La derecha vuelve por sus desafueros
Esta semana la festa d'Elx no ha tenido nada que ver con el auto sacramental universalmente conocido y se ha regido por otro consueta, otro gui¨®n bastante m¨¢s prosaico, como ha sido el intento de "pucherazo", reparto de bofetadas, posible manipulaci¨®n del censo y secuestro de urnas en la elecci¨®n de compromisarios ilicitanos para el congreso provincial del PP de Alicante. Un espect¨¢culo que ha suscitado el inter¨¦s de numerosos medios de comunicaci¨®n que han puesto de nuevo a la aludida agrupaci¨®n y a la ciudad de las palmeras en el foco medi¨¢tico de Espa?a. Hac¨ªa muchos lustros que no se pon¨ªa tanta pasi¨®n y trampas en la lucha por el voto.
No vamos a inminscuirnos en ese contencioso partidario espec¨ªficamente local que se viene prolongando desde antiguo sin que se atisbe una soluci¨®n. Lo ¨²nico que podemos hacer a este respecto, como har¨ªa cualquier fedatario, es constatar que en estas comarcas del sur valenciano la confrontaci¨®n entre campistas y zaplanistas se ha venido decantando con claridad a favor de estos ¨²ltimos. Otra cosa ser¨¢ que el subdelegado del Gobierno en Elche, Manuel Ortu?o, inasequible al desaliento, nos demuestre que la relaci¨®n de fuerzas se ha invertido y as¨ª aflore en el inminente congreso.
Tambi¨¦n resulta obvio que la elecci¨®n de Francisco Camps como presidente del partido no ha pacificado las huestes, como cab¨ªa esperar. Los n¨²cleos resistentes alicantinos no se rinden y nos tememos que la nueva secretaria regional del PP, Adela Pedrosa, tendr¨¢ que emplearse muy a fondo, una vez se convenza del cargo que le han otorgado y se sacuda la insulsa candidez que exhibe, vulgo pelo de la dehesa. El mentado subdelegado no le ayuda, precisamente, en esta tarea si se obstina en amenazar con abrir el cofre de las maldades que habr¨ªan encumbrado en su d¨ªa a Eduardo Zaplana. Un s¨ªndrome, o serie de s¨ªndromes, que delatan las f¨ªstulas que empiezan a descomponer el partido y a nutrir la comez¨®n del derrotismo.
No de otro modo se explica que, conculcando las proclamas de centrismo y moderaci¨®n, y no digamos de modernidad, tan caras al partido, el PP valenciano haya vuelto por sus fueros, o mejor dicho, sus desafueros, movilizado a sus parciales, sean individuos, entidades o fundaciones oficiosas, para enarbolar de nuevo el esperpento de la lengua, las se?as de identidad y ese desideratum que siempre le fue tan ajeno a la derecha aut¨®ctona -tanto al menos como los referidos- cual es el autogobierno. Por lo pronto, han convertido por en¨¦sima vez, o eso postulan, el nombre de la lengua y la pretendida injerencia catalana en el meollo del debate pol¨ªtico, sacudiendo entre el vecindario las fibras emocionales que ello comporta.
Como ardit pol¨ªtico hemos de admitir que casi siempre ha dado resultado este tipo de apelaciones chauvinistas. Quiz¨¢ ahora no pueda alistarse tanta gente como otrora a este bander¨ªn de enganche, pues el blaverismo anda de capa ca¨ªda y, parad¨®jicamente, el que todav¨ªa corusca, repele al PP, del que no se f¨ªa, y con raz¨®n. Pero atizando estas pavesas, el partido del gobierno encubre sus alifafes y desmayos. Como el altercado de Alicante, por ejemplo, donde el liderazgo del presidente se est¨¢ dejando las plumas. O el abrazo del oso que el castellonense Carlos Fabra ha dado al molt honorable, so pretexto de ayudarle a desmontar la herencia de Zaplana. O las rentas electorales sobrevenidas sin mover una pesta?a que est¨¢ percibiendo el PSPV-PSOE, que ha de limitarse a callar y mirar c¨®mo se cuartea su adversario.
El corolario de lo dicho, como el lector acaso haya deducido, es que entre congresos y zapatiestas, el Consell no tiene la cabeza en la faena y, lo que es m¨¢s lamentable, ha perdido -si es que tuvo- la iniciativa. ?Cu¨¢nto tiempo hace que no ha lanzado una idea o un proyecto novedoso? ?O habremos que tomar como tal la anunciada profusi¨®n de campos de golf cuando la ¨²nica agua segura es la que podamos y sepamos ahorrar? Nunca como en estos momentos nos ha parecido el Gobierno un gato panza arriba aventando la sombra del zaplanismo que lo aplasta y lo descompone. Pero el remedio no est¨¢ en desempolvar fantasmas que galvanizan los sesos menos instruidos y m¨¢s manejables, o en apostarlo todo a la Copa del Am¨¦rica. ?Qui¨¦n dec¨ªa que el Pais Valenciano lideraba qu¨¦?
INMUNIDAD
Isabel Escudero Pitarch, vicesecretaria del PSPV y diputada en Cortes, atribuy¨® al ciudadano Tom¨¢s Ruiz la percepci¨®n de 126.000 euros a cargo de las n¨®minas oficiales y a lo largo nueve meses entre 2001-2002. Lo realmente cobrado por el mentado fueron 53.000, como est¨¢ documentado. La diputada deber¨ªa rectificar, pues pudo equivocarse, sin m¨¢s, pero se niega, o soslaya las explicaciones. Quiz¨¢ crea que la inmunidad parlamentaria de que goza, ese anacronismo, le otorga carta blanca para mentir y le exime de dar la satisfacci¨®n obligada. Sin duda confunde el privilegio con el abuso.
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