En la frontera
Est¨¢ acostumbrada a cruzar la frontera. Desde peque?a. Hija de una ind¨ªgena mixteca y un estadounidense de origen escoc¨¦s, Lila Downs creci¨® con un pie en Minnesota y otro en Oaxaca.
Canta a los ilegales que recogen fruta en los pa¨ªses del Primer Mundo. Por una pantalla van pasando retratos en blanco y negro de trabajadores y una pel¨ªcula de la recogida de tomates. No faltan las im¨¢genes de patrullas fronterizas estadounidenses. Y ella recuerda This land is your land, de Woody Guthrie. Otros tiempos, parecidas injusticias y desarraigos.
Lleva con orgullo la identidad ind¨ªgena tan vergonzosamente maltratada y guarda cierto parecido con Frida Kahlo, que ella acent¨²a con la ropa y las trenzas. Invoc¨® a las mujeres que luchan por la dignidad y el respeto, antes de cantar en espa?ol Dignificada, balada para una abogada muerta hace poco en oscuras circunstancias y, en ingl¨¦s, Mother Jones, sobre una activista del XIX que sacrific¨® su vida por proteger a los desfavorecidos.
Lila Downs
Lila Downs (voz, guitarra y tambor), Paul Cohen (saxo, clarinete y teclados), Celso Duarte (arpa y viol¨ªn), Guilerme Monteiro (guitarras), Yunior Terry Cabrera (contrabajo) y Yayo (bater¨ªa y percusi¨®n). Sala Arena. Madrid, 23 de noviembre.
Trae canciones tradicionales zapotecas, alegres sones jarochos como el de la iguana que se cay¨® de la escalera o la graciosa cumbia maya del armadillo. Una visi¨®n estilizada del folclor mexicano, de ra¨ªces ind¨ªgenas y tambi¨¦n negras, porque a la costa del Golfo llegaron africanos. Su versi¨®n de La bamba, con voz ani?ada y ralentizada, mereci¨® la pena. En La cucaracha, canci¨®n de la revoluci¨®n mexicana que ha ido adquiriendo letras distintas, y no precisamente para ni?os, habla de esa marihuana que no le permite a uno caminar porque le falta para fumar.
Derroch¨® voz en una de esas rancheras que tan bien sientan a Chavela Vargas. Le pone sentimiento -se lo avis¨® su madre: "Lila, canta con alma y si no, mejor ni cantes"- y tacto a canciones en las que es f¨¢cil pasarse de dramatismo o caer en la vulgaridad.
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