El p¨¦ndulo desbocado: centenario de Telesforo Monz¨®n
La celebraci¨®n del centenario del lehendakari Aguirre ha dejado en un segundo plano otro centenario que tambi¨¦n se cumple este a?o: el de Telesforo Monz¨®n Ortiz de Urruela, nacido en Bergara el 1 de diciembre de 1904 y fallecido en 1981. Por su fecha de nacimiento, Aguirre y Monz¨®n pertenecen a la misma generaci¨®n y ambos reflejan en sus vidas, aunque de forma diferente, ese movimiento pendular entre autonom¨ªa e independencia que ha caracterizado la historia del PNV. En El p¨¦ndulo patri¨®tico se?al¨¢bamos c¨®mo esta oscilaci¨®n afect¨® no s¨®lo al partido en su conjunto, sino a sus dirigentes, que en diversas etapas de su vida defendieron sucesivamente f¨®rmulas moderadas e independentistas. Pero, a pesar de esta coincidencia gen¨¦rica, Aguirre y Monz¨®n representan dos caras completamente diferentes de la historia del nacionalismo vasco a lo largo del siglo XX.
Altern¨® sin mucha l¨®gica su independentismo con varios acercamientos a la derecha espa?ola
Aguirre y Monz¨®n representan dos caras completamente diferentes del nacionalismo
Aunque el PNV se ha empe?ado, con motivo del centenario de Aguirre, en destacar s¨®lo su faceta soberanista, en el conjunto de su vida pol¨ªtica predomin¨® su cara pragm¨¢tica. Por el contrario, Monz¨®n fue un ejemplo de p¨¦ndulo desbocado, capaz de pasar, sin soluci¨®n de continuidad, de un extremo a otro, lo que quiz¨¢s pueda explicarse por su origen social y pol¨ªtico y por su car¨¢cter personal. Perteneciente a una familia aristocr¨¢tica y mon¨¢rquica guipuzcoana, Monz¨®n s¨®lo se incorpor¨® al PNV en los a?os treinta y tal vez la ¨²nica forma que ten¨ªa de saldar cuentas con su escaso pedigr¨ª nacionalista era adoptar las posturas m¨¢s favorables a la independencia. Sin embargo, altern¨® sin mucha l¨®gica ese extremismo independentista con varios acercamientos a la derecha espa?ola, sobre todo en las primeras d¨¦cadas de su vida.
Ya en la primavera de 1936 particip¨® en reuniones en las que se comprometi¨® a colaborar con un alzamiento militar anticomunista. En octubre fue nombrado consejero de Gobernaci¨®n del primer Gobierno vasco, siendo incapaz de prevenir los asaltos a las c¨¢rceles de Bilbao del 4 de enero de 1937, en los que fueron asesinadas 224 personas. El Euzkadi Buru Batzar del PNV pidi¨® el cese de Monz¨®n, pero Aguirre se neg¨® a prescindir de ¨¦l, lo que provoc¨® la frustrada dimisi¨®n del presidente del PNV de Vizcaya, Juan Ajuriaguerra. Con la Rep¨²blica derrotada, Monz¨®n defendi¨® la inhibici¨®n del PNV ante la II Guerra Mundial, proponiendo el regreso de los exiliados "para salvaguardar la raza, (...) con un acercamiento a los carlistas-requet¨¦s, anti Frente Popular". En la posguerra, se pas¨® a la causa mon¨¢rquica, animando al PNV a romper con la Rep¨²blica y a "empujar con todas las fuerzas para que Franco sea sustituido por Don Juan". Su postura qued¨® en minor¨ªa, por lo que, en 1953, Monz¨®n present¨® su dimisi¨®n como consejero del Gobierno vasco.
A partir de la aparici¨®n de ETA, simpatiz¨® abiertamente con su radicalismo nacionalista, defendiendo la formaci¨®n de un frente nacional vasco. Para Monz¨®n, "la acci¨®n concertada en Euzkadi entre abertzales de diferentes ideolog¨ªas acabar¨¢ por imponerse", pues "el enemigo no se halla hoy al costado, sino enfrente". ?sta era todav¨ªa su esperanza cuando, en 1977 (a?o en que se dio de baja del PNV) defendi¨® una estrategia conjunta abertzale ante la Transici¨®n. El fracaso de este frente nacionalista le llev¨® a acaudillar la formaci¨®n de Herri Batasuna, por la que fue elegido diputado a Cortes en 1979, cargo que ya hab¨ªa ocupado con el PNV en 1933.
No es extra?o que, con este contradictorio curr¨ªculum, el PNV no haya hecho nada por celebrar su centenario. Sin embargo, no estar¨ªa de m¨¢s aprovecharlo para sacar algunas lecciones de la historia. As¨ª, si en la Transici¨®n el PNV se neg¨® a seguir el rumbo marcado por Monz¨®n fue porque, a pesar de compartir con ETA la misma identidad nacional, la mayor parte de sus dirigentes eran conscientes de que "el enemigo" de verdad era precisamente ETA y no los dem¨®cratas espa?oles, y de que, si el PNV segu¨ªa el dictado de la organizaci¨®n terrorista, ser¨ªa ¨¦sta la que terminar¨ªa engullendo al nacionalismo moderado y no al rev¨¦s. Sin embargo, en 1998, con motivo del Pacto de Estella, el PNV pareci¨® haber hecho caso de la citada profec¨ªa de Monz¨®n en el sentido de que la acci¨®n concertada entre abertzales acabar¨ªa por imponerse.
Los resultados negativos de la apuesta de Estella todav¨ªa no se han superado, por lo que quiz¨¢s es el momento de que el nacionalismo democr¨¢tico se pregunte si algunas de sus estrategias de los ¨²ltimos a?os no recuerdan m¨¢s al Monz¨®n radicalizado que al Aguirre que, siendo tan nacionalista como el que m¨¢s, supo ser desde 1936 el lehendakari de todos los dem¨®cratas vascos.
Santiago de Pablo es catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la UPV y coautor de El p¨¦ndulo patri¨®tico. Historia del Partido Nacionalista Vasco.
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