El ¨²ltimo mandato

Militante desde 1976, el verdadero trampol¨ªn de Antonio Ortega no ha sido tanto su cargo org¨¢nico en el PA como su condici¨®n de consejero desde 1996. Hasta entonces siempre a la sombra de Alejandro Rojas-Marcos, nunca hab¨ªa tocado un poder parecido ni dispuesto de tantos medios para repartir juego entre los suyos y crear una corriente propia. Con el soporte de Relaciones Institucionales, la primera consejer¨ªa de la que fue titular, construy¨® su liderazgo, reforzado, aunque a rega?adientes por el propio Rojas-Marcos, quien le aup¨® y sostuvo en la secretar¨ªa general para derribar al enemigo com¨²n en aquella ¨¦poca: Pedro Pacheco.

Antonio Ortega naci¨® en Linares (Ja¨¦n ) hace 49 a?os, aunque estuvo mucho tiempo en Granada y recal¨® finalmente en Sevilla, circunscripci¨®n por la que se ha presentado en los ¨²ltimos a?os a las elecciones. Afable y de buen trato, si no se le pilla en un momento malo, se lleva bien con casi todo el mundo y muestra especial querencia hacia el refranero y los dichos populares. Esta afici¨®n a recurrir a frases hechas y una cierta inclinaci¨®n a exagerar le ha sumergido a veces en embrollos de los que le ha sido dif¨ªcil salir.

El discurso que lleva al congreso es que su candidatura es la que ofrece m¨¢s homogeneidad, ya que agrupa a todo el territorio andaluz y no s¨®lo a un par de provincias. Dice que si gana ser¨¢ el ¨²ltimo mandato y que su gesti¨®n en el PA ha fortalecido al partido, al luchar contra los protagonismos para que la organizaci¨®n brille por encima de las personas.