Empresadumbre

Las empresas de nuestro entorno pr¨®ximo perviven en un estado de pesadumbre. Y de las empresas desencantadas surge la "empresadumbre". Este concepto, m¨¢s que una descripci¨®n, es un estado de ¨¢nimo. Y desde la falta de est¨ªmulo y, sobre todo, sin la necesaria confianza en el futuro, no hay iniciativa empresarial que sobreviva. Hace aproximadamente un siglo, las empresas valencianas descubrieron los mercados exteriores y su m¨¢s excelsa figura, que es la actividad exportadora. Era muy rentable vender productos a otros pa¨ªses. Las naranjas, las pasas, los vinos, el arroz, cuando la circunstancias lo permit¨ªan, y m¨¢s tarde los bienes de equipo y la producci¨®n industrial, constitu¨ªan el grueso de la exportaci¨®n valenciana que fue la aristocracia de la actividad empresarial y, m¨¢s tarde, el motor de la econom¨ªa espa?ola.

Los tiempos han cambiado. Las empresas est¨¢n perplejas, ensimismadas e inmersas en su propia indefinici¨®n. Partimos de unos d¨¦ficitits considerables de preparaci¨®n, cuyas consecuencias se ven acentuadas, porque en nuestros pa¨ªses de referencia nos llevan una clara ventaja. Se han despabilado, dominan varios idiomas y han aprendido que no hay que dormirse en la propia complacencia. La econom¨ªa valenciana ha gozado de se?alados privilegios, acrecentados por la ventaja competitiva de disponer de una ubicaci¨®n geoestrat¨¦gica envidiable en el litoral mediterr¨¢neo, un clima favorable y la bondad de su entorno metropolitano y rural.

De nada sirven estas facultades competitivas si no se saben aprovechar. Los avances tecnol¨®gicos, la innovaci¨®n, la investigaci¨®n, el dise?o, la creatividad, la imagen, la comunicaci¨®n, la calidad y las mejoras organizativas, abren el tejido productivo y econ¨®mico a amplias oportunidades. Estas facultades deben ser potenciadas mediante la adecuada dotaci¨®n de infraestructuras y por la sinergia efectiva del sector privado con el p¨²blico, que tiene la crucial misi¨®n de estimular opciones y de adelantarse al futuro. El empresario necesita sentir a su lado a la Administraci¨®n para iniciar nuevos proyectos y para llevar a cabo los que ya tiene en marcha.

No es casual que en la ¨²ltima remodelaci¨®n del Consell de la Generalitat Valenciana se haya concebido el departamento de Empresas, Universidad y Ciencia. Quien lo decidi¨® acert¨® en la diana de lo que necesita la sociedad valenciana. A menudo las ideas fracasan porque no saben desarrollarse o porque simplemente se anticipan.

Ha llegado el momento en que la Universidad como cuna de la inteligencia, la investigaci¨®n y el conocimiento impulse la econom¨ªa. Y ese logro no se conseguir¨¢ espont¨¢neamente sino que deber¨¢ ser inducido. No disponemos de una tradici¨®n de intercambio de experiencias e iniciativas entre los mundos empresarial y universitario. Nuestros representantes pol¨ªticos, desde la Administraci¨®n auton¨®mica, tienen la responsabilidad y el compromiso urgente de motivar al entramado empresarial antes de que, por su falta de sinton¨ªa, se les escape de las manos. El des¨¢nimo podr¨ªa marcar el principio del fin, pero no deber¨ªa ser un estado generalmente aceptado porque, de ser as¨ª, las perspectivas cambiar¨ªan mucho en poco tiempo, con consecuencias imprevisibles.