y uno en la Supercopa, todos con el Mallorca. Ayer no fall¨®. Hab¨ªa prometido "correr como el negro que soy" y corri¨® peleando en la defensa tratando de tapar la salida del bal¨®n de los centrales; cayendo a la banda cuando Larsson, de quien dice que est¨¢ aprendiendo a jugar sin bal¨®n, se met¨ªa en su terreno, y, finalmente, llegado el minuto 28, para presionar a Roberto Carlos y Casillas. Tuvo premio: recogi¨® el bal¨®n y lo empuj¨® a la red. Y otra vez a correr, celebrando un gol que le llev¨® hasta la esquina del fondo sur para abrazarse a la hinchada.

El delantero camerun¨¦s no hab¨ªa dicho todav¨ªa su ¨²ltima palabra. Cuando quedaba un cuarto de hora para el final, tom¨® un bal¨®n, busc¨® la vertical del ¨¢rea perseguido por Guti, mare¨® a Samuel, su hom¨®nimo, y el central argentino acab¨® haci¨¦ndole un penalti que Ronaldinho transform¨® en el 3-0.

En un partido en el que lo que precisamente no faltaban en el campo eran estrellas, en el que hasta diez de los jugadores optan a recibir el Bal¨®n de Oro que reconoce al mejor seg¨²n la revista France Football, Eto'o, a sus 24 a?os, reclam¨® por derecho su sitio entre los mejores. Fue la noche que abri¨® la victoria en su primer cl¨¢sico y el coraz¨®n del barcelonismo. La misma en la que acab¨® regal¨¢ndole su camiseta con el n¨²mero 9 a su compatriota Roger Milla, toda una instituci¨®n en la historia del f¨²tbol africano, que no quiso perderse el partido, y al que elogi¨®: "Es el mejor".