M¨¢s poder municipal
Se cumplen ahora 25 a?os de la elecci¨®n de los primeros ayuntamientos democr¨¢ticos. No hay duda de que han tenido un papel fundamental en la construcci¨®n de la democracia. Han contribuido eficazmente a la formaci¨®n de los consensos b¨¢sicos; han sido una magn¨ªfica escuela permanente de pr¨¢cticas democr¨¢ticas, y han resultado ser el instrumento m¨¢s eficaz cuando la sociedad ha tenido que encajar procesos de cambio agudos, como, por ejemplo, la s¨²bita multiplicaci¨®n de la inmigraci¨®n extranjera. Pero son d¨¦biles en competencias y recursos financieros.
Casi todo lo que hacen los ayuntamientos tiene que ver directamente con el bienestar de la gente. Y, sin embargo, ni tienen todas las competencias que esta acci¨®n de proximidad requerir¨ªa, ni los recursos necesarios. Gestionan alrededor del 13% del gasto p¨²blico, un porcentaje muy lejano a la media de los pa¨ªses de estructura federal consolidada (20%). A pesar de su precariedad financiera, hacen funciones supletorias en competencias que no tienen. Un 30% de su gasto corresponde a estas tareas, pero s¨®lo la mitad de ellas les viene financiada. Por tanto, llevan raz¨®n los alcaldes cuando dicen que el poder municipal ha sido la cenicienta del Estado auton¨®mico. Y deber¨ªa ser un objetivo aumentar su poder financiero ahora que se debaten las reformas estatutarias y constitucionales.
Se extiende la creencia, entre pol¨ªticos y observadores, de que la proximidad a la ciudadan¨ªa que el poder municipal tiene es crucial para trabajar adecuadamente con la sociedad en determinados servicios b¨¢sicos: la educaci¨®n primaria, la vivienda, la asistencia social requieren de una atenci¨®n pormenorizada, casi personalizada, que s¨®lo los ayuntamientos pueden dar. La experiencia demuestra que una acci¨®n municipal atenta es mucho m¨¢s eficaz para resolver los problemas relacionados con la inmigraci¨®n que mil leyes de extranjer¨ªa. Todo eso requiere traspaso de competencias y de recursos al poder local. Y tambi¨¦n, obviamente, por parte de los municipios el esfuerzo de desburocratizar al m¨¢ximo la gesti¨®n, de superar la cultura del recelo y de las trabas administrativas.
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