El heredero de Sampras
Federer gana a Hewitt el Masters de tenis y agiganta su supremac¨ªa
El ambicioso australiano Lleyton Hewitt acab¨® rendido a la evidencia y solt¨® una frase reverencial: "Me parece que en mi vida he visto a nadie jugar tan bien. Est¨¢ en otra galaxia". El piropeado es Roger Federer, el suizo que le abrum¨® en la final del Masters de tenis, en Houston. Bastaron 66 minutos para cerrar un marcador elocuente, 6-3 y 6-2, despu¨¦s de que la lluvia obligara a retrasar la cita y a establecer el ganador al mejor de tres sets en vez de al mejor de cinco.
A sus 23 a?os, Federer se eleva ya muy por encima de los tenistas con los que compite. Su supremac¨ªa en 2004 s¨®lo admite comparaciones con los grandes campeones de otras ¨¦pocas. Es visto como el heredero del estadounidense Pete Sampras, el maravilloso jugador retirado en 2003, que marc¨® una etapa y que fue n¨²mero uno mundial desde 1993 hasta 1998. El norteamericano Andre Agassi, el brasile?o Gustaco Kuerten, el propio Hewitt y el tambi¨¦n estadounidense Roddick se sucedieron en el trono, pero ninguno transmiti¨® la sensaci¨®n de dominio de Federer.
El helv¨¦tico ya gan¨® el Masters en 2003 y ahora ha repetido tras adjudicarse los Abiertos de Australia y EE UU y el torneo de Wimbledon. Con 74 victorias por 6 derrotas, supera el 90% de triunfos del checo nacionalizado estadounidense Ivan Lendl en 1989 y s¨®lo queda por debajo del registro del estadounidense John McEnroe en 1984: 82 por 3. Adem¨¢s, su triunfo sobre Hewitt es el 23? consecutivo frente a jugadores situados entre los diez primeros de la clasificaci¨®n mundial y el 13? en las 13 ¨²ltimas finales a las que ha llegado, lo que bate las 12 victorias sucesivas en finales del sueco Bjorn Borg y de McEnroe. El genial ex jugador estadounidense hace tiempo que est¨¢ rendido a Federer: "Es el tenista con m¨¢s talento que he visto en mi vida".
Sus ¨²nicos traspi¨¦s este a?o, en el que ha sumado 11 t¨ªtulos -la mitad de los que totaliza en su incipiente carrera-, han sido su eliminaci¨®n en los octavos de final de Roland Garros y su derrota en la segunda ronda de los JJ OO de Atenas. "Es casi demasiado buena la temporada que he hecho", se sorprende ¨¦l mismo.
Admirador de Borg y Sampras, el jugador nacido en Basilea en 1981 no se decant¨® por el tenis hasta que cumpli¨® 14 a?os, despu¨¦s de haber descartado el hockey sobre hielo y el f¨²tbol. Por entonces ten¨ªa mal caracter, tanto que, cuando se entrenaba en los centros de alto rendimientode su pa¨ªs -Ecublens, en la zona alemana y Bienne, en la francesa-, su padre tuvo que costearle muchas raquetas. En Bienne, sin embargo, apareci¨® Peter Lundgren, su entrenador hasta el curso pasado. "Cuando estoy en la cancha juego yo, no ¨¦l", recuerda. "Aprend¨ª tanto que me sent¨ª listo para valerme por m¨ª mismo". ?l le ense?¨® a controlar la ira: "Se pasaba el d¨ªa jugando a los v¨ªdeojuegos y se ofuscaba cuando algo le sal¨ªa mal", cuenta.
Hoy no tiene entrenador, pero viaja con su preparador f¨ªsico, su fisioterapeuta, un sparring y su novia, Miroslava Vavrinec, ex tenista que se encarga de sus relaciones con la prensa, mientras sus padres cuidan la parte comercial.La mentalidad de Federer cambi¨® desde que en 2003 gan¨® Wimbledon, el torneo que se adjudic¨® como j¨²nior en individuales y dobles en 1998. Tenista con gran repertorio, elogiado por su asombrosa velocidad de desplazamiento y por su rev¨¦s a una mano, busca con sus golpes la l¨ªnea de fondo para obligar al rival a devoluciones forzadas, a las que responde con una descarga incontestable de sus 80 kilos.
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