Avance en Ucrania
La decisi¨®n del Tribunal Supremo de Ucrania de invalidar por fraudulenta la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que dieron la victoria al primer ministro prorruso, V¨ªktor Yanuk¨®vich, y ordenar su repetici¨®n este mismo mes pone un aparente punto y seguido a dos semanas de ebullici¨®n popular e institucional que han colocado al borde del caos a la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica. El fallo del Supremo, esperado ansiosamente por ambos bandos, representa la victoria legal de las tesis del l¨ªder opositor prooccidental, V¨ªktor Y¨²shenko. Y am¨¦n de denotar una saludable independencia de la m¨¢s alta instancia judicial del pa¨ªs, parece la ¨²nica opci¨®n razonable en estos momentos para zanjar la alarmante incertidumbre pol¨ªtica y econ¨®mica que se cierne sobre Ucrania.
Si el ganador moral es el liberal Y¨²shenko -confirmadas sus denuncias por los jueces y avaladas antes por el Parlamento, que desautoriz¨® los resultados de la Comisi¨®n Electoral y vot¨® en contra de la confianza en el Gobierno de la naci¨®n-, hay un claro perdedor, adem¨¢s del progresivamente aislado Yanuk¨®vich. Se trata de su mentor y presidente saliente, Leonid Kuchma, que todav¨ªa ayer calificaba de farsa la posibilidad de repetir la segunda vuelta electoral. Kuchma -tras una d¨¦cada de corrupci¨®n y autoritarismo apoyado por el Kremlin- suger¨ªa el jueves, despu¨¦s de entrevistarse con Putin, la repetici¨®n total de los comicios presidenciales, incluso con nuevos candidatos, algo que tardar¨ªa varios meses en organizarse.
La crisis de Ucrania, lejano a¨²n su desenlace, ha puesto ya de relieve algunos elementos significativos. El m¨¢s alentador es la disposici¨®n mostrada hasta ahora por sus ciudadanos para ventilar pac¨ªficamente sus discrepancias pol¨ªticas, aun en medio de la efervescencia de Kiev. El m¨¢s inquietante, la escalada de hostilidad de Mosc¨² hacia la Uni¨®n Europea, denunciante desde el primer momento, junto con Estados Unidos, del masivo fraude electoral y mediadora despu¨¦s. El Parlamento ruso, controlado por Putin, atac¨® ayer con dureza sin precedentes el apoyo de la UE a la oposici¨®n ucrania. Y el propio Putin se despach¨® en India contra Washington en t¨¦rminos absolutamente inusuales, aunque sin mencionar a Ucrania.
Est¨¢ por ver c¨®mo se organiza, en un tejido pol¨ªtico en carne viva, una segunda vuelta con suficientes garant¨ªas. El primer requisito es que ciudadanos e instituciones acepten de buen grado la decisi¨®n del Supremo, algo todav¨ªa en el aire despu¨¦s de que regiones prorrusas anunciaran hace d¨ªas que promover¨ªan la secesi¨®n en caso de que se repitiesen los comicios. En cualquier caso, lo que suceda en Ucrania va a repercutir en otros pa¨ªses de la antigua URSS y en la propia Rusia, progresivamente ahormada por el autoritarismo de su presidente. Un ba?o de democracia en Ucrania, cuya independencia nunca ha sido asumida, no puede dejar de tener consecuencias en Mosc¨². Es la misma idea de Rusia que el Kremlin sustenta cada vez con m¨¢s ah¨ªnco, con sus inmutables zonas de clientelismo, la que ha sido puesta en cuesti¨®n por la revoluci¨®n naranja en estas dos semanas decisivas.
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