Fraude fiscal
El fraude fiscal es un grave problema para las econom¨ªas avanzadas en tanto que socava la confianza de los contribuyentes en la igualdad de los ciudadanos ante la Hacienda p¨²blica y contagia el h¨¢bito de la ocultaci¨®n de la renta. ?sta es la raz¨®n m¨¢s poderosa para que el Gobierno informe a la sociedad de forma inequ¨ªvoca de que combatir¨¢ el dinero negro y el enga?o fiscal como una parte decisiva de su pol¨ªtica presupuestaria. La Agencia Tributaria acaba de presentar el primer plan de prevenci¨®n del fraude fiscal de la Administraci¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero, con un ojo vigilante puesto en el mercado inmobiliario y otro en los para¨ªsos fiscales.
Despu¨¦s del tono excesivamente bajo de las pol¨ªticas aplicadas por los Gobiernos del PP para reducir el fraude, los responsables actuales de Hacienda deben esforzarse en transmitir a la sociedad el mensaje de firmeza inequ¨ªvoca contra los defraudadores. Tal firmeza implica no s¨®lo que el plan resulte cre¨ªble, sino que se pondr¨¢n en pr¨¢ctica los medios -inspectores y subinspectores, aparato inform¨¢tico, m¨¦todos de trabajo- para que resulte un ¨¦xito.
A grandes rasgos, el plan centra sus esfuerzos en combatir el fraude y blanqueo de dinero enquistado en el mercado inmobiliario, en el fraude del IVA y en los para¨ªsos fiscales. Los objetivos son correctos. El Observatorio de la Vivienda, por ejemplo, acaba de calcular que los compradores de viviendas las escrituran un 20% por debajo del precio real y abundan los modos y pr¨¢cticas de eludir los impuestos o de aflorar dinero negro a trav¨¦s de la adquisici¨®n de pisos. Tampoco constituye una sorpresa la facilidad para evadir el pago del IVA debido a la desaparici¨®n de las fronteras comunitarias. Por lo tanto, medidas tales como incluir en las escrituras de compraventa de una vivienda el medio de pago empleado, el n¨²mero de referencia catastral del piso o realizar visitas sin comunicaci¨®n previa a las empresas con mayor riesgo de fraude, entre otras, parecen totalmente l¨®gicas. Sorprende que no se hayan aplicado rigurosamente antes.
Pero la condici¨®n esencial del Plan, la que marcar¨¢ el alcance de su ¨¦xito, es la comunicaci¨®n r¨¢pida y detallada de los logros que se vayan consiguiendo mediante su aplicaci¨®n. Porque su triunfo principal ser¨¢ convencer a los contribuyentes de que el defraudador tiene escasas posibilidades de ¨¦xito y pagar¨¢ caro el fraude. ?sta es precisamente la parte que no depende de la calidad del plan, sino de la voluntad pol¨ªtica del Gobierno, de su tenacidad y de su capacidad de comunicaci¨®n.
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