F¨¦lix Grande, premio Nacional de las Letras
"Ha sido una sorpresa muy hermosa", declara el poeta, narrador y defensor del flamenco
Autor de 40 libros, F¨¦lix Grande sali¨® de su M¨¦rida natal siendo casi un beb¨¦ y vivi¨® su infancia y juventud en Tomelloso (Ciudad Real); all¨ª trabaj¨® como pastor de cabras (siguiendo la tradici¨®n familiar), y tambi¨¦n fue vaquero, vinatero y vendedor ambulante. "S¨ª, mi abuelo, mi padre y mi hermano Julio y yo fuimos cabreros, y debo aclarar que nunca tuvimos m¨¢s de 16 cabras y un macho cabr¨ªo", recordaba ayer Grande desde C¨¢ceres (la noticia del premio le cogi¨® participando all¨ª en un congreso sobre Neruda).
"El macho cabr¨ªo es, por cierto, un animal maravilloso", continu¨® el poeta. "Y yo entend¨ª por qu¨¦ Lorca les dedic¨® un poema cuando las cabras ten¨ªan el celo: el macho cabr¨ªo montaba a las 16 dos o tres veces al d¨ªa. Era un portento, un verdadero prodigio".
"Desde el punto de vista moral, estuve muy cerca de la generaci¨®n del 50"
"Entre las artes, la m¨²sica es la que m¨¢s hondamente nos ayuda a curar las heridas"
Grande dej¨® las cabras y se traslad¨® a Madrid en 1957, y all¨ª empez¨® vendiendo "por las casas una pomada contra los saba?ones llamada Preserba?¨®n". Era la larga y fr¨ªa posguerra ("con Franco no es que hiciera m¨¢s fr¨ªo o nevara m¨¢s, es que no se com¨ªan prote¨ªnas y no ten¨ªamos defensas", recordaba ayer), y Grande era un joven antifranquista enamorado del flamenco: "En casa, de ni?o, ya hab¨ªa mucha afici¨®n; recuerdo a mi padre y a mi abuelo discutiendo sobre los fandangos del Ni?o Gloria y el Ni?o de Almad¨¦n. Luego me fui drogando, porque el flamenco es una droga, no una afici¨®n, con las compa?¨ªas que llegaban a los pueblos en autocar. Los artistas iban a la pensi¨®n m¨¢s barata y luego, para hacer publicidad, sal¨ªan a pasear, a dejarse ver. ?Y eso lo hac¨ªa gente como Manolo Caracol, que era un verdadero genio!".
"Pero la raz¨®n por la que entr¨¦ en el palacio tr¨¢gico del flamenco es otra", a?ade Grande: "Cuando uno tiene una llaga de la infancia que no se cierra, el hilo musical no basta, necesitas m¨²sica desconsolada. Eso me recuerda una frase maravillosa de Saramago: los hombres son animales inconsolables. La amistad, la poes¨ªa, el amor, la familia y, entre las artes, la m¨²sica, son lo que m¨¢s hondamente ayuda a curar la llaga. Una reuni¨®n con Bach, Chopin, el Mozart del R¨¦quiem, Astor Piazzolla, Camar¨®n y Paco de Luc¨ªa servir¨ªa de lujo para distraer esa herida".
Guitarrista antes que poeta, Grande se convertir¨ªa en flamenc¨®logo, y dedic¨® buena parte de su ocio y su producci¨®n intelectual a ese arte. Su t¨ªtulo m¨¢s importante es Memoria del flamenco, que gan¨® en 1980 el Premio Nacional de Flamencolog¨ªa y reedit¨® en 2001
Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores en edici¨®n ilustrada y de gran formato.
En esa misma editorial ha publicado su ¨²ltimo libro, La balada del abuelo Palancas (2003), ¨¦xito de cr¨ªtica que va por la quinta edici¨®n. Esa autobiograf¨ªa novelada narra la saga de tres generaciones de una familia manchega del siglo XX: la cr¨®nica evoca los horrores de la Guerra Civil y la posguerra, la vida lenta y sabia de los campesinos, la intimidad llena de encanto y sufrimiento de un pu?ado de vencidos a los que la historia quebr¨® pero no rompi¨® del todo. Hijo de un guardia de asalto (polic¨ªa republicana), Grande brind¨® en ese libro su homenaje a una ¨¦poca silenciada y a la memoria de una gente que vivi¨® y perdi¨® la guerra pero no la dignidad, como dijo en la presentaci¨®n otro ex guitarrista y literato, Luis Landero.
La obra po¨¦tica de Grande arranc¨®, en 1963, con el Premio Adonais, que gan¨® con Las piedras (su primer libro); y se consolid¨® en 1978 con el Nacional de Poes¨ªa, obtenido por Las rubaiyatas de Horacio Mart¨ªn. Hace algunos a?os que no escribe poes¨ªa. "La pu?etera inspiraci¨®n se ha ido con otro", dice este disc¨ªpulo de Luis Rosales, quien le inculc¨® el gusto por la est¨¦tica y la costumbre de corregir mucho: "Rosales dec¨ªa que no hay poetas malos ni buenos, sino poetas que se conforman antes o que se conforman despu¨¦s".
Su poes¨ªa se enmarca ("por una cuesti¨®n de edad y fecha de publicaci¨®n del primer libro") en una generaci¨®n sin generaci¨®n, "en esa tierra de nadie situada entre la generaci¨®n del 50 y los nov¨ªsimos", con un grupo de poetas "muy estimables" en el que estar¨ªan Antonio Hern¨¢ndez, Diego Jes¨²s Jim¨¦nez, Manuel R¨ªos Ruiz o la propia esposa de Grande, Francisca Aguirre, "gente que desde el punto de vista moral y civil estuvimos muy cerca de la generaci¨®n del 50 -todos ¨¦ramos antifranquistas- aunque hicimos una ruptura est¨¦tica vinculada al lenguaje".
En el jurado, presidido por el director general del Libro, Rogelio Blanco, estaban los acad¨¦micos Luis ?ngel Rojo, Xose Ram¨®n Barreiro, Jose Luis Luzundia y Carles Miralles, as¨ª como Antonio Hern¨¢ndez, Julia Uceda, David Castillo, Francisco D¨ªaz, Jos¨¦ Manuel Delgado, Rosa Montero y Leopoldo Urrutia de Luis, ¨²ltimo galardonado.
Grande fue durante muchos a?os director de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, ¨®rgano literario de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional hasta 1997, cuando fue destituido por el Gobierno del PP.
Ayer, Grande mostr¨® su confianza en que el premio "no se deba s¨®lo a cuestiones ideol¨®gicas".

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