La discreta fusi¨®n de la 'nueva Europa'
Lo que Rumsfeld llamara la nueva Europa, en contraposici¨®n a la franco-alemana, se est¨¢ fundiendo a medida que sus integrantes aprenden la vida en com¨²n y se percatan de los problemas de la guerra de Irak, de la que s¨®lo han sacado desilusi¨®n. La presencia de tropas polacas en Irak, y la propia guerra, se han vuelto abrumadoramente impopulares en Polonia o en el coraz¨®n de la Administraci¨®n h¨²ngara. La retirada militar de Irak o de Afganist¨¢n, o al menos una reducci¨®n dr¨¢stica de los efectivos de estos pa¨ªses, incluida de la muy americana Holanda, est¨¢ a la orden del d¨ªa. Los nuevos miembros de la UE ven crecer su temor ante una Rusia que, con Putin, est¨¢ recuperando su car¨¢cter imperial, y frente a la cual ven ahora ¨²til y necesaria no s¨®lo esta OTAN que se ha vuelto global, sino la propia integraci¨®n europea. Pero tambi¨¦n la vieja Europa est¨¢ cambiando. Para llegar a una uni¨®n m¨¢s estrecha queda mucho, pero los 25 est¨¢n menos desunidos que hace un a?o, aunque con cierta tristeza. De ah¨ª la importancia de no pinchar en la ratificaci¨®n de la Constituci¨®n europea (sin la cual no tomar¨¢n a Europa en serio en Washington).
Dicho esto, tras la reelecci¨®n de Bush, hay ganas de tender puentes hacia Washington, pero no pueden ser de direcci¨®n ¨²nica. Tambi¨¦n Bush deber¨¢ hacer algo m¨¢s que gestos. Las etapas y los mensajes de su anunciado viaje a Europa en febrero ser¨¢n significativos. Los europeos quieren hacer algo para compartir la carga de Irak. Hoy se re¨²ne la Conferencia de Donantes. Es m¨¢s f¨¢cil perdonar deudas que nunca se van a cobrar y dar dinero que aportar esfuerzos. Tras las elecciones del 30 de enero -si llegan a celebrarse- se ver¨¢ si la resistencia armada y el terrorismo en Irak son algo end¨¦mico o estructural. Y las respuestas ir¨¢n en consonancia. Ideas hay muchas. El problema principal sigue siendo que si se env¨ªa ayuda all¨ª o cerca -para formar jueces, polic¨ªas u otros- hay que protegerlos, lo que implicar¨ªa mandar tropas, lo que parece descartado pese a que lo pueda pedir Bush-2. Es decir, que a los europeos les gustar¨ªa poder hacer algo, pero no saben muy bien qu¨¦ ni c¨®mo. Les gustar¨ªa hacer algo blando sin tener que hacer nada duro (militar). Una reciente conferencia organizada en Par¨ªs por el Instituto de Estudios de Seguridad de la UE s¨®lo entre expertos europeos, hu¨¦rfanos, dej¨® estas dudas bastante a las claras. Tampoco quieren todos los europeos ver involucrarse cada vez m¨¢s a la OTAN en Irak por la puerta trasera.
Una vez m¨¢s, Europa est¨¢ financiando esta guerra, y otros desajustes de la econom¨ªa de EE UU, a trav¨¦s de la sobrevaloraci¨®n del euro respecto al d¨®lar, una cuesti¨®n que puede llegar a ser tormentosa. Pero hoy nadie quiere agitar las aguas, aunque Chirac se mantiene en sus cr¨ªticas sobre la guerra de Irak y en su visi¨®n de un mundo m¨¢s peligroso por este conflicto. No le falta raz¨®n. Servicios europeos de inteligencia, citados por el Financial Times, han detectado ya la ida y venida entre la UE e Irak de radicales islamistas que han logrado all¨ª experiencia militar. Se confirma as¨ª el temor a ver aquel conflicto convertido en nueva escuela de terrorismo.
La salida de Powell no ha agradado, pero tampoco sorprendido, a los europeos. Lo m¨¢s importante es si el mayor responsable de todo el desastre de Irak, Donald Rumsfeld y su equipo neoconservador, seguir¨¢ o no, y, por tanto, si los pol¨ªticos (no los militares) del Pent¨¢gono seguir¨¢n fijando la agenda exterior de EE UU. Si Rumsfeld sigue, incluso con Rice en el Departamento de Estado, la diplomacia no recuperar¨¢ su debido peso. Con Rice, varios Gobiernos europeos piensan que tendr¨¢n acceso a la Casa Blanca. Ser¨¢ lo inverso, pero al menos representar¨¢ la voz del presidente. Pues no se sab¨ªa bien qu¨¦ representaba Powell. aortega@elpais.es
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