Ni un segundo para pensar
23 ni?os que sufrieron el ataque terrorista contra la escuela rusa de Besl¨¢n tratan de olvidar la tragedia en Benalm¨¢dena
Dar de comer a los peces, ver lo ¨²ltimo de Disney o hacer un viaje a Granada en el que no quede ning¨²n rinc¨®n sin fotografiar. Los 23 ni?os que han viajado desde la ciudad osetia de Besl¨¢n (Rusia) hasta Benalm¨¢dena (M¨¢laga) no quieren perderse ni un detalle de Andaluc¨ªa los pr¨®ximos 15 d¨ªas. Su anhelo por conocer lugares, atrapar el sol o chapotear en el agua contrasta con el silencio y unos ojos que se empa?an al recordar el 1 de septiembre. Tienen entre 10 y 17 a?os y en su primer d¨ªa de colegio, hace ahora tres meses, fueron secuestrados por un grupo de terroristas chechenos. El encierro -que dur¨® 53 horas y que termin¨® con 330 v¨ªctimas mortales, en su mayor¨ªa ni?os- les ha dejado una huella que se proponen borrar.
"De este viaje lo esperan todo", explica Aloyla Urtaeva en un castellano forzado. Natural de Besl¨¢n y residente en Benalm¨¢dena desde hace un a?o y medio, Aloyla fue una de las primeras personas que se ofreci¨® voluntaria para hacer de int¨¦rprete "a sus paisanos".
La iniciativa surgi¨® del Parlamento ruso y el Ayuntamiento de Benalm¨¢dena la acept¨®. Ten¨ªan una experiencia anterior:Igor Adyrkhaev, presidente del Fondo Ruso de Beneficiencia, hab¨ªa visitado la ciudad hace dos a?os con un grupo de ni?os afectados por el desastre de Chernobil. La reacci¨®n fue r¨¢pida, seg¨²n el alcalde Enrique Bol¨ªn. Los hoteleros ofrecieron el alojamiento, 10 suites con capacidad para 40 personas durante dos semanas, y la buena voluntad del Ministerio de Exteriores, "que ha tramitado los visados en un tiempo r¨¦cord", hicieron el resto.
Ataviados con ropa veraniega, los 23 escolares acudieron ayer a una recepci¨®n organizada por el Ayuntamiento. Entregaron al alcalde una serie de regalos entre los que hab¨ªa una mu?eca con ropas t¨ªpicas, un libro sobre Osetia del Norte y una camiseta en la que aparece la fotograf¨ªa de un soldado con una ni?a en brazos. "?stos ni?os se salvaron despu¨¦s de las explosiones pero muchos otros no pudieron salir -narra Igor Adyrkhaev-, tambi¨¦n hab¨ªa parientes que consiguieron sacarles vivos pero murieron salv¨¢ndoles".
Hablar del secuestro se ha convertido en un tema tab¨². Los psic¨®logos han aconsejado a los escolares que se aparten de la ciudad, y que traten de olvidar. Salina, de 15 a?os, se emocion¨® al ver que una delegaci¨®n del Ayuntamiento les recib¨ªa con los brazos abiertos en el aeropuerto de Alicante. "Valoran mucho los gestos como ¨¦ste, porque sienten que son de coraz¨®n", comenta Aloyla. May, de 13 a?os, con trenzas que acaban en el¨¢sticos de colores, sonr¨ªe al explicar que ha aprendido a decir "qu¨¦" en espa?ol y a dar las gracias.
Acostumbrados a unas temperaturas invernales bajo cero, todos tienen ganas de ba?arse. Asamat, un chaval de 14 a?os que perdi¨® a su hermana durante la tragedia, fue uno de los primeros en atreverse a probar la piscina del hotel. "El agua no estaba muy caliente, pero es que no pod¨ªa esperar", cuenta a trav¨¦s de la int¨¦rprete.
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