Francia no ve ning¨²n 'esc¨¢ndalo Barrot'
Pol¨ªticos y periodistas consideran inexplicable la pol¨¦mica en torno al comisario europeo
?Pero qu¨¦ ha hecho el franc¨¦s Jacques Barrot para merecer un esc¨¢ndalo allende las fronteras? Ni la clase pol¨ªtica, ni la period¨ªstica, se lo explican. M¨¢s all¨¢ del silencio que reina en Francia sobre el problema de su comisario, hay dos datos incuestionables: Barrot no fue condenado por financiaci¨®n ilegal de car¨¢cter personal, ni por haber manejado dinero del partido, sino porque en su calidad de secretario general deb¨ªa estar al tanto de lo que se hac¨ªa. El segundo dato es que se le aplic¨® una amnist¨ªa inmediata y autom¨¢tica, a ¨¦l y a los dem¨¢s condenados en el mismo sumario, lo cual confiri¨® un car¨¢cter simb¨®lico a las penas pronunciadas.
Jacques Barrot era el secretario general de un partido ya desaparecido, el Centre des D¨¦mocrates Sociaux (CDS), cuando esta organizaci¨®n recibi¨® una serie de "donaciones" empresariales. El montaje era de lo m¨¢s banal: entregas en efectivo o transferencias de fondos de empresas constructoras, promotoras inmobiliarias y entidades que necesitaban concesiones p¨²blicas a dos cuentas abiertas en la Uni¨®n de Bancos Suizos (UBS), de Ginebra, a nombre de una consultor¨ªa llamada Strat¨¦gie et M¨¦thodes (SEM), que luego se demostr¨® hab¨ªa servido de tapadera del partido para acarrear fondos.
Ning¨²n sector de la vida pol¨ªtica francesa ha sido ajeno a ilegalidades econ¨®micas
Barrot no fue condenado por financiaci¨®n ilegal de car¨¢cter personal
Como ocurre con frecuencia en este tipo de casos, lo primero que hay que hacer es filtrarlo a la prensa. A alguien le interes¨® hacerlo a mediados de los a?os noventa y el asunto apareci¨® en el semanario Le Canard Encha?n¨¦. De todas las sumas que pasaron por las cuentas suizas, s¨®lo lleg¨® a juicio un desv¨ªo de fondos por valor de cinco millones de francos. Las donaciones empresariales a los partidos hab¨ªan sido toleradas hasta entonces en Francia, pero ese dinero en concreto aflor¨® y fue "utilizado", cuando la legislaci¨®n francesa acababa de cambiar (a fuerza de esc¨¢ndalos period¨ªsticos), convirtiendo esas donaciones en ilegales.
Jacques Barrot asegur¨® en el juicio que lo desconoc¨ªa todo sobre los circuitos usados para llenar las arcas del partido. "Mi papel fue ¨²nicamente pol¨ªtico", insisti¨®. Una vez publicada la sentencia, Barrot protest¨® porque el tribunal no hab¨ªa probado "ning¨²n acto de participaci¨®n concreta en ese delito" que le afectara a ¨¦l y hab¨ªa fijado su responsabilidad penal bajo la simple deducci¨®n de que, como era secretario general, deb¨ªa estar al corriente. "Y si no apelo contra esta decisi¨®n es por la imposibilidad de hacerlo, al tratarse de una condena amnistiada y por tanto, no sucedida".
Las penas pronunciadas en ese caso cayeron en el ¨¢mbito de una ley dictada cinco a?os antes, que amnistiaba las condenas inferiores a nueve meses de prisi¨®n "sin obligaci¨®n de cumplimiento" para infracciones pol¨ªtico-financieras cometidas antes del 18 de mayo de 1995 (como era el caso). Barrot y todos los condenados en este asunto recibieron penas inferiores a nueve meses, por tanto, dentro del l¨ªmite previsto para la amnist¨ªa autom¨¢tica.
Los medios de comunicaci¨®n franceses apenas han movido una ceja al saber que Barrot omiti¨® mencionar el resultado del juicio al Europarlamento. No menos discreta ha permanecido la totalidad de la clase pol¨ªtica francesa, en la que siguen en activo personas implicadas en casos antiguos de financiaci¨®n ilegal. Henri Emmanuelli, actual diputado y jefe del ala izquierda del Partido Socialista, fue condenado en firme a 18 meses de prisi¨®n (sin obligaci¨®n de cumplimiento) y a dos a?os de privaci¨®n de derechos c¨ªvicos, pasados los cuales ha reanudado su vida pol¨ªtica y ha sido reelegido sin problemas. Alain Jupp¨¦, condenado en enero pasado por un asunto de financiaci¨®n ilegal del antiguo partido neogaullista RPR, aguant¨® seis meses con todos sus cargos, despu¨¦s de la sentencia, antes de renunciar a ellos. Ahora espera la sentencia de apelaci¨®n.
Pr¨¢cticamente ning¨²n sector de la vida pol¨ªtica francesa ha sido ajeno a ilegalidades financieras. Y en el caso de Barrot, "la amnist¨ªa ha de tomarse en serio", argumentaba ayer un destacado periodista. Los medios franceses han dedicado espacios muy secundarios al caso, en general para denunciar un montaje "politiquero" o se?alar el car¨¢cter marcadamente "antieuropeo" del diputado brit¨¢nico Nigel Farage, que sac¨® a la luz p¨²blica, en la Euroc¨¢mara, el pasado judicial de Barrot.
En privado, hay personas en Francia que achacan al comisario europeo haber cometido el error de ocultar un dato al Parlamento comunitario, sin darse cuenta de la sensibilidad provocada por las tensiones entre la c¨¢mara y la comisi¨®n Barroso. Para otros, la sala und¨¦cima del Tribunal Correccional de Par¨ªs, que pronunci¨® la sentencia que afecta a Barrot, dej¨® bien clara su intenci¨®n de dictar una resoluci¨®n relativamente moderada: no quiso dejar impunes los hechos, pero le aplic¨® una sanci¨®n simb¨®lica y sin efectos precisos, a causa de una ley de amnist¨ªa con la que se contaba de antemano. Por el momento, en Francia no se ve donde est¨¢ el drama.
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