Batazos de anabolizantes
Las revelaciones del 'caso Balco' ponen contra las cuerdas a Barry Bonds y Jason Giambi, las grandes estrellas del b¨¦isbol
En 1961, el jugador de los New York Yankees Roger Maris bat¨ªa el r¨¦cord de home runs -lanzar la bola fuera del tri¨¢ngulo de juego con un batazo- en una temporada que pose¨ªa otro bombardero del Bronx, Babe Ruth, desde 1928. Sin embargo, la nueva marca de 61 batazos no vendr¨ªa sola. La Liga de b¨¦isbol consider¨® que al durar la temporada ocho partidos m¨¢s que durante la d¨¦cada de los 20, un asterisco deb¨ªa custodiar el record. Este s¨ªmbolo acompa?¨® a Maris como si de una letra escarlata se tratara durante el resto de su vida.
37 anos m¨¢s tarde, en 1998, un coloso rubio con pinta de jugador de f¨²tbol americano de nombre Marc McGwire, bat¨ªa la marca con 70 home runs. Tan solo tres a?os despu¨¦s, Barry Bonds, uno de los deportistas imputados por el esc¨¢ndalo de los laboratorios Balco, volvi¨® a pulverizar la marca con 73 bolas. El r¨¦cord que tard¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas en romperse, se bati¨® dos veces en tan solo tres a?os. McGwire siempre admiti¨® que no hubiera logrado la marca sin la ayuda de los esteroides, que se prohibieron durante la temporada en la que se retir¨®.
Bonds admite consumir sustancias de Balco, pero niega que supiera que se trataba de esteroides
La historia de Bonds es diferente. El jugador de los San Francisco Giants siempre neg¨® ayudarse de sustancias il¨ªcitas para mejorar su rendimiento, pero el pasado a?o acab¨® cayendo ante las redes del sistema jur¨ªdico y admiti¨® consumir sustancias producidas por los laboratorios Balco, aunque neg¨® que supiera que se trataba de esteroides.
En 1986, Bonds comenzaba su carrera como jugador profesional en los Pirates de Pittsburg. Por entonces Barry pose¨ªa un cuerpo atl¨¦tico de 70 kilos, con una velocidad endiablada, cuya principal virtud era correr de base a base sin poder ser eliminado. En el 2001, a?o que bati¨® el record de home runs, Bonds alcanz¨® un peso de 104 kg.
La atleta Kelli White, a quienlas ayudas de Balco dieron dos medallas de oro en los campeonatos del mundo de Par¨ªs que luego perdi¨® por dar positivo en un control antidopaje, reconoc¨ªa en una entrevista que se recluy¨® en su casa tras comenzar a tomar anabolizantes. El cambio en su organismo fue tal, que sus m¨¢s queridos dedujeron por el abundante acn¨¦, el cambio de voz y unos m¨²sculos impresionantes que Kelli no segu¨ªa una dieta normal. No fue el caso de Bonds, cuya transformaci¨®n hizo a muchos dudar y pocos a hablar.
A pesar de las alarmistas declaraciones del comisionado de la Liga de b¨¦isbol Bud Selig, el pasatiempo nacional se ha caracterizado por desentenderse del grave problema que supone el dopaje. LA MLB se rige por la rid¨ªcula f¨®rmula de los cinco strikes. Los jugadores pasan un ¨²nico control por temporada. Si dan positivo en cinco de ellos, el jugador es suspendido durante una temporada.
Seg¨²n Victor Conte, el hombre fuerte de los laboratorios Balco, m¨¢s del 50% de los jugadores de b¨¦isbol usa esteroides y alrededor del 80% toma alg¨²n tipo de estimulante antes de cada partido. Los jugadores Jos¨¦ Canseco, hoy retirado, y Ken Caminiti, fallecido en octubre por una sobredosis de coca¨ªna y opi¨¢ceos, reconocieron haber usado esteroides durante las temporadas en las que fueron nombrados jugador m¨¢s valioso. A ellos se unen los Yankees Gary Sheffield y Jason Giambi, dos de los mejores en la actualidad, cuyo equipo amenaza con suspender sus millonarios contratos.
El creciente problema del dopaje en Estados Unidos parece haberse ido de las manos. Incluso el presidente Bush hizo un llamamiento a los deportistas en el discurso del estado de la naci¨®n en enero de este a?o. Bush se refiri¨® al mensaje equivocado que lanzan aquellos que con las drogas buscan acortar el camino para llegar al ¨¦xito, algo con lo que no esta del todo de acuerdo Conte.
Para el pol¨¦mico nutricionista, el dopaje no debe considerarse como trampa ya que es una moda que no se produce de manera aislada. Seg¨²n Conte, los ¨²ltimos r¨¦cords de atletismo y b¨¦isbol est¨¢n manchados por las ayudas ergog¨¦nicas prohibidas, y si se despoj¨® a White de sus dos medallas, el caso de Marion Jones deber¨ªa seguir el mismo camino, y retirarle las cinco que venci¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney, mientras que el r¨¦cord de Barry Bonds deber¨ªa estar pegado a un asterisco, como lo hiciera durante a?os el de Maris.
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