Es el fin del doctor Estivill
En una entrevista concedida el s¨¢bado al diario ?ltima Hora, leo una frase de la ex diputada Anna Balletb¨® que me llama la atenci¨®n. Y no s¨®lo a m¨ª. Tambi¨¦n al autor del texto, que la destaca en negrita: "Me encanta Mallorca y escuchar el acento mallorqu¨ªn, tan suave y peculiar, y que me relaja mucho".
Que un acento tenga propiedades terap¨¦uticas es una novedad. Hasta ahora, cuando alguien te daba la opini¨®n sobre un acento s¨®lo te dec¨ªa lo que le recordaba. Ya el gran Bobby Deglan¨¦ sentenci¨® que los catalanes parecemos perros ladrando. Y, sin llegar a estos extremos, todos hemos o¨ªdo a seres humanos que opinan que el alem¨¢n es "seco", el andaluz, "gracioso" o el argentino, "musical". Recuerdo que en Un pez llamado Wanda, el personaje de Jamie Lee Curtis se excitaba sexualmente cada vez que o¨ªa a un hombre hablar, creo, en italiano. Mis 50 mejores amigas se vuelven locas por copular con vascos, porque no hay nada que las ponga m¨¢s a tono que o¨ªr guarradas en la lengua de I?aki Perurena. Y tengo un ex cu?ado que se siente atra¨ªdo por mujeres cuya lengua materna est¨¦ en peligro de extinci¨®n (opino que ¨²ltimamente le gusto).
Pero, como les dec¨ªa, Anna Balletb¨®, la madre de la transici¨®n, ha ido mucho m¨¢s lejos. El suave y peculiar acento mallorqu¨ªn la relaja. Y si la relaja a ella, seguramente les relajar¨¢ tambi¨¦n a ustedes, porque es sabido que todos nos relajamos con las mismas cosas: las puestas de sol, los masajes, los libros del doctor Estivill o las pelotitas antiestr¨¦s. Por tanto, estamos ante una noticia de una gran trascendencia econ¨®mica. El suave y peculiar acento de Biel Mesquida, al ser relajante, es un patrimonio que explotar.
Tiene infinitas posibilidades en el campo de la psiquiatr¨ªa, el sexo y hasta la talasoterapia. Un balneario suele ofrecer masajes para eliminar tensiones, pero si adem¨¢s ofrece "relajantes conversaciones en el peculiar acento mallorqu¨ªn", va a conseguir el doble de efecto. Eso por no hablar de los anuncios de contactos. La famosa viuda Rius tiene en cartera un stock de "se?oritas catalanas", pero es de esperar que pronto disponga de "se?oritas con peculiar y suave acento mallorqu¨ªn", que son mucho m¨¢s relajantes. Porque de relax es de lo que se trata. ?Y qu¨¦ paciente va a querer que un psiquiatra argentino le recete tranquilizantes cuando un psiquiatra mallorqu¨ªn le puede recetar recitales de Tomeu Penya? Claro que esto tambi¨¦n tiene su parte mala. Anna Balletb¨®, l¨®gicamente, est¨¢ obligada a hacer promoci¨®n de su estupendo y muy recomendable libro Una mujer en la transici¨®n; confesiones de la trastienda. Es probable, por tanto, que haya sido invitada al programa Sal¨® de lectura, de Barcelona Televisi¨®, presentado por el mallorqu¨ªn Emilio Manzano. El caso es que no debe aceptar la invitaci¨®n por mucho que nos duela. Porque, al o¨ªr el acento mallorqu¨ªn de Manzano, Balletb¨® se relajar¨ªa. Y si la invitada se relaja, nos relajaremos los espectadores y bajar¨¢ la audiencia. No, no. Manzano, en cuanto mallorqu¨ªn, s¨®lo debe entrevistar a gente insensible como yo que no se relaje con su peculiar acento. A m¨ª, o¨ªr el mallorqu¨ªn no me relaja por mucho que me esfuerce. Al rev¨¦s. El otro d¨ªa, en Palma, un apuesto obrero de la construcci¨®n me grit¨® con su suave y peculiar acento: "Reputes! T'omplir¨¦ sa fufa de brac!". Y no me relaj¨¦. Al contrario, me puse como una moto.
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