El ala dura republicana bloquea la reforma del espionaje en EE UU
Bush y los l¨ªderes del Congreso tratan de salvar la ley que reorganiza los servicios secretos
El acuerdo de principio sobre la reorganizaci¨®n de los servicios de espionaje al que hab¨ªa llegado el Congreso ha quedado bloqueado por la intervenci¨®n de un grupo de representantes republicanos del ala m¨¢s dura del partido. Este grupo, te¨®ricamente en contra de las indicaciones de la Casa Blanca, no quiere que el Pent¨¢gono pierda el control del 80% de los fondos destinados a inteligencia. Tanto el presidente Bush como diversos parlamentarios dijeron ayer que seguir¨¢n intentando llegar a un acuerdo en los pr¨®ximos d¨ªas.
La ley recoge la mayor parte de las recomendaciones de la comisi¨®n del 11-S, entre ellas la creaci¨®n de un centro de coordinaci¨®n de la lucha antiterrorista y de un superdirector de Inteligencia Nacional, por encima del director de la CIA y del resto de agencias. El nuevo zar de Inteligencia se encargar¨¢ de distribuir las prioridades y el presupuesto de la CIA y de los otros 14 organismos de informaci¨®n y espionaje que existen en EE UU.
El objetivo es corregir los errores que los atentados del 11-S dejaron al descubierto y racionalizar el universo, a veces contradictorio y redundante, de los grupos que se dedican a la informaci¨®n secreta. La ley da al nuevo director autoridad sobre todos esos grupos y una capacidad presupuestaria para programas y operaciones nacionales y extranjeras que cubre el 75% de los 40.000 millones de d¨®lares de presupuesto anual de espionaje, una cantidad aproximada, porque ese presupuesto es secreto -y seguir¨¢ si¨¦ndolo- y se inscribe en las cuentas generales de Defensa. All¨ª continuar¨¢, pero el nuevo director tendr¨¢ la autoridad, y no el Pent¨¢gono, que pasar¨¢ de controlar el 80% de ese presupuesto a un 25% destinado a operaciones t¨¢cticas de espionaje.
Para contrariedad del presidente, de los l¨ªderes de ambos partidos y de los miembros de la comisi¨®n del 11-S, el acuerdo entre las dos versiones de la ley -la del Senado y la de la C¨¢mara- al que se hab¨ªa llegado en la madrugada del s¨¢bado fue bloqueado horas despu¨¦s. Seg¨²n Dennis Hastert, portavoz republicano en la C¨¢mara -que sufri¨® la contestaci¨®n de sus compa?eros de partido-, "tenemos que aclarar algunas cuestiones que se refieren a la seguridad de nuestras tropas". Dos republicanos -Duncan Hunter, presidente del Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas, y James Sensenbrenner, del Comit¨¦ Judicial- encabezaron la rebeli¨®n, por razones diferentes: Hunter dijo que la nueva ley pod¨ªa interferir con la cadena militar de mando y arriesgar la seguridad de las tropas; Sensenbrenner quiso aprovechar para forzar medidas de control de la inmigraci¨®n ilegal.
?Y ahora, qu¨¦? Desde Santiago de Chile, Scott McClellan, portavoz de Bush, dijo que el presidente y el vicepresidente van a trabajar para que pueda aprobarse la ley. "Sigue siendo una de las prioridades del presidente, que continuar¨¢ hablando con los l¨ªderes del Congreso para ver c¨®mo puede resolverse el problema". Bush insiste en que el nuevo zar tiene que tener "completa autoridad sobre el conjunto del presupuesto", el punto de fricci¨®n con los republicanos rebeldes que bloquearon el acuerdo. "Har¨¢ falta que Bush y Cheney se empleen a fondo", advirti¨® ayer Bill Frist, l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado.
Los dem¨®cratas pusieron el grito en el cielo y denunciaron la falta de control de los republicanos, que dijeron que la ley volver¨¢ probablemente al Congreso el 6 de diciembre. "Creo que a¨²n hay bastantes posibilidades de que consigamos sacar adelante la reforma", dijo en la cadena de televisi¨®n ABC Mitch McConnell, secretario del grupo republicano en el Senado.
Pero las cosas no est¨¢n tan claras para Pat Roberts, presidente del Comit¨¦ de Inteligencia del Senado, que lleg¨® a hacer la V de la victoria despu¨¦s de firmar el acuerdo y que luego se ver¨ªa sorprendido por sus compa?eros. "No s¨¦ si podremos convencer a la gente que cree que esta reforma pone en peligro la acci¨®n de los militares", dijo en la cadena Fox, y a?adi¨®: "Ha habido mucha oposici¨®n desde el principio, desde el Pent¨¢gono, pero, francamente, tambi¨¦n desde la Casa Blanca, a pesar de las declaraciones del presidente".
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