Acoso a Kofi Annan
Varios esc¨¢ndalos y la crisis abierta por la guerra de Irak debilitan la figura del secretario general de la ONU
La recta final del mandato de Kofi Annan al frente de la ONU se pone cuesta arriba. Los continuos esc¨¢ndalos acechan a la figura del secretario general de la ONU y desde distintos foros se pone en evidencia la p¨¦rdida de credibilidad en su liderazgo a ra¨ªz del presunto fraude en el programa Petr¨®leo por Alimentos, destinado a paliar las consecuencias del embargo en la poblaci¨®n iraqu¨ª. Los m¨¢s cr¨ªticos dicen que est¨¢ rodeado de corrupci¨®n y fraude.
A Kofi Annan le quedan todav¨ªa dos a?os y un mes para que expire su mandato, fijado para final de 2006. Pero el momento en el que se desatan las cr¨ªticas contra el secretario general coincide con un a?o clave para la ONU, durante el que debe decidirse su reforma despu¨¦s de 60 a?os de funcionamiento. El grupo de expertos convocado por Annan debe presentar a comienzos de diciembre las l¨ªneas b¨¢sicas de sus recomendaciones, encaminadas a reforzar el papel de la organizaci¨®n y democratizarla.
Dos casos de abusos proyectan una sensaci¨®n negativa entre el personal de la ONU
"Es inapropiado que siga en su puesto", sostiene una fundaci¨®n que asesora a Bush
La crisis de credibilidad por la que atraviesa la ONU se remonta a la crisis humanitaria en la regi¨®n de los Grandes Lagos. La actuaci¨®n de Naciones Unidas fue muy criticada porque no se supo responder al genocidio en Ruanda, que acab¨® con la vida de 800.000 personas. Annan se disculp¨®. La intervenci¨®n militar en Irak puso en evidencia despu¨¦s las debilidades del sistema. Entre tanto, la relaci¨®n entre Annan y el presidente de EE UU, George Bush, se precipit¨®. "La reelecci¨®n de Bush puede recrudecer la situaci¨®n", indican fuentes de la organizaci¨®n, que no descartan una mayor presi¨®n de Washington para "hacer dimitir a Annan".
La fundaci¨®n Heritage, que asesora a la Casa Blanca en materia de Pol¨ªtica Exterior, ha redactado dos informes en los que hace contundentes recomendaciones a Washington tras la pol¨¦mica suscitada por las intervenciones del secretario general de la ONU, declarando ilegal la intervenci¨®n en Irak y criticando la operaci¨®n en Faluya. "Es inapropiado para la organizaci¨®n que siga en el puesto cuando su propia credibilidad est¨¢ en cuesti¨®n", afirma. La fundaci¨®n insiste en que su imagen est¨¢ "gravemente da?ada" por el esc¨¢ndalo y se pregunta si "hizo o¨ªdos sordos deliberadamente ante la dispersi¨®n de la corrupci¨®n y el fraude".
"Esto, combinado con su fracaso sobre Irak, su falta de compromiso contra el terrorismo y su p¨¦rdida de credibilidad como una figura neutral, representa un motivo poderoso como para que suspenda sus funciones mientras la investigaci¨®n est¨¦ abierta", remacha. La fundaci¨®n dice que las ¨²ltimas intervenciones son "sermones" que ayudan a la causa "de los terroristas m¨¢s b¨¢rbaros" y advierte de que se producen en un momento "cr¨ªtico para el futuro de Irak".
Los medios conservadores estadounidenses, como The Wall Street Journal o la cadena de televisi¨®n Fox, no pierden la oportunidad para cargar mientras el Congreso expresa su malestar con Annan, al que acusan de obstaculizar la investigaci¨®n del Senado sobre los abusos cometidos por Sadam Husein durante el embargo. Los senadores Norm Coleman -republicano- y Carl Levin -dem¨®crata- dirigieron una carta a la ONU exigiendo la suspensi¨®n de la inmunidad de los funcionarios de la ONU vinculados al programa para interrogarlos. Un extremo al que se niegan en Nueva York.
Los documentos que maneja el Senado estadounidense revelan que el r¨¦gimen iraqu¨ª se apropi¨® il¨ªcitamente de 21.300 millones de d¨®lares, antes y durante la vigencia del citado programa. Las culpas intentan dirigirse directamente hacia la gesti¨®n de Kofi Annan. Pero de momento nadie ha conseguido probar nada. "La cuerda por la que se mueve Annan no est¨¢ floja", advierten desde la organizaci¨®n, "porque franceses, rusos y alemanes est¨¢n con ¨¦l". ?stos son, en s¨ªntesis, los problemas a los que se enfrenta el secretario general:
- Kojo, el hijo. El esc¨¢ndalo quiz¨¢ afecte al secretario general a trav¨¦s de su hijo Kojo, quien trabajaba para una consultora privada relacionada con la empresa suiza Cotecna Inspection. La compa?¨ªa helv¨¦tica estaba contratada por la ONU para supervisar los suministros que se realizaban en el marco del programa Petr¨®leo por Alimentos. Se da, adem¨¢s, la circunstancia de que Kojo ocup¨® un puesto de direcci¨®n en Cotecna un a?o antes de que se firmara el contrato con la ONU en diciembre de 1998.
A partir de ah¨ª surgen muchas preguntas conforme crece el esc¨¢ndalo sobre si Kofi Annan inform¨® de este detalle a la ONU o si su hijo facilit¨® informaci¨®n a la empresa para hacerse con el contrato. Naciones Unidas, de momento, no ha hecho p¨²blico el dinero que pagaba a Cotecna para hacer las labores del contrato, tan s¨®lo se sabe que el primer a?o recibi¨® un pago de seis millones de d¨®lares. El Departamento de Justicia de EE UU est¨¢ investigando este asunto.
- Responsabilidad. El esc¨¢ndalo deja varias dudas en el aire sobre el grado de responsabilidad de Kofi Annan en el fraude. La gesti¨®n del programa se hac¨ªa fuera de la Secretar¨ªa General, pero se le informaba con periodicidad y directamente para que se pudiera autorizar su continuidad cada seis meses. Sin el aprobado de Annan, los contratos no pod¨ªan seguir adelante. Al frente del programa Petr¨®leo por Alimentos estaba el chipriota Benon Sevan, acusado de recibir dinero de Sadam. Pero en la ONU se deja claro que el control estaba en manos del Consejo de Seguridad y que su personal no dispon¨ªa de medios ni de un mandato preciso para supervisar los contratos. El ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, est¨¢ investigando el presunto fraude y en primavera deber¨¢ aclarar su verdadero alcance.
- Rebeli¨®n interna. La revoluci¨®n estuvo a punto de desatarse dentro de la ONU el pasado viernes, cuando una divisi¨®n del sindicato de funcionarios intent¨® hacer prosperar una resoluci¨®n retirando su confianza en Annan. La moci¨®n se suaviz¨® y en lugar de cargar directamente contra la integridad del secretario general, se opt¨® por una f¨®rmula que arremet¨ªa contra toda la c¨²pula y ped¨ªa transparencia en su gesti¨®n.
A esto se le a?ade la preocupaci¨®n del personal por el tipo de misiones que se le est¨¢n encomendando, de mucho m¨¢s riesgo que en el pasado. "Hace dos d¨¦cadas todos respetaban la bandera azul y ahora la situaci¨®n es m¨¢s peligrosa", se?alan. Los funcionarios veteranos critican que la ONU no tenga un papel claro y como ejemplo ponen el de Irak, donde se asocia a la organizaci¨®n con EE UU. Por no dejar de mencionar los casos de violaciones en el Congo.
- Atentado en Bagdad. El malestar de los funcionarios tiene su origen en el atentado que sufri¨® la sede de la ONU en Bagdad en agosto de 2003 y que acab¨® con la vida de una veintena de miembros de la organizaci¨®n, entre ellos el enviado especial Sergio Vieira de Mello. Louise Frechette, mano derecha de Annan en la Secretar¨ªa General, present¨® su dimisi¨®n por los fallos en la seguridad. Annan la rechaz¨®. Desde entonces, la ONU opera desde Jordania y Siria, y se niega a volver a Irak hasta que no haya garant¨ªas de seguridad.
- Nepotismo. Las ¨²ltimas decisiones de Annan sobre dos casos de abusos en el seno de la organizaci¨®n est¨¢n teniendo una percepci¨®n negativa entre el personal. Dileep Nair, jefe de la oficina de control interno, fue exonerado la semana pasada de un caso de favoritismo, al realizar promociones sin seguir las reglas de la organizaci¨®n. El sindicato mostr¨® su malestar porque no se le consult¨®. No es el ¨²nico caso pol¨¦mico. Annan exculp¨® en julio a Ruud Lubbers, m¨¢ximo responsable del Alto Comisionado para los Refugiados, de un caso de abuso sexual denunciado por una empleada. Guy Candusso, uno de los l¨ªderes sindicales rebeldes, acus¨® a Annan de encubrir una trama de corrupci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.