Pol¨ªtica y diplomacia

Miguel ?ngel Moratinos confundi¨® los t¨¦rminos el pasado lunes por la noche ante la pregunta de uno de los periodistas participantes en un programa de la primera cadena de TVE (59 segundos), de formato m¨¢s propio para la diatriba y el tono grueso que para el debate. El ministro de Exteriores perdi¨® por un momento el aplomo de su larga experiencia de diplom¨¢tico y se convirti¨® durante un minuto en un pol¨ªtico demasiado directo y locuaz al referirse al frustrado golpe de Estado para derrocar al presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, en abril de 2002, y al presunto apoyo del Gobierno de Aznar a los golpistas.

Moratinos dijo en pantalla lo que jam¨¢s un diplom¨¢tico avezado debe afirmar tan crudamente si no es con pruebas verificables: "Con el anterior Gobierno, cosa in¨¦dita en la diplomacia espa?ola, el embajador espa?ol recibi¨® instrucciones para apoyar el golpe". Aunque as¨ª hubiese sido, y los detallados hechos conocidos de aquellas jornadas parecen confirmarlo, no era el lugar para plantear acusaci¨®n tan directa.

El fondo de sus manifestaciones puede responder a lo que sucedi¨®, pero las formas dejan mucho que desear. Y el ministro pareci¨® darse cuenta cuando, ante la insistencia del periodista de que estaba acusando a Aznar de golpismo, recul¨® y matiz¨® que el embajador hab¨ªa recibido instrucciones para acompa?ar a su colega de EE UU en su entrevista con el empresario golpista Pedro Carmona, que fue presidente del pa¨ªs apenas 48 horas, antes de ser repuesto Ch¨¢vez.

Las palabras del ministro, corroboradas ayer por la ma?ana por Ch¨¢vez , han despertado la indignaci¨®n del l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, quien ha pedido su dimisi¨®n y negado que Aznar apoyara el golpe. Rodr¨ªguez Zapatero, delante de Ch¨¢vez, eludi¨® ayer tarde por tres veces pronunciarse sobre el incidente, que ambos presidentes hab¨ªan acordado minimizar en su comparecencia conjunta, y anunci¨® que el lugar donde deben darse explicaciones al requerimiento de Rajoy es la Comisi¨®n de Exteriores del Congreso. Si el Parlamento es el escenario para aclarar el embrollo, parece totalmente inadecuado utilizar un programa de televisi¨®n con intervenciones tasadas de 59 segundos para plantearlo.

Estados Unidos y Espa?a jugaron muy mal sus cartas en el fallido golpe contra Ch¨¢vez hace dos a?os. Los embajadores de ambos pa¨ªses en Venezuela fueron los ¨²nicos en entrevistarse con Carmona. El Gobierno espa?ol argument¨® que trataba de recabar informaci¨®n e interesarse por razones humanitarias del destino de Ch¨¢vez, pero lo cierto es que nunca pidi¨® que el mandatario fuera repuesto en el cargo.